Capítulo 3.- Un extraño despertar.

9 1 0
                                    

Cuando abrí mis ojos ya era de día.

Tome mis cosas y entre al baño medio dormida, no estaba muy consciente de algunas cosas. Solo sabía algo con certeza: Alexander Marshall era mi amigo. Un chico y una chica siendo amigos. Suspire, me sentí un poco nerviosa por eso. Algo no estaba bien, entonces solo decidí quitarme mi ropa y abrir la llave del agua caliente.

No esperaba que al entrar el agua estuviera helada, solté un grito y me cubrí con mis brazos.

-¡Joder!- Suspire y espere un poco.

Para mi sorpresa escuche unos pasos acercarse a gran velocidad al baño y a alguien azotar la puerta.

-¡Alice! ¿¡Estas bien!?- Dijo Alexander mientras apartaba la cortina y miraba dentro.

Por mi instinto tome lo primero que había y se lo lance a la cara. Sentí mis mejillas ponerse rojas. ¿¡Alexander estaba en mi departamento!? Además de que acaba de mirarme desnuda. Tome todo lo que tenía a mi alcance y empecé a lanzárselo como podía, mientras trataba de cubrirme con mis brazos. Si el estaba ahí, y yo no lo recordaba... ¿¡Que mierda mas podía haberme hecho mientras dormía!? Dios mío, creo que me dará un infarto.

-¡Salte de aquí maldito pervertido! ¡Fuera!- Solo mire como salía mientras trataba de cubrirse de las cosas que le arrojaba. No pude evitar soltar una pequeña sonrisa al ver como chocaba contra la puerta y las paredes.

Termine de darme mi baño y de arreglarme, seque mi cabello con una toalla negra y salí, mire por una de las ventanas. Día nublado. Perfecto. Mucho mejor porque este día era sábado, podía dedicar todo a salir a caminar y tomar un café.

Ya no había señales de vida en mi departamento. Suspire y sonreí, había sido una cosa de mi imaginación pensé, solo empecé a prepararme un desayuno: café, huevos y tocino. Me senté y comencé a comer, luego sentí unos pequeños golpes en mi hombro.

-Tengo un regalo para ti.- Dijo Alexander, un poco sonrojado.-

Solo admire como salía corriendo de mi departamento a gran velocidad, lo ignore y continúe comiendo, creí que era una de sus estúpidas bromas de las que tanto me había platicado su dulce hermana...

Ella no se parecía en nada a él, él era un idiota, ella era muy linda.

No pasaron ni cinco minutos cuando escuche algo caer en el cojín de mi sofá, así que me acerque, confundida. Mire, estaba Alexander con una caja algo pequeña pero no mucho, el sonreía.

-Para ti, ábrelo.-

Lo mire y me acerque, abrí la caja con cuidado y delicadeza, note como la caja empezaba a moverse mientras la abría y una pequeña bola de pelos gris y blanca se movía.

-¡Dios! ¿Qué es esto?- Saque esa pequeña bola de pelos y la mire con detenimiento, era un pequeño cachorro de Husky que movía su cola sin parar de un lado a otro, estaba notoriamente feliz.-

-¿Te gusta?-Dijo Alexander mientras me miraba admirar esa bolita de pelos.

-¿Esto es una broma? ¡Es muy adorable!- Abrace y empecé a hacerle mimos a ese pequeño perro.

-No es una broma, hace unos días lo encontré solo, lo cuide, le di comida y lo vacune.-Dijo él, sin dejar de mirar el perro.- Cuando te conocí, me hiciste recordarlo, son parecidos.-

-¿Parecidos? ¿En qué?-

-Ambos están solos en esta ciudad, se ven indefensos, abandonados, tiernos, y parece que necesitan de alguien que los cuide... Mientras tú lo cuidas a él, yo te cuido a ti, Alice.-

-No necesito que me cuides...-

-No es que lo necesites, es que quiero hacerlo. Míralo así, seremos como una familia.- Sonrió.- Yo seré el padre, que trabaja para alimentar y cuidar a su linda familia, tu serás la madre que cuida al hijo, y el será nuestro pequeño bebé.-

-¿No te parece un poco machista?-

-Para nada, no quiero que mi mujer se lastime sus delicadas manos en algo que yo puedo hacer para ella...- Rio y beso los nudillos de mi mano izquierda detenidamente, tomándose su tiempo.-

-Oye, tranquilo, ni siquiera estamos casados.- Solté en tono de broma, riendo y apartando mi mano.

-Entonces podríamos ser dos hermanos que cuidan a su hermano menor.-

-Me gusta más la idea de que es nuestro pequeño bebé.-

-Perfecto.- Me sonrió, parecía aliviado.

Me parecía divertida la idea de una familia, aunque fuera con un idiota, el me regalo este cachorro, no podía ofenderlo después de haber hecho algo tan lindo por mí.

-Deberíamos ponerle un nombre.- Dije.

-¿Te parece "Pequeño bastardo"?-

-Déjame los nombres a mi.- Empecé a pensar un nombre adecuado para el pequeño perro que sostenía entre mis brazos.- ¿Te parece "Osiris"?-

-Vaya nombre para un perro, ¿eh? Me gusta más "Pequeño bastardo".-

-Osiris será tu nombre.- Dije mientras acariciaba el pecho y el estomago del perrito, se miraba muy alegre.

Bien, mi "amigo" ahora padre de mi pequeño cachorro... Esto se está volviendo extraño, pero, ¿que esperar de un extraño despertar del día de hoy? Ni siquiera sé como el entro a mi departamento, siempre cierro todo con llave... Cada día el es más extraño.

Pero, ¿qué se puede hacer? Hay gente extraña en este mundo, y él, no es la excepción.


Amor infernal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora