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Lo se, soy malvada, un engendro del demonio, pero les juro que no fue mi intención demorarme tanto tiempo. Entre que mis musas volaron a Australia a saltar con los canguros, los estudios y mi trabajo todo se volvió un caos, así que les pido un millos de disculpas y espero que les agrade este capítulo, se que es un poco corto pero quise subirlo antes que mis pensamientos se comploten y no les guste lo que escribi, asi que espero de todo corazon que le guste! Muchos besos!! 

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Eran las 3 am del 9 de junio cuando un rubio aparecía en Malfoy manor, cansado, frustrado y con su cabeza lejos de aquel lugar. Al final, los brujos rebeldes eran un grupo de adolescentes que solo querían "un poco de aventura y riesgos en sus vidas aburridas" o eso es lo que había dicho el mayor cuando los encontraron y los detuvieron. El auror tuvo que llevar a cada uno hasta su casa y explicarles a sus padres los problemas que habían causado.

-Draco Lucius Malfoy!! Donde mierda te habías metido???? No sabes lo preocupada que me tenias!! 3 días!! tres malditos días sin saber nada de ti! El ministro llamo y me dijo lo que paso, pero tu ni una lechuza para avisarme nada!! Además de no contarme lo que paso con Hermione!!- le gritaba Astoria que llego casi corriendo al escuchar que alguien entraba en el estudio. Estaba con su pijama puesto, un bonito camisón de tirantes color natural, una bata de seda a juego, sus lentes de lectura y un libro en una mano

-Grini... Lo siento mucho, estuve mal en no avisarte, pero salí tan rápido que lo olvide...- contesto el ojigris tocándose la sien mientras cerraba los ojos

-Tranquilo, solo quería jugar un poco... Ven, fueron días difíciles, verdad?- le dijo la morena a la vez que tomaba su mano y lo llevaba fuera de la oficina

-Grini, ahora no- le dijo deteniéndola de inmediato -Necesito estar solo... Tengo mucho que pensar, Herms me dejo con muchas cosas en la cabeza...- concluyo el hombre, que se había soltado de su esposa y se sentaba en su sillón favorito. Astoria lo veía preocupada, se notaba que tenia muchas cosas que asimilar, así que solo asintió comprensiva y se encaminó a su cuarto.

"Cuanto admiro a esa mujer..." Se dijo mientras se servía un vaso de whisky de fuego. Draco sentía que iba a explotar con tantas cosas que tenia en la cabeza. Pensaba en todo lo que había pasado aquel día, había muchas cosas que asimilar y muchas decisiones que tomar... Amaba muchísimo a Herms, por eso no podía permitirse convertirla en su amante, no concebía esa como una opción, era demasiado mujer para aquello... Y tampoco expondría a Astoria de esa manera, llevándola a la posición de mujer engañada, era una dama con todas las letras, nunca se quejo, nunca le recrimino nada, jamás lo culpó por nada... Y tenían un hijo pequeño, no podía dejarlo solo con su madre porque, a pesar de amarlo con cada fibra de su ser, estaba seguro que lo mejor para Scorp era estar con Astoria y ella no podría estar separada de él aunque se lo propusiera...

-Merlín!!- exclamó -¿Por qué todo es tan complicado siempre?....- se dijo en vos alta. Las últimas palabras que se dijeron resonaron en su cabeza en ese

"Amaste mucho a su padre...- a lo que la castaña respondió -Aun lo hago..."

Ese sentimiento de desasosiego que tenia adentro crecía a cada segundo.... Estaba feliz por volver a haber visto Hermione, pero sentía tanta tristeza por los años separado de ella... Envidiaba tanto a Charlie en esos momentos, sabia que estaba mal, pero aquel sentimiento surgía de lo mas profundo de su alma... Weasley compartió con la castaña los años que a él le hubiera gustado compartir, le dio los gustos que a él le hubiera gustado darle, seco las lagrimas que él debería haber secado... Le dio el hijo que tendría que haber sido de ellos... Un hijo... Uno de ellos, rubio con ojos color miel o castaño con ojos de tormenta... Ojos de tormenta...

Aun no es tardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora