Sombras del Hogar

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Narradora pov:

La joven se encontraba en una situación difícil; sabía que era por su culpa, pero se sentía tan asustada.

Ser arrestada y subida bruscamente a una patrulla no es fácil de asimilar, mucho menos siendo joven...

Obvio que está mal robar, pero que más podía hacer la pequeña... Se moría de hambre.

Y el padre (si es que se le puede dar ese título tan grande) no iría a buscarla, ni siquiera contestaría una llamada...

Obvio que lo ama mucho, es el único que estuvo en su vida e hizo todo lo posible para darle una linda infancia...

El es un jugador compulsivo, no importa si está endeudado hasta el cuello, no va a frenar.

Constantemente se lo pasa perdonando sus "tropiezos", los cuales pasan desde que empezó su adolescencia.

Comienza a cansarse de todas esas vueltas... Ser la chica que desperdicia su vida con un hombre.

Y ni siquiera es cualquier hombre, es el ser que debería estar para protegerla, su padre.

Se cansa de escuchar las típicas frases de: "voy a cambiar", "no volveré a hacerlo", "lo dejaré por vos", "ya no me importa más"

Era inútil, ya no le creería nada, solo escuchaba lo que realmente pensaba el al decirle todas esas mentiras...

Antes de que su madre muriera, la pelinegra pensaba que lloraría por un muchacho en los brazos de su padre.

Nadie le aviso que sería lo contrario, era tan vergonzoso, ¿Llorar por tu padre en los brazos de un muchacho?

"Que estúpida..." Pensaba ella, la vulnerabilidad la consumía...

De un día para el otro su vida cambio, su padre cambio, ella cambio.

Anhelaba una mejor forma de vivir, ser independiente, el trabajo de sus sueños, tener dinero, entre otras cosas.

La cabeza de Shizune era terrible quilombo, comenzaba a llorar, todos los problemas se le juntaban.

A.M - Ay, ¡Ya niña! Deja de lloriquear y asume las consecuencias de tus actos.

No le importaba lo que le decía aquella mujer, se dedicó a lagrimear en silencio durante todo el recorrido, sin saber que haría...

Su casa era un desastre y su vida un poco más.

Es horrible crecer sin dejar atrás lo que te hiere profundamente.

Todo se junta hasta convertirse en una enorme pelota de problemas...

La cual repentinamente te pega en la jeta y te duele más fingir que no te lastimó cuando la realidad es que si.

Te desacomoda las ideas pero no te reinicia el cerebro para olvidarte de lo sucedido...

La mente de ella volaba sin fin, hasta que detuvieron el auto.

Como era de esperarse, se dió la cara contra la parte trasera del asiento.

S.K - ¡Ahg! ¡Tarado de mierda!

Maldijo sin más, de manera agresiva, sintiendo el dolor en todo su rostro.

Relación FugitivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora