-¿Y esto? -pregunté sacando un vestido suelto y holgado de estampado marroquí.
-¿Eres judía? -preguntó Skyler.
-No -respondí mirándola con cara extraña- ¿A qué viene eso?
-Por el vestido -respondió ella.
-¡Skyler, los marroquíes son musulmanes, no judíos! -gritó Megan. Ambas estallamos en risas.
-Bueno, soy humana, todo el mundo comenta errores -nos reprochó Sky algo avergonzada.
-Querrás decir "comete errores" -la corregí.
-Eso es lo que he dicho -me miró con una cara como si yo fuese la tonta.
-Cambiando de tema... -interrumpió Megan- Ese vestido, con todos mis respetos, es más feo que la nueva cara de Renée Zellweger.
-¡Oye! -grité indignada.
-Meg tiene razón -respondió Skyler- Que creas que estás gorda no te prohíbe llevar ropa bonita.
-Sí estoy gorda, y por eso la "ropa bonita", como tú dices, me queda mal.
-¿Y este? -dijo Sky sacando un viejo trapo de mi armario- Creo que hasta ahora es lo "más bonito" que tienes -dijo entrecomillando las palabras con sus dedos.
Cogí el vestido por la percha, pegándomelo al cuerpo y mirándome frente al espejo. Hacía años que yo no me ponía esto. Era una original prenda, que constaba de una falda por encima de la rodilla y con varios pliegues, con una parte de arriba que parecía una camisa: con botones, cuello, manga francesa, y un pequeño lazo que adornaba a la izquierda. Todo el vestido era de cuadros rojos y negros.
-Creo que este me irá bien -decidí.
-Perfecto -añadió Skyler.
Abrí los ojos, cruzándome con un desafiante despertador. Las ocho y diecinueve. ¡Mierda, llegaría tarde al instituto!
Tiré de las sábanas, intentando deshacerme de estas, lo cual me resultó difícil porque se habían enredado a mis piernas. Cuando conseguí salir de ahí, salté de la cama lo más deprisa que pude, perdiendo el equilibrio, lo que causó que me cayera de bruces. Perfecto, hoy había empezado el día con el pie izquierdo.
Abrí deprisa el armario, cogiendo lo primero que pillé. Sudadera del monstruo de las galletas, jeans rotos y unas converse blancas.
Me cepillé los dientes tan rápido como pude, para luego bajar las escaleras a toda prisa y salir corriendo de casa como si de ello dependiera mi vida.
-¿Samantha? -alguien a mi lado me llamaba.
Miré hacia mi derecha, encontrándome con Kody conduciendo su lujoso Mustang del sesenta y cuatro. El color carmesí le daba un toque a chico malo irresistible. En ese mismo instante, pude oír como mis hormonas planeaban la tercera guerra mundial en mi interior.
-Hola -contesté al fin- No puedo entretenerme, lo siento, llego...
-¿Tarde? -me interrumpió él- Sube, te llevo. Al fin y al cabo, vamos al mismo lugar -dijo riendo.
¿Esto formaba parte de una cámara oculta o de uno de mis muchos sueños con este Adonis? Tuve que pellizcarme para saber que esto era real. Y efectivamente, lo era.
Me dirigí al asiento del copiloto. Las manos me temblaban, y sabía que en cualquier momento podría soltar alguna estupidez.
-Sam... -dijo él.
-¿Sí? -no me di cuenta de que el tono de voz que había utilizado era más bien para "coquetear" que otra cosa.
-Llevas la sudadera al revés -comentó medio riéndose.
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The DUFF • [CANCELADA]
HumorSamantha Hastings es algo así como una especie en extinción. De esas que nunca llegarán a ser populares solo por ser como ella es. Ya sabéis, ahora está de moda eso de ser una zorra falsa. Y por eso Kody Channel, el músico popular de la escuela, nun...