Ganar o perder, quedar bien ante cuantos más mejor, para así obtener una sensación de realzamiento moral sobre el resto: pretender ser mejor persona o sentirse más realizado por verse apoyado por ciertas personas, pensando que se ha ganado la guerra.
Lo siento, no lo entiendo. Nos pasamos la vida de moralistas criticando las guerras,pero las guerras no sólo empiezan en Oriente Medio: las guerras empiezan dentro de uno mismo, en el momento en el que nos cuestionamos nuestras propias decisiones, o con los demás, como con el maldito amor. Se trata como algo de ganar o perder, de la historia más antigua jamás contada: luz contra oscuridad, cosmos y caos, bien vs mal (aunque me temo que estos son filosóficamente controvertidos y relativos). Se trata como digo de estar en paz, y eso comienza por estarlo uno mismo; nos pasamos la vida enfrascados en relaciones turbias e intempestuosas (si las cosas van mal, no se trata de ser hater), y buscamos el apoyo ajeno. ¿Por qué no podemos hablar las cosas como adultos, por qué hemos de caer siempre en chiquilladas, en no hablar o en dar a entender las cosas? No se trata de sobreentender, el ser humano es puramente social, donde la contraposición corazón/razón de hace cada instante más patente en nuestras vidas. Nos rallamos pensando en por qué no nos mira, por qué hace lo que hace, u odiándole u odiándola por lo que haya hecho. Odio y dolor pueden ser a priori legítimos pero, ¿qué más da al fin y al cabo? El tiempo en nuestra dimensión es totalmente lineal, y nos empeñamos en construir puentes con acontecimientos pasados para intentar darle sentido al presente...¿qué más da haber hecho cosas mal? Acaba dando igual; las cosas duelen, joden, parten el corazón, causan caos en nuestra mente y hacen que el barco se pierda en la inmensa tormenta atlántica montada en nurstras cabezas.
Fingimos que todo nos da igual para que nadie vea nuestro verdadero yo.
Pero al fin y al cabo,¿Qué somos nosotros sin nosotros,sin nuestra esencia? ¿De veras merece la pena jugar más cartas en este absurdo y anodino juego?
Las cosas no tienen por qué ser como pueden llegar a ser.
Palabra de inconformista.