Me suena la alarma a las nueve en punto. Salto de la cama nerviosa. Hoy ha llegado el día en el que tendré que cantar nuevo, me dirán dónde tengo que ir o si tengo que abandonar. Además veré a la pequeña chica desastre y tendré que pedirle perdón. Me pongo una de mis camisetas favoritas y un pantalón negro largo. En el baño me peino un poco el pelo y lo dejo suelto, como casi siempre. Me pinto un poco de rímel y pintalabios rojo. Voy a la habitación de mamá y veo que sigue como siempre; inmóvil. Verla me da fuerza. Intento imaginar que diría ella si estuviera aquí. Sería algo como: 'Puedes hacerlo, mi pequeña princesa, ¿qué digo? Vas a poder.' Siempre me llamaba princesa a pesar de que nunca me han gustado. Siempre he sido de ir de negro, escuchar rock y ser bastante bruta. Un escalofrío me entra por el cuerpo al recordar que ella nunca me llamará más princesa porque no se va a levantar nunca más. Escucho unos pasos y rápidamente me seco las lágrimas que ruedan por mis mejillas sin querer. Mi padre aparece por detrás y me doy cuenta de que ya está arreglado para salir. Como cada mañana pedimos café en la tienda de la esquina y nos lo llevamos. Mientras caminamos él me da algunos trucos para no ponerme nerviosa y eso hace que lo esté más todavía. Ando demasiado deprisa y Michael no consigue alcanzarme. Llevo el café en la mano pero no soy capaz de beber por los nervios. Por fin llegamos. Entramos en el gran edificio y veo a chicas y chicos como yo, igual de nerviosos. El chico que se encarga de la organización nos guía hasta una sala de espera. Hay bastantes personas sentadas y yo sólo busco a una. Analizo a cada persona de la habitación pero ella no está aquí. Mi padre se sienta y me voy a su lado. Quizá la pequeña chica desastre no haya pasado o quizá la han asignado a otro lugar... Empiezo a pensar que habrá sido de ella. 'Quizá no la aceptaron', pienso. Al segundo después cambio de opinión porque eso es imposible. Ella tenía una voz increíble. Miro a la puerta. Ella aparece. Lleva una falda blanca y un top azul claro. En el pelo solo lleva un simple lazo blanco. Lo más bonito que lleva puesto hoy es la sonrisa y los ojos brillantes. Lo primero que hace es abrazar a una chica morena de piel. Creo que se conocen. Empiezan a hablar y yo no me atrevo a levantarme para pedirle perdón. Giro mi cabeza y veo una mesa en la que hay revistas y un bolígrafo a punto de caer. Lo agarro antes de que caiga y cojo una revista. Busco un sitio donde escribir y encuentro un pequeño rincón en blanco.
"Siento lo de ayer, estaba demasiado nerviosa y lo pagué contigo....
La chica que te tiró al suelo: Lauren"Arranco ese pequeño trozo y me lo guardo en el bolsillo. Le digo a Michael que voy al servicio y cuando paso por al lado de la puerta, donde está Camila, lo dejo disimuladamente en su mochila. Luego voy al servicio. Lo único que hago es mirarme al espejo y peinarme un poco. Me dirijo hacía la sala de espera. Cuando llego todos se han sentado y el chico que organiza todo esta en el centro con un papel en la mano. Tiene cara de no haber dormido lo necesario, como muchos que hay en la sala. Se pueden sentir los nervios.
-Bien, voy a empezar por decir las personas que entrarán en un grupo. Sólo habrán dos, los demás entraréis en el concurso como individuales.
Un grupo. No me lo había planteado pero no estaría mal. Podría conocer a mucha gente de aquí.
-Empezamos con el primer grupo.
Pronuncia varios nombres, no consigo escuchar ninguno. Estoy demasiado centrada en ver como Camila lee mi nota. Me pongo más nerviosa. Cuando la acaba de leer, busca una mirada por toda la habitación y parece que la encuentra cuando me mira. Sus ojos se llenan todavía más de brillo. Sonríe y yo agacho la cabeza. Me sonrojo.
-Esos son todos. El primer grupo puede dirigirse hasta el final del pasillo 11. Allí les dirán qué deben hacer. Ahora vamos con el segundo grupo que lo formarán cinco personas. Ally Brooke, venga aquí.
Una chica bajita se levanta del asiento con lágrimas de felicidad en sus ojos y camina con pasos inestables. Lleva un sombrero negro que me encanta. Tiene cara de ser una persona maravillosa. El siguiente nombre que escucho es algo así como Normani. Una chica morena, la que Camila habia abrazado al entrar, tanto de piel como de pelo, se levanta del asiento. Sólo puedo fijarme en el fuerte cuerpo que tiene y lo preciosa que es. A mi lado se levanta una chica pelirroja que parece estar muy asustada. Dinah Jane. Cuando pronuncian su nombre suspira aliviada. El chico que pronuncia los nombres pasa la página y dice algo que no logro escuchar. Por un momento creo escuchar mi nombre pero estoy centrada en todas las chicas que han elegido y no me doy cuenta. Michael, que sigue a mi lado, me mira sorprendido. Miro a todas las personas de la sala que me miran impacientes.
-Lauren Jauregui, por favor.
Me levanto de la silla sin ser consciente. Me dirijo hacia las demás chicas que me sonríen. La chica morena me levanta la mano para que la choque y sonrío al hacerlo. Parecen simpáticas, creo que me encantará esta experiencia.
-Y aquí hemos acabo el grupo, vayan a...-Dice el chico que organiza los grupos.
-Pero, usted ha dicho que eran cinco persona y aquí somos cuatro...-Interrumpo.
-Es verdad, debe de haber un error...-Revisa el papel donde están todos los nombres y se asombra.- Perdonen, aquí hay un nombre más. Camila Cabello.
La pequeña chica desastre se levanta. Está dentro del grupo conmigo. Voy con ella. Ella va conmigo. Salta de emoción y corre a abrazar a su amiga Normani. Luego nos mira, sonríe ampliamente y nos saluda con un ligero movimiento de mano. Todas respondemos con la mano también. El organizador nos indica por dónde tenemos que ir. Todas juntas caminamos por un pasillo, creo que es el 8. Mientras caminamos nos hacemos varias preguntas. Nada importante, sólo preguntan sobre la edad, el lugar dónde vivimos y poco más. Camila dice que tiene 16. Yo 17. Las demás chicas tienen similares pero eso ahora no importa. Estoy en un grupo. ¿Es esto lo que quiero? ¿Quiero estar con la pequeña chica desastre? ¿Encajaré en el grupo? ¿Triunfaré? Miles de preguntas se crean en mi cabeza y empiezo a marearme. Llevo unas semanas con demasiado estrés. Estrés por el típico '¿Y si salgo al escenario y canto mal? ¿Y si no les gusto? ¿Y si hago el ridículo?' Continúas noches largas que no acaban por la inquietud y ahora, ya he pasado esa fase. Estoy dentro con cuatro chicas más. Tanto pensar hará que la cabeza me explote. Llegamos a la sala donde nos han mandado y todas nos sentamos. Soy la última en entrar. Desde la puerta veo un sitio al lado de Dinah y pienso que podría sentarme ahí. Antes de hacerlo sucede algo que me sonroja.
-Lauren, aquí hay un sitio para ti.-Sonríe incitándome a sentarme allí la
pequeña Camila.No respondo simplemente me dirijo a su lado. Antes de sentarme veo que hay un papel en el asiento. Lo cojo y lo tiro al suelo pensando que alguien lo había dejado allí por error y que era basura. Camila me mira de reojo sorprendida. La miro arqueando las cejas.
-¿No te interesa saber mi respuesta?-Dice algo enfadada.
-¿Eso era...? Yo.. Pensaba.. Dios mío, lo siento.
Agarro el papel y ella intenta ocultar su risa pero no lo consigue. La miro y no puedo evitar reírme con ella. Las demás chicas nos miran y automáticamente nosotras dejamos de reírnos y nos ponemos serias. Observo la nota. Es un trozo de revista arrancado, como el mío. La leo rápidamente.
"Yo no creo mucho en las palabras, así que tendrás que demostrarme con hechos que estás verdaderamente arrepentida. Estoy segura de que eres muy original. Sorpréndeme."
-Lo haré Camila, lo haré.-Le susurro y nos reímos.
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