El Brillo de la Oscuridad (Rubelangel)

15- Lo que el demonio sabe

-Miguel, ¿cierto?- pregunta mi nombre sin mirarme mientras que sostiene a Rubén entre sus brazos para acomodarlo delicadamente en la cama. Su cuerpo desvanecido no opone ninguna resistencia, está totalmente flojo.

-¿Qué le has hecho?- pregunto ignorando su interrogatorio.

-Solo lo calmé, estaba muy asustado.- explica acariciándole los cabellos marrones con ternura.

-Supongo que si has estado disfrazada de gato todo este tiempo... sabes mucho de Rubén.- concluyo intentando sacarle información. Logro ver una pequeña sonrisa ladeada en sus rosados y pálidos labios.

-Siempre he estado con él...- admite acariciando ahora su mejilla-... protegiéndolo.

-¿De quién?

-Ustedes...- contesta segura, frunciendo un poco el ceño.- No eres el primer ángel negro que se acerca a Rubius, pero siempre he logrado vencerlos o apartarlos... admito que tú me tomaste desprevenida. No tenía idea de que Rubén estaba tan mal como para intentar matarse. A veces me cuesta adivinar sus pensamientos...

-Entonces... ¿Hay más ángeles desterrados además de Cassandra y yo?- pregunto ignorando su último comentario.

-Claro que sí... los ángeles negros son muy estúpidos. La mayoría no saben respetar las reglas. No es novedad que la superiora deba estar desterrándolos a cada minuto. Pero no los culpo,- agrega rápidamente.- ...es su naturaleza. Además, el mundo humano es más grande de lo que te imaginas, pero...- Aleja su mano del rostro de Rubén, y de alguna manera aquello me alivia más de lo que quiero reconocer.-... tú eres el único ángel negro al que no le han quitado sus alas al desterrarlo, ¿por qué?- pregunta ahora mirándome con sus afiladas pupilas.

-Cassandra también conserva sus alas, no lo se... nuestra Madporem lo decidió así.

-¿Cassandra es tu novia o algo?- pregunta sonriendo pícaramente.

-Claro que no, demonio idiota.- me quejo, pensando en la posibilidad de que hubiera algo entre Cassandra y yo. No. Definitivamente no hay posibilidad. Es ridículo, sería toda una catástrofe.- Es solo una vieja amiga.

-No me llames "demonio", soy Raspberry.

-Bien- acepto sin darle importancia.- Entonces Raspberry... ¿por qué dices que Rubén no es un humano común?

-Es una larga historia.- dice sentándose junto a Rubén en la cama.- Una historia que tú conoces seguramente.

-¿De qué hablas?- pregunto acercándome a ella. Por suerte mis alas ya están bien y puedo moverme con facilidad.

-Mmm...- murmura poniendo un dedo índice en su labio, mirando mis alas que se acababan de desplegar.- Tardaste mucho en reponerte de mi conjuro de luz... dime Miguel, ¿cuántas fases has tenido ya? Estás débil.

-Sabes mucho para ser un demonio.- Ese pensamiento no me deja tranquilo. Este demonio no es como los otros.

-Ya te lo dije Miguel...- dice poniéndose de pie para adoptar una mueca de seriedad superior.- No soy un simple demonio.

-No me cambies de tema.- exijo.- ¿Por qué Rubén no es un humano común?

-Dime algo Miguel... ¿en verdad querías matar a Rubius?- Sus preguntas comienzan a molestarme.

-A eso vine, fue un error dejarlo vivo tanto tiempo. Ya sabe demasiado.

-Me pareció oírte...- habla comenzando a caminar lentamente a mi alrededor. No me muevo de mi lugar-... decirle un tierno "lo siento" antes de querer matarlo...- Resoplo molesto al escuchar aquello.-... ¿o me equivoco?