LA SECRETARIA

Capítulo 19

Bueno, bueno, bueno... actualizo por fin. El trabajo casi no me deja tiempo para escribir, pero espero volver a coger un poco el ritmo que tenía antes. Gracias a quienes siguen esta locura.

A K... Tú sabes quien eres.

Capítulo 19

Una última vez

- Bien, Jaime, la situación está así: el tumor ha menguado considerablemente, por lo que podríamos proceder a la operación para extirparlo. Sin embargo, eso conllevaría tenerte hospitalizado bastantes semanas, como comprenderás.

- Claro.

- Sabes que de momento está controlado pero es necesario que intervengamos.

- Lo sé... y lo voy a hacer, pero dame unas semanas... necesito sentirme una persona normal durante unos días.

El médico frunció los labios.

- Lo entiendo... solo te pido que no lo demores mucho.

- ¿Podría embarcar?

- No te lo recomiendo, Jaime... lo mejor es que te quedes en tierra.

Jaime asintió y Marta también. Las últimas semanas habían supuesto una especie de sprint en el tratamiento y claramente había funcionado, pero aún así la operación era inevitable aun con todos los peligros que implicaba. El matrimonio salió de la consulta en silencio.

- ¿Cuánto tiempo vas a esperar? - le preguntó Marta.

- No lo sé... un poco. No me apetece salir de esto y volver a encerrarme en un hospital, Dios sabe cuántas semanas.

- Lo sé, Jaime... pero ya has oído al médico.

- Y lo voy a hacer - confirmó Jaime tomándola de las manos. - Pero quiero hacer vida normal, planear un viaje contigo, salir.

- ¿Un viaje? - cuestionó su mujer.

- Sí... hace tanto tiempo que no hacemos nada juntos...

Marta asintió. Desde que supo que Jaime estaba enfermo, no le había negado nada de lo que le había pedido: salidas, cenas, planes de todo tipo... siempre y cuando su salud se lo permitiera. Claro que estaba contenta por el camino que había elegido respecto a acompañarlo en su situación, pero aunque no quisiera reconocerlo, todo eso estaba pesando en su relación con Fina.

Desde la última vez juntas, no habían vuelto a tener un tiempo a solas. Se veían en la oficina pero casi siempre las conversaciones giraban en torno al trabajo. Sin embargo, Marta había encontrado la forma de compensarle y estaba deseando llegar a la empresa para contárselo.

Después de despedirse de su marido, Marta llegó a la oficina a eso de las once y media de la mañana. Buscó a la secretaria con la mirada porque no la encontró en su puesto y fue entonces cuando la vio salir del baño. Fina apretó el paso nada más verla, sin poder ocultar sus ganas de abrazarla. Se detuvo cuando llegó a su altura y aunque no pudo dedicarle el gesto cariñoso que quería, sus ojos almendrados hablaron por sí solos.

- Estás muy guapa hoy... - le susurró Marta.

- No más que tú... - le contestó la morena.

La tensión entre ambas se podía notar. Marta bajó la mirada a sus labios y le pidió gesticulando con la boca que la siguiera al despacho. Fina sonrió y, tomando su cuaderno y el bolígrafo, hizo lo que la rubia le había pedido. Marta dejó sus cosas en su escritorio y se giró hacia ella.