1. El chico de las muletas

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Se dirigía hacía la enfermería, desvalido, donde Hoseok, después de una fuerte pelea en el patio del colegio, esperaría a que cesara la hemorragia de su nariz. Sus andares estaban llenos de cansancio, parecía estar anclado al suelo.

Las facciones de su cara desprendían rabia, pues fue la única víctima de aquella innecesaria pelea. Un año más caminaba en la misma dirección, 4º de la ESO y esta vez con gente a la que no conocía. Sus amigos habían pasado a 1º de Bachiller mientras que él, arrepentido por no haber estudiado en Septiembre, le tocaba volver a aguantar a los profesores que tanto odiaba.

Al fin, después de un eterno camino hasta la enfermería, logró sentarse fuera, a la espera de que Choa, la enfermera, le diera paso para atenderle. Desplomó todo su peso en uno de los bancos, algo viejos y carcomidos por termitas.

La habitación era blanca y debía de estar recién pintada ya que JHope percibía un leve olor a pintura. Su mirada era llamativa a pesar de tener los ojos marrones, el color de su pelo no era un negro muy definido pero a veces oscilaba en una escala de marrones. Era alto, pero no demasiado, y vestía con ropa de marca, aunque en eso no se diferenciaba mucho de la gente del colegio.

Parecía un día tranquilo, no había nadie más a su alrededor. Las persianas, verdes como todas las del instituto, estaban entreabiertas dejando pasar algún rayo de luz. Había un par de cuadros en la pared de enfrente, parecían simples fotografías de algún concurso del colegio.

Por fin se vio salir a un joven de la sala, era algo más bajo que él pero realmente alto, delgado, muy moreno y con un peinado que a simple vista le recordó a la melena del león. Él al verlo así pensó que se había torcido el pie izquierdo y que se lo habían vendado.

Con un gesto de bienvenida, Choa le dio paso a Hoseok para ver qué le había ocurrido y él, al que parecía caerse la baba al ver al chico, se levantó para volver a sentarse en una silla de la otra sala. Él no se podía explicar su reacción.

Era un chico duro y no se podía permitir que su reputación cambiase porque le había fascinado ese chico. La enfermera le curaba cuidadosamente ya que él no hacía más que quejarse. Mientras tanto le explicaba entre gritos y estremecimientos qué había pasado para llevar esa cara llena de grandes moratones.

Resultó haber sido una discusión con tres compañeros de su nueva clase que solían meterse a menudo en problemas; Jungkook, Yoongi y Namjoon eran sus nombres. No le quiso dar más detalles ni decirle que le habían pegado por el mismo motivo por el que él estaba preocupado, le habían pillado besándose con Jimin, un chico menor que él.

No tardó mucho en curarlo así que salió de la enfermería dirección a las escaleras por las que debía subir. La sirena del recreo, aguda y muy potente, ya había sonado hace rato con lo que tenía que llegar rápidamente a su clase.

Cuando pretendía subir las escaleras en dirección al 3er piso, se encontró con el chico de la venda con la intención de llegar a su clase. Hoseok se presentó amablemente al chico.

-Hola! Soy Hoseok, te vi antes en la enfermería, necesitas ayuda con eso?- dijo señalando las muletas.

-mmm.. Ho-ola soy Tae, o..osea Taehyung -su cara estaba roja, se le notaba nervioso.

A Hoseok no le sonaba su cara así que supuso que sería nuevo.

Decidió acompañarle al ascensor. Iban lentos, con alguien cojo era difícil cruzar el patio en un segundo.

Este era enorme comparado con los demás colegios de Seúl, bonito y a la vez muy simple. Todo eran árboles altos, bancos de piedra y porterías metálicas a falta de una mano de pintura.

Al llegar al ascensor esperaron a que llegara hasta la planta baja y así poder subir a las clases. Era un espacio pequeño para toda la gente que había entrado, costaba encontrar un hueco por donde poder mover el brazo sin golpear a nadie.

V estaba cerca de JHope, tanto que podía sentir su respiración. Tae se encontraba algo incómodo con la situación, no le conocía de nada pero causaba en él algo que le gustaba y a la vez le daba miedo.

Hoseok le acompañó a su clase y allí se despidieron. V le dio las gracias por su ayuda y él mientras le pedía su teléfono, le devolvía la mochila para que pudiera entrar por fin. El menor, sin darle una respuesta clara, le sonrió y mientras abría la puerta de clase le dijo:

-Nos vemos.
¿Qué quería decir con eso?

Un futuro opuesto [BTS] *VHope*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora