Parte 1

245 21 6
                                    

Todo el mundo tiene sus misterios. Todo el mundo tiene secretos que no quiere compartir y todos al final del día buscan su interrogante para ser feliz. Algunos lo encuentran y otros no. Pero la clave de la felicidad está en los pequeños detalles.

A Mia le hacen feliz un par de cosas: los sombreros, las redes sociales, los libros, su pintalabios granate y sus gafas vintage moradas que no se quita ni en invierno.
A Niall le gusta el golf, beber cerveza, acostarse con chicas y reírse. A Niall le gustaba reírse y vivir la vida, todo el mundo coincidía en que siempre parecía feliz.

Mia se volvió más fuerte en el momento en el que tuvo el valor de salir con los labios pintados a la calle, y no era ni un rosa ni un rojo, no se veía bien con esos colores. Ella descubrió el color granate, que era pasional y atrevido pero más o menos a su altura. Comenzó a vestir como ella quería, sin importar las modas o lo que decían los demás. Se soltó el pelo, decidió que quería vivir la vida, ir salvajemente probando cosas nuevas. Sentía que tenía que abandonar su nido más a menudo, que no podía pasar tantas horas en casa sin hacer prácticamente nada. El día que Mia trajo su pintalabios granate a casa por primera vez su madre podría haber reaccionado como una madre moderna y cool que asume que su hija está creciendo, pero no, ella no lo hizo así.

Oh, ella reaccionó como una loca. Como una completa loca.

"Yo no te eduqué así. ¿Qué está pasando contigo?" Te prohíbo salir con ese color, ¡¿me has oído?!"
Y bueno, para entonces Mia tenía casi los dieciocho. Wow una locura.

Ahora un año y medio después, para Mia iba todo a la perfección. Dejó de ser ese pajarito tímido para ser un águila. Seguía teniendo su parte tierna e increíblemente dulce, pero se volvió fuerte y segura de sí misma.

Luego esta Niall, ese chico que conseguía todo lo que se proponía, para bien o para mal. Aquel chico de sonrisa encantadora y ojos azules que encandilaba a cualquiera. Amaba a sus amigos y a sus cervezas, nunca parecía estar triste aunque extrañaba a alguien a quién amar. Aveces sentía que no lograba encontrar el amor. Tal vez no se había parado a pensar que él mismo era el problema: le gustaba el sexo como diversión pero no sabía llevarlo a más.

Muy pronto sabremos si Mía le cambió las expectativas, por que a veces con mirar a una persona sabes descifrar todo lo que pasa a su alrededor.

X X X

Mia se encontraba sentada en la barra del pub londinense al que solía ir con sus amigos casi todos los sábados por la noche. Sin embargo, no se sentía con ganas de divertirse aquella noche. Una canción lenta comenzó a sonar, por lo que no se molestó ni en levantarse. ¿La razón? Todas sus amigas tenían novio y ella no. El último la engañó con su hermana que tiene dos años menos que ella. Dos meses después, seguía con la espinita en el corazón. Pega un sorbo a su segunda cerveza y se seca los labios con una servilleta. Saca un espejo y su pintalabios granate y se los retoca en el acto. Todo el mundo está demasiado ocupado como para fijarse en ella, pero a través del cristal reflectante observa a un chico rubio. Mia dio un brinco cuando se da cuenta de que la estaba hablando.

-Debería estar prohibido que una chica tan guapa como tú se pierda un baile por no tener acompañante.

A Mia se le pone la piel de gallina cuando el desconocido le toca la cintura.

El chico rubio es realmente irresistible: una sonrisa perfecta, unos ojos que superan el color del mismo cielo y unas facciones que muchos chicos quisieran tener.

-A lo mejor estoy sola porque quiero -responde Mia con una media sonrisa.

El muchacho no le incomoda, le parece agradable.

Maroon lips → n.h {one shot}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora