El bosque perdido

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En el centro de un pequeño pueblo al Sur del Este quedaba la granja de los Mendez, los que componían esta familia era una docena de niños y sus padres.

Los niños eran nombrados igualmente por sus padres Doña Placida y Don Ogando Mendez como muestra de gratitud a los antecesores paternales. Para que reconociesen a quien llamaban les aclamaban numéricamente y si hubiese equivocación alfabéticamente.

Era un pueblo muy pequeño todos se conocían entre si, compartiendo cada regularidad e irregularidad del lugar y como ya es de saberse, la familia Mendez era la mas popular por la forma extraña de nombrar a sus hijos, también por la diferencia de edades que tenían estos, llevándose un año y medio exactamente.

En aquel pueblo yacía un bosque muy grande donde ningún habitante antes se había atrevido  a acercarse por las historias contadas de fantasma y voces maléficas  que muchos decían escuchar provenientes del solitario lugar, por este temor se mantenían incomunicados del resto del mundo, muchos creían que no existía  mas que otros pueblos en sus mismas condiciones por eso nunca mostraron interés de conocer mas allá.

Una noche el mayor de los hermanos Mendez desapareció, sin dejar rastros; causando desesperación de Doña Placida y su esposo Don Ogando. Algunos habitantes del pueblo afirmaron haber visto al joven trabajar con el ganado al final de la tarde.

Realizaron redadas para buscarlo, formada por grupos de 5 hombres encabezados por los más ágiles, mientras las mujeres ancianos y niños  rezaban en sus casas. Después de una agitada búsqueda y no habiendo encontrado al mayor de los  Mendez optaron por vociferarle en el bosque por si fue en busca de algún animal de la familia que se haya escurrido en la tenebrosa arboleda. Como ninguno de los hombres se había atrevido antes a acercarse al temido lugar optaron esperar hasta el día siguiente cuando hubiese suficiente claridad para enviar al más diestro, al más corpulento y al más vertiginoso en busca del mayor de los Mendez. Para elegir a los hombres con estas cualidades  se realizaron comparaciones físicas y mentales. Realizaron competencias en donde muchos de los hombres elegidos perdían para no verse en la necesidad de recurrir en búsqueda del joven desaparecido, en esto se tomaron 3 días seguidos para dictaminar quien sería capaz de rastrear al mayor de los Mendez.

Al cuarto día el más anciano del pueblo de unos 115 años (edad que le habían calculado los habitantes) quien era respetado y considerado como en las tribus gitanas  el patriarca y guía, tomo una decisión respeto al método que estaban usando para  elegir al que iría al bosque en busca del mayor de los Mendez. Su decisión consistía en girar una vara con centro circular que le permitía rodar en el grupo de los finalistas de las competencias, donde a quien  apuntara la esquina mas fina seria el elegido acompañado por otros dos.

Los hombres sintieron miedo a la idea del anciano pero por ser aquel señor el más respetado la consideraron, aunque no estaban de acuerdo con la misma.

Una vez ya girado el listón varias veces y con la desilusión de los elegidos pusieron hora para la partida de estos hacia el bosque, preparándoles paquetes con comida, armas y bolsas para dormir. También llevaron brújulas y tizas que les servirían para marcar los lugares donde pasaban para no perderse o cruzar más de una vez por los mismos. Sus madres, esposas, hermanos e hijos lloraron con ellos, era una partida triste porque no sabían que les esperara  en aquella solitaria espesura, donde podrían haber fantasmas y animales salvajes entre otros seres desconocidos.

Los elegidos por el listón eran Esteban joven de 18 años, su visión era la de casarse y tener 3 niños; 2 varones y una hembra con su amada Sarah quien compartía con él todo y desde pequeño fue mirado con buenos ojos por la familia de ella; él era trabajador, rápido y muy listo, por eso era querido y aceptado. Era el mejor amigo del joven desaparecido, cómplice de las aventuras  y ocurrencias desde  que eran chicos. Otro de los señalados por el listón era Martín, fuerte y pesado, algo lento pero podía destruir o doblar con sus manos cualquier material incluyendo el metal que ellos mismos producían; considerado exageradamente brusco para su edad, que tan solo eran 23 años. Y por último, Franco, sumamente pacífico y pensador; era de los que les enseñaba a los muchachos del pueblo a escribir y manejar su idioma, poeta y creador de bellos versos, artista  en su totalidad. Buscaba respuestas a sus preguntas, de manera que pudiera transmitir esa información a las generaciones provenientes. Aunque sus ideas fueran erróneas las clasificaba para que otros creyeran lo que decía. Tenía 42 años.

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