Ella lo vio pasar, lo vio sentarse alado, y suspiro.
Siempre se habían encontrado pero ese día ella lo miro de una forma diferente, ella analizo perfectamente su rostro, miro su sonrisa, miro sus ojos, miro su cabello.
Ella recordó cuando empezaron a hablar, recordó ese día de lluvia mientras escuchaba música y el reía a su lado, recordó su olor en aquel abrazo cuando las lágrimas amenazaban con salir.Cuando ella lo conoció no imagino que se enamoraría de él.
Ella era muy agresiva, nunca se callaba cuando debía hacerlo, era arriesgada, pero era hermosa, era un desastre pero ese desastre lo volvía loco.
Por otro lado él siempre había estado enamorado de ella.
Él sabía que ella era hermosa, que no era como las chavas de las revistas pero era lo mejor que tenía, le gustaba la manera en que ella pensaba, la manera en como lo miraba, en como lo hacía sentir, en la manera que sus ojos se encendían como dos estrellas cada vez que ella hablaba de lo que le gustaba, pero sobre todo a él le encantaba la facilidad que ella tenía para hacerlo sonreír cuando estaba triste.A él le gustaba, le gustaba de una manera anormal.
Cuando él la conoció todo era como un sueño, él siempre supuso que sería algo que solo iba a quedar en sus sueños, en su corazón.
Él estaba dispuesto a soportar sus celos, sus gustos, sus imperfecciones, sus sueños, sus miedos, sus cambios de ánimo, sus chistes sin gracia, él la quería en su vida.
Ambos sabían que no tenían muchas cosas en común, pero las diferencias les agradaban, hacían que se completaran, los unían.
En aquella noche, en aquel lugar donde se conocieron hacía ya vario tiempo, justo en ese instante, él y ella se besaron, y no fue necesario decir más, él ahora sabía que ella lo amaba y ella sabía que nunca lo dejaría ir.
