X. Frank y los argumentos en contra de la locura

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Mientras lo que ocurría en casa de Frank -que no hace falta decirlo-, los vecinos llamaban a la policía por haber escuchado los gritos, e incluso algunos habían logrado ver a aquel tipo misterioso con un carmesí negro.
Frank había estado inconsciente mientras el Rey Carmesí hablaba con Frank, pero Frank había logrado verlo, por eso, cuando declararon lo sucedido ante las autoridades, Frank fue el único que le creyó.
Frank más que nadie sabía que en esta vida también existía lo sobrenatural, y le constaba. Su vida era un sin fin de actos paranormales.
Cuando la policía interrogó a Alex, primero se rieron, la segunda vez creyeron que estaba loco, y la tercera, bueno, la tercera siempre es la vencida.
-Por última vez, Alex -dijo el policía con barba-. ¿Qué fue lo que ocurrió?
Alex suspiró y volvió a contar lo que sabía.
-Ya le dije que alguien con una túnica negra carmesí y ojos rojos arrojó a Frank por los aire y lo amenazó de llevárselo a el otro mundo.
Aquel policía con barba se contuvo de la risa, pero Alex notó en su mirada que le decía «estás loco, estás loco, chaval», pero eso no lo intimidó.
-Lo que tú me describes es prácticamente imposible.
-Pero no lo es.
No lo convencería, Alex no iba a convencer a nadie de esa historia. Era obvio. Pero ¿por qué necesitaba que alguien le creyera? Frank le creía y con eso le bastaba.
Al final habían salido de la sala de interrogatorio como «los dos locos de la ciudad», nombre que, por supuesto, se lo habían ganado con mucho orgullo.
Estaban ahora en la casa de Alex, ninguno de los dos había hablado sobre ello, y tampoco tenían intenciones de hacerlo. Pero Frank rompió con el silencio.
-Tú... -titubeó-. ¿Escuchaste como me llamó?
Alex, quien estaba perdido en sus pensamientos, lo miró atento.
-No, ¿como te dijo? -preguntó acercándose.
-Me llamó Staxx.
Alex frunció el ceño y luego intentó recordar en qué momento había dicho eso. Luego, después de unos segundos, recordó que cuando esa cosa entró, había soltado un rugido, pero jamás le dio un significado, pero era cierto, esa cosa lo había llamado Staxx.
Y aquí es cuando Frank pensó que se estaba volviendo loco. Primero Claudia, y ahora esa cosa. ¿Qué relación tenían? No parecía que tuviera sentido alguno, más bien, empezaba a creer que realmente estaban locos y necesitaban ayuda.
Staxx Staxx Staxx, resonó en su cabeza, vendré por ti Staxx.

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Aquí les dejo otro cap. No se enreden que ya pronto todo quedará claro;)

La historia de Frank  «Staxxby»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora