T & O es porque te odio || Percabeth

Capítulo 12: Una amiga para Nico.

Capítulo 12: Una amiga para Nico.

Ya era otra vez lunes, de nuevo a las clases.

Annabeth se levantó somnolienta de su cama y se dirigió al baño, necesita una larga ducha para pensar todo lo que le había pasado durante aquella noche, fue un fin de semana lleno de reflexiones.

Cuando termino de bañarse, salió y se vistió con algo sencillo y cómodo, estaba lista para comenzar el día; no todo podía ser tan malo.

Annabeth entró a Goode por los estacionamientos, cruzó las canchas de fútbol y lacrosse, y se dirigió al campus en donde se encontró a Leo, Piper y Jason, estaban conversando, y debía de ser algo gracioso ya que los divisó riendo.

—Hola chicos —saludó ella estando ahí.

—Hola —respondieron Jason y Piper al unísono.

—Hey Anni —saludó, en cambio, Leo.

—Y ¿de qué hablaban? —cuestionó ella con interés.

—De que yo puedo obtener más visitas en YouTube si subo un vídeo mío en donde esté bailando —respondió Leo con una sonrisa.

—¡Ja! Si claroo, un documental tiene más visitas que tú en YouTube —bromeó Annabeth.

Jason y Piper se rieron por su comentario, Leo se hizo el indignado por aquello.

—Sólo tienes envidia —respondió él, pero en cuanto miró en otra dirección —más allá de donde ellos se encontraban—, comenzó a reír por lo bajo.

—¿Qué? —preguntó Jason intrigado.

—Nico está hablando con una chica, y se les ve muy alegres —respondió él.

Todas se volvieron hacia donde Leo observaba, y estaba en lo cierto, ¿Leo acertando? Era difícil de creer pero así era.

Nico venía acompañado de una chica de cabello oscuro —recogido en una trenza—, al igual que sus ojos, ambos iban conversando, parecía que se llevaban muy bien.

Annabeth en cuanto la vio, no tardó en reconocer a la chica.

—¡¡Reyna!! —gritó, corriendo hacia la chica, que estrechó en un gran abrazo, y cual ella no tardó en corresponderle.

Se separaron después de un los largos segundos.

—¡Hola, Annabeth! —saludó Reyna, emocionada de verla de nuevo.

—Me alegro de verte, ¿cómo está Hylla? ¿Y el negocio? —preguntó Annabeth por la hermana de la chica y el negocio en donde ella y su hermana trabajaban.

—Todo bien, gracias. Terminando las clases iré a ayudarle hasta que el local cierre, ahí haré las actividades o sino en casa, al cabo cerramos a las ocho de la noche —respondió sin preocupaciones.

—Me alegro, ahora ven, te presento a algunos de mis amigos —dijo llevándose a Reyna del brazo hasta donde se encontraban los demás, y olvidándose del hecho de que Nico aún seguía allí.

—Bueno, él es Jason Grace —presentó Annabeth, refiriéndose al rubio, quien miraba a Reyna algo embobado, tal cosa hizo que ella se sonrojara—, él es Leo —continuó con el duende latino— y ella es Piper, a quien ya conoces, ¿te acuerdas de ella?

—Por supuesto que me acuerdo de Pipe, ¿cómo has estado? —preguntó dándole un abrazo

Piper le correspondió a éste. —Muy bien, gracias.

—Bueno, veo que ya conoces a Nico, Reyna —comentó Jason. A este punto, el mencionado ya estaba junto a ellos.

-¡Oh, si! Nos topamos, literalmente, en la entrada y... Pues comenzamos a conversar—dijo ella.

—Con que ¿una amiga para Nico, eh? —dijo Piper, dándole un codazo a Leo mientras le guiñaba el ojo y señalaba a Reyna y Nico con la cabeza, él captó el mensaje y comenzó a reír con complicidad.

—¿Qué es lo gracioso? —preguntó Jason sin entender.

—Nada —respondieron Leo y Piper a la vez.
—Oye Nico, ¿y Hazel? —preguntó extrañada Annabeth, al no ver a la chica con la que Nico siempre venía, pues a ambos los traía su padre, o padrastro en el caso de Hazel.

—¡Ah, lo olvidaba! Ella está en Italia con mi mamá, fueron a comprar haya el vestido y tener su momento madre e hija, además de que van a visitar a Bianca, tiempo de chicas diría yo —respondió él.

—¿Tienes una hermana que vive en Italia? —preguntó Reyna asombrada, volviéndose hacia Nico.

—Eh, sí, olvidé mencionarte que soy de allá, junto con mi padre —respondió Nico.

—Increíble, ¿entonces tu mamá se va a casar?, pues muchas felicidades, ¿me invitas a la boda, eh? —bromeó ella—. No te creas.

—¡No! Descuida, si quieres ir yo puedo decirle a mi papá, y ya estás invitada, no hay ningún problema —comentó él.

—Oh, pues muchas gracias —dijo ella, dándole un abrazo que él correspondió.

Sus amigos se rieron al ver a Nico sonrojado, se veía un poco gracioso para ellos.

—Aw que lindos —dijo Piper con voz chillona. Al decir aquello ambos chicos se separaron, todos sonrojados de las mejillas.

—Hey chicos... ¿y tú quién eres? —preguntó Frank junto a ellos, mientras señalaba a Reyna. Él y Percy se habían unido apenas a los chicos.

—Hola, soy Reyna —respondió ella, saludandolo con la mano.

—Mucho gusto Reyna, soy Percy —se presentó él.

—Bueno, pues yo soy Frank —dijo él, señalándose así mismo

Reyna asintió.

—Chicos ¿no han visto a Calipso? —preguntó de repente Leo.

—Sí, está con Thalia en el salón del grupo C, al parecer están arreglando eso del proyecto que encargó Brunner —respondió Jason.

—¿Por qué preguntas Leo? —preguntó Percy alzando las cejas, mirándolo divertido.
—Por nada —respondió éste rápidamente.

—Claro, si tu dices —tercio Frank.

—Cambiando de tema, ¿Annabeth dónde estuviste después de que te fueras del gimnasio? —cuestionó Piper.

Annabeth palideció. —Estaba con Thalia —respondió rápidamente.

—Pero después te fuiste, si mal no recuerdo —comentó Nico

¿Cómo sabía él que era ella?

Thalia, ella le debió haber dicho.

—Sí , es que después de eso tuve que irme, surgió una emergencia —respondió algo nerviosa.

Piper la miró con la ceja alzada, sabía que no le creía, Annabeth le hizo una seña para decirle que después le contaba, ella asintió estando de acuerdo.

De esta no se escapaba, lo sabía muy bien.

—Oh bueno, al cabo no eras la única, y tú Percy ¿dónde estabas? —preguntó Leo, volviéndose hacia Percy.

El chico se encontraba hablando con Nico, que apenas y escucho cuando le nombraron.

—Oh, yo estaba bailando...con Rachel —finalizó, todos se volvieron hacia él —a excepción de Nico y Reyna—, Annabeth lo miró con el ceño fruncido, ¿acaso eso era verdad? No lo sabía, pero es que lo había dicho como si no tuviese nada que ocultar. Como si no hubiera sido algo relevante.

—¿Qué? —preguntó Percy al ver que todos le miraban.

—Nada —respondieron Jason, Leo y Piper a la vez.

Él asintió algo dudoso y continuó su charla con Nico, a la cual se le unieron Frank y Reyna.

—Aún no puedo creer lo que dijo, Rachel nunca se juntaria con un amigo nuestro o alguno de nosotros después de lo que pasó —dijo Piper en voz baja, para que sólo la escucharán Leo, Jason y Annabeth.

—Bueno, tal vez no lo reconoció, ya saben, era un baile de máscaras y apenas y yo reconocí a Calipso —comentó Leo.

Jason asintió. —Sí, puede ser, ¿pero cómo supo que era Rachel? —preguntó él.

—Rachel es fácil de reconocer por su cabello, sus ojos y sus pecas ¿no? —todos asintieron en acuerdo a la respuesta de Piper, Rachel era fácil de reconocer, eso lo sabían.

—¿Y qué más da? Bailaron y ya, eso es su asunto, si decide irse después con ellos pues bien ¿no? —opinó Annabeth.

—¿En serio? —preguntó Leo, como si aquello que dijo fuera en broma.

Annabeth asintió, lo decía en serio y no en broma.

—¿Cuanto odio, eh? —dijo Jason.

—Demasiado —respondió ella con una sonrisa.

—¿Cuándo harán las paces? —preguntó Leo.

—Cuando los cerdos vuelen —contestó.

—O sea nunca —concluyó Piper.

—Exacto, aunque, ¿quién sabe? Puede que algún día vea uno —dijo esperanzada.

—No pasará —contestó Leo.
—Eso dices tu.

La campana tocó en ese momento, las clases ya habían comenzado.

—Reyna, ¿en qué grupo estás? —preguntó Annabeth volviéndose hacia ella, cruzó los dedos por que tocará en el E.

—Humm, en el C —contestó ella. Eso mató su esperanza.

—¡¿Si?! —preguntó Nico emocionado, ella asintió—. ¡Entonces vamos!

La tomó de la muñeca y se la llevó corriendo de ahí.—¡¡Adiós!! —se despidió Reyna mientras era arrastrada por el chico.—¡Adiós! —contestó Annabeth.

—Vente, vámonos —dijo Piper apurada, tomando a Annabeth del brazo, ambas salieron corriendo hacia su salón para no llegar tarde, sin esperar a los otros chicos con los que compartían grupo. Hoy será un largo día, pensó Annabeth.