||Capítulo 57.

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Mullingar, Irlanda. 

Liam se sentó en el suelo con las manos en el rostro, lleno de lágrimas y con el nudo en la garganta persistiendo. Miró las cosas de Zayn todavía acomodadas en su cuarto: sus playeras y un par de zapatos que había dejado a medio camino cuando había salido corriendo en busca de más noticias de Niall. 

Estúpido, idiota, imbécil, se repetía a sí mismo. ¿Qué había esperado que pasaría? La mentira algún día saldría a la luz ¿Y luego qué? Zayn tenía su respuesta clara, siempre la tuvo, eligió a Niall desde el inicio, siendo sinceros, Liam jamás fue una opción de felicidad para él. 

Nunca lo había querido, nunca lo había amado y ahora lo odiaba, lo había visto en sus ojos esa mini fracción de segundo antes de salir corriendo por la puerta, todavía recordaba bien su expresión atónita y dolida, el hecho de que había hecho una conexión muy rápida de los hechos: me mentiste. 

Se abrazó mientras se ponía en posición fetal sobre la alfombra y dejaba que sus lágrimas llegaran al suelo. Sentía que moriría, el dolor era intenso y demoledor, se acumulaba dentro de él junto con la vergüenza que sentía en sí mismo por haberle mentido y peor aún, ser descubierto. Se sentía apenado, abochornado, culpable en todos los aspectos posibles. Y se sentía aún peor sabiendo que Zayn iba a tener siempre esa imagen de él: alguien que se había aprovechado de su amabilidad y que le había mentido sólo para que se quedara. Era completamente egoísta, la peor basura del mundo. 

Jamás lo volveré a ver... Jamás... 

Liam soltó un alarido lo suficientemente fuerte para lastimar su garganta. 

—Quiero verte, por favor —dijo lleno de dolor a la nada—. Perdóname Zayn...

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Doncaster, Reino Unido. 

Niall inhaló cuidadosamente el alcohol que Jeff puso en su nariz con un algodón, hizo caso cuando le indicaron que aspirara y exhalara lentamente y que se recostara sobre la cama, se concentró en los rápidos latidos de su corazón y sus oídos pitaban como locos, como si quisieran explotar. Louis y Felicite parecían dos pajaritos desesperados a su al rededor, esperando ver si reaccionaba adecuadamente al despertar. 

Niall comenzó a moverse, agitó la cabeza varias veces de un lado a otro y sus manos sujetaron con fuerza su propia playera.

—Zayn —dijo a como pudo, mientras intentaba levantarse—, Zayn, necesito, necesito verlo, díganme dónde está, ¿P-por qué me mintieron?

Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y sus labios temblaron al pronunciar cada palabra, entre la línea delgada de la consciencia e inconsciencia, Niall comenzó a tener escalofríos violentos por todo su cuerpo. 

—Necesitamos que venga un doctor, hay que sedarlo, podría darle un ataque —indicó Jeff con voz autoritaria, Felicite asintió de manera seria y salió rápidamente de la habitación—, Louis, ven a ayudarme a sostener sus manos, podría hacerse daño. Está en estado de conmoción. 

Niall comenzó a llorar y a gritar unos segundos después de que Louis tomara sus manos e hiciera un esfuerzo real para que no se moviera demasiado. Le sorprendió la fuerza física que tenía el chico pese a parecer tan pequeño. 

—¡Me mintieron! —gritó lleno de dolor con el rostro rojo— ¡Todos ustedes me mintieron, me hicieron enterrarlo! ¡Los odio

El médico llegó unos minutos después seguido de Fizzy, había estado cerca porque una chica había tenido un accidente con un cuchillo de cocina y ese día tocaba retirarle las puntadas, obligaron a salir a todos de la habitación (sólo se quedó el psicólogo) y más tarde los gritos y sollozos de Niall perdieron volumen hasta que se apagaron, Jeff salió con el rostro pálido de la habitación y apretando las manos en señal de estrés. El médico cerró la puerta detrás de sí. 

Detrás del arcoíris ||L.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora