Seis...

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Definitivamente, esta había sido la noche más larga de toda mi vida, me despertaba una y otra vez, ya sea por las enfermeras que entraban y salían a darle medicamentos a Edgar, la familia de Edgar llamando, o mis propias pesadillas torturándome, y eso sin decir que los ronquidos de Edgar no ayudaban para nada. Ya eran las 5:28 de la mañana y yo aún no me podía dormir desde que la enfermera interrumpió mi incomodo sueño y, ya me estaba dando jaquecas. Luego de un rato decidí llamar a Cristian, ya había estado mucho tiempo aquí, la madre de Edgar uso la excusa de que tenía que trabajar y no tenía a nadie que viniera a reemplazarla; pero él no me iba a decir que no, tenía que venir.

- ¿Quién? -Pregunto, se notaba que no tenía ni tres segundos despiertos.

- Soy Rebecca, necesito que vengas.

- ¿A dónde tengo que ir?

- Cristian, al hospital.

- ¿Para qué?

- Cristian... -¿A caso había perdido la memoria, o se estaba haciendo del idiota?- Ven y te Explico.

- Ok.

Luego de colgar decidí salir al pasillo, todas las sillas estaban ocupadas, me di la vuelta y vi unas escaleras, no lo pensé dos veces y me senté.

- Llegue -Dijo Cristian, sentándose al lado de mí.

- Ya me di cuenta -Dije obvia.

- Dime, ¿Porque estoy en el hospital?

- ¿Enserio no te recuerdas?

- ¿De qué me debería recordar?

- Cristian... ¿Qué ocurre contigo? ¿Cómo te vas a olvidar de lo que paso ayer con Edgar?

- ¿Que paso con Edgar?

- ¡Cristian! -Literalmente grite- Ayer Edgar se rompió el cráneo por tus jueguitos de venganza infantiles.

- ¿Que... Qué?

- ¿Rebecca Holls? La novia de Edgar Molinsong -Interrumpió una morena, supongo que es una de las tantas enfermeras.

- ¿La qué? -Dijo Cristian.

- Luego te explico -Le susurre a Cristian- Si -Respondí a la morena.

- Sígame por favor -Dijo la enfermera- Usted no -Señalo a Cristian, reprimí una risa y la seguí, viendo a lo lejos como Cristian se quedaba sentado con un gesto de estar confuso.

- ¿Rebecca? -Pregunto Edgar una vez entre de nuevo a la habitación.

- Hola Edgar -Dije sentándome a su lado.

- Dime que realmente ocurrió ayer, porque ellos -Señalo al doctor- Solo dicen que me rompí la cabeza, pero no dicen cómo y, yo solo recuerdo haber estado tomando unos tragos con Cristian.

- Bueno... -Comencé- Ayer luego de que terminaron de beber, a Cristian se le ocurrió ir a vengar a tu ex.

- ¿Angela? -Interrumpió Edgar.

- Sí.

- No entiendo porque el sigue con esas ideas locas de venganza.

- ¿Ideas de venganza?

- Si, Siempre que bebe en exceso terminamos vengándonos de algún desafortunado que no ha hecho nada.

- Deberían de hacer algo al respecto, de lo contrario terminaran en algo terrible.

- Lo sé.

- Rebecca Holls -Dijo la Doctora.

- ¿Si? -Conteste.

- Temo que deberá esperar a fuera mientras terminamos de hacerle los exámenes a Edgar.

- No hay problema -Dije.

Me despedí de Edgar y salí de la habitación. Al salir vi a Cristian en la sala de espera, me senté junto a él y dijo.

- Jamás volveré a beber, es por el bien de Edgar -Reí- Es enserio - Dijo serio.

- Esta bien -Dije- Es tu vida... y la de Edgar -Reí de nuevo.

Sonó el celular de Cristian. Al colgar el celular dijo.

- Tenemos que ir a casa.

- ¿Pero y Edgar?

- El estará bien -Me sujeto del brazo y me llevo al auto.

El viaje a casa fue algo tenebroso y raro no entendía la situación. Mis intentos de preguntar que ocurría eran en vano, Cristian se negaba a decirme y de verdad se sentía como un Dejavú.

- Hasta acá puedo llegar -Dijo Cristian.

- Estamos a una cuadra de la casa -Dije.

- Sal por favor -Abrió la puerta del auto abriéndome paso para salir.

- No.

- Sal Becca.

- No saldré hasta que me expliques que hacemos aquí –Dije - ¿Y quién te llamo?

- Sal Rebecca es por tu bien.

- ¡Dime que rayos está pasando Cristian!

- No puedo -Dijo Cristian, luego salió del auto y lo rodeo y me sujeto de las piernas hasta sacarme del auto.

Lo golpee en la espalda como pude, pero se las arregló para sujetarme los brazos, me llevo hasta la puerta de la casa y me dejo allí, quede casi perpleja, ¿Que era tan importante como para hacer todo esto?, al parecer solo él lo sabía.

Entre a la casa y como era de saberse mi mama no estaba allí, Valentina estaba durmiendo e Isa estaba en casa de una nueva amiga, (¿Recuerdan cuando dije que ella era buena haciendo amiga a comparación de mí?, pues sigue siendo así). Subí a mi habitación, me duche y decidí juntar un enorme rato mis ojos.

Diario de una Escritora más...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora