Solamente tú

🥂 CAPÍTULO XXIII 🥂

Narra Amar:

Era alto, de piel bronceada y mirada oscura e intensa,había algo en sus ojos,por lo que vi, tiene heterocromia parcial,sus ojos color miel pero el derecho es la mitad azul, con una sombra de barba que le da un aire entre rudo y seductor. Trae una camisa de mezclilla con las mangas remangadas, dejando a la vista unos brazos fuertes y bronceados.

Amar:¿Eres...? -mi voz salió más débil de lo que quería-.

X:El encargado del rancho -dijo con un tono casual-. ¿Y tú?

Me sacudí las manos en los jeans, tratando de recuperar un poco de dignidad.

Amar:Amar. Nueva trabajadora.

Su sonrisa se amplió, como si mi nombre le pareciera interesante.

Emmanuel:Amar... bonito nombre. Soy Emmanuel. ¿Siempre causas este nivel de caos donde vas?

Lo miré con el ceño fruncido.

Amar:Depende. ¿Siempre te ríes del sufrimiento ajeno?

Emmanuel:Solo cuándo es divertido -respondió sin vergüenza-.

Rodé los ojos y crucé los brazos. Este cabron tenía toda la intención de sacarme de mis casillas.

Él se acercó un poco más, con un andar relajado y confiado.

Emmanuel:Entonces, Amar... dime, ¿qué te trajo al rancho? No pareces del tipo que se despierta con ganas de limpiar establos.

Le sostuve la mirada, negándome a ser intimidada.

Amar:Digamos que necesitaba un cambio de aire.

Emmanuel inclinó la cabeza, evaluándome con sus ojos que me derretían.

Emmanuel:¿Cambio de aire o escapando de algo?

Mi mandíbula se apretó por instinto.

Amar:¿Siempre eres tan metiche con las nuevas?

Emmanuel:No -su sonrisa se volvió más ladina-. Pero tú me das curiosidad.

Mi estómago se apretó con ese comentario, pero me negué a reaccionar.

Amar:Pues que pena, porque no vengo con biografía incluida.

Él soltó una risa baja.

Emmanuel:Misteriosa... me gusta eso.

Antes de que pudiera responderle, me ofreció la mano.

Emmanuel:Bienvenida al rancho, Amar. Te vas a divertir aquí.

Amar:¿Divertirme?- arqueé una ceja, sin confiar en esa sonrisa suya-.

Emmanuel:Oh, claro que sí. -dijo, con un destello pícaro en los ojos-. Aquí hay muchas formas de hacer que el tiempo pase... rápido.

¿Porque me dio un escalofrío cuando dijo eso?

Respire hondo y tome su mano, solo para que un pequeño chispazo me recorriera la piel cuando nuestras palmas se tocaron.

Emmanuel pareció notarlo, porque su sonrisa se ensanchó aún más.

Emmanuel:Nos vemos luego, Amar.

Y con eso, se giró y se alejó con una calma absoluta.

Me quedé ahí, viéndolo irse con una mezcla de irritación y algo más que no quería nombrar.

Amar:¿Qué pedo con este tipo? -murmuré-.

Martín:Ya valiste madre -dijo desde el otro lado, mordiéndose los labios para no reírse-.