Hoseok.
— Kim Taeseok... —la pequeña voz resonó desde el asiento trasero, con un deje de asombro, como si estuviera probando el nombre en su lengua por primera vez— Me gusta mi nombre.
Una sonrisa se dibujó en mis labios al escuchar su entusiasmo. A mi lado, Taehyung soltó una risa baja, profunda y cálida, una de esas risas que parecían envolverlo todo.
— Es un gran nombre —dijo, su tono lleno de orgullo—Les queda perfecto a los dos.
— Kim Haneul... —murmuró mi pequeña con un tono soñador—Suena bonito, ¿verdad?
Me giré un poco hacia donde estaban, siguiendo la dirección de sus voces, aunque sabía que no podía verlos.
— Suena hermoso, pequeña —respondí con sinceridad.
El sonido de sus risas llenó el auto, como campanadas alegres. En algún momento, sentí unas manitas pequeñas aferrarse a las mías. Haneul y Taeseok habían estirado sus brazos desde el asiento trasero para entrelazar sus deditos con los míos. Me estremecí ligeramente al sentir ese contacto tan puro y confiado, y fue en ese instante cuando la realidad me golpeó con toda su magnitud.
Ahora eran nuestros hijos.
Kim Taeseok.
Kim Haneul.
La idea era abrumadora, no porque me asustara, sino porque significaba más de lo que podía poner en palabras. Durante tanto tiempo habían sido solo niños en las sombras, sin un lugar al que pertenecer realmente, sin un apellido que les diera identidad. Pero ahora... ahora tenían algo más que un nombre. Tenían un hogar.
Sentí el auto disminuir la velocidad hasta detenerse por completo. El sonido del motor apagándose me indicó que habíamos llegado.
— Ya estamos aquí —anunció Taehyung con suavidad.
Los niños saltaron en sus asientos con entusiasmo mientras Rose, la niñera, se encargaba de ayudarlos a desabrocharse los cinturones de seguridad. Unos segundos después, sentí la mano de Taehyung sobre la mía, cálida y firme, guiándome con naturalidad mientras bajábamos del auto. No necesitaba preguntarle nada; él ya sabía cómo hacerme sentir seguro sin siquiera mencionarlo.
El sonido del ascensor zumbando en el edificio nos envolvió en un breve silencio. Los niños susurraban entre ellos, demasiado emocionados para quedarse quietos. Las puertas se abrieron con un leve sonido metálico, y sentí a Taehyung posicionarse a mi lado, su brazo apenas rozando el mío.
— Sujétate de mí —murmuró, y no dudé en hacerlo.
Caminamos juntos hasta el departamento, donde una ráfaga de aire cálido nos recibió al entrar. La familiaridad del lugar me dio una sensación de alivio inmediato. Taehyung me guió hasta el sofá, asegurándose de que estuviera cómodo antes de soltarme.
— ¿Y ahora qué quieren hacer, Kim Haneul y Kim Taeseok? —preguntó con tono divertido, y por la emoción en su voz, supe que estaba sonriendo.
— ¡Jugar! —gritó Taeseok.
— ¡Y comer algo rico! —agregó Haneul.
Escuché a Taehyung reír suavemente mientras se movía por la habitación.
— Me parece un buen plan —respondió— Entonces, ¿quién quiere ayudarme a hacer algo especial en la cocina?
Los niños corrieron emocionados, y yo, sin necesidad de verlos, pude imaginar la escena perfectamente. Sonreí. Sí... ahora tenia una muy bonita familia.

ESTÁS LEYENDO
EL DONCEL Y LA BESTIA
FanfictionLos cuentos de hadas no existen. Solamente existe la crueldad y la asfixiante realidad. Por lo menos así, lo veía Jung Hoseok. El chico cuyo destino, fue marcado por las infidelidades y el constante maltrato de su esposo. Quería huir y perseguir...