Capítulo especial (25)

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Por fin llegó el gran día, pude darme cuenta gracias a los desesperados golpes en la puerta de mi habitación, miré el reloj, era aún muy temprano y yo no tenía la más mínima intención de levantarme.
— Kate, o te levantas o entro yo a hacerlo —Amenazaba mi hermana desde la puerta.
— Todavía es muy temprano, tengo sueño —Me quejé mientras me cubría completamente con las sábanas.
— Tenemos muchas cosas por hacer, no nos va a alcanzar el tiempo, por favor, levántate ya —Me dijo y yo solo la ignoré mientras trataba de dormirme — No dejaré de golpear tu puerta hasta que te vea fuera de la cama —Advirtió. Tiré las sábanas a un lado y me paré a regañadientes, caminé sin ganas hasta la puerta y la abrí.
— Hasta que por fin —Bramó ella levantando los brazos.
— Akemi, son las ocho de la madrugada, tú vas a ser la culpable de que este de mal humor todo el día —Bromeé y ella me miró entrecerrando los ojos.
— Cámbiate de una vez, no podemos perder más tiempo, tenemos que ir al spa, salón de belleza, ver los vestidos, zapatos, maquillaje, peinados, accesorios... ¡ah! ¡Mi discurso! Dios... casi no he tenido tiempo de ensayarlo, voy a volverme loca —Dijo caminando de un lado a otro y tan rápido que tuvo que tomar una gran bocanada de aire cuando paró de hablar.
— Oye, tranquila, solo es una fiesta de graduación, además faltan horas.
— Lo sé es que... de verdad quiero que todo salga perfecto —Se sentó sobre la cama.
— Y así será, yo te ayudare —Le dije esbozando una pequeña sonrisa.

*Narra Akemi:
Eran alrededor de las cuatro de la tarde cuando yo y Kate llegamos del centro comercial, estaba más que entusiasmada por mi fiesta de graduación, y no solo porque por fin terminaría mi ciclo de estudios, sino también porque iría acompañada del chico más perfecto del mundo, John, que para suerte mía y desdicha de las demás era mi novio. A veces no terminaba de creer que alguien como él se haya fijado en mí, nunca me consideré la gran cosa, y es por eso que siempre tengo inseguridades y dudo del amor que dice John que me tiene. En varias ocasiones hablé con él sobre eso, y él siempre se encargaba de demostrarme que yo era la única chica en su vida y que jamás se fijaría en alguien más, eso siempre me mantuvo tranquila. Pero en estos últimos días he notado un cambio en la actitud de John, para distraído, metido en sus pensamientos, encerrado en su propio mundo, ya casi no me presta atención cuando platicamos, y no solo ha cambiado en su actitud si no también su comportamiento para conmigo, se ha vuelto frio y distante, cada vez que trato de acercarme a él se incomoda, aunque trate de disimularlo, me he dado cuenta. Tal vez sea mi idea y solo me esté imaginando todo, no he querido hablar con él sobre eso porque tengo miedo de que se aburra de mí, tengo miedo de hostigarlo con mis absurdos celos y especulaciones sin sentido. Tampoco quiero comentarlo con Kate porque... a veces tengo el ridículo pensamiento de que ella tiene algo que ver con ese cambio en John, pero sé que eso es imposible, ya la ofendí una vez cuestionándole eso, y no quiero volver a cometer el mismo error.
En fin, este día quería estar tranquila y sacar esos absurdos pensamientos de mi cabeza.
— Ten —Le dije a Kate entregándole las bolsas que habíamos comprado. Ella me miró confundida —Tienes que ir alistándote.
— Pero Akemi, aún faltan tres horas —Se quejó.
— No me discutas señorita, si te digo que te vayas alistando es porque sé que el tiempo nos va a faltar —Le dije tratando de imitar la voz autoritaria de nuestra madre.
— Está bien —Rodó los ojos, tomó la bolsa y subió resignada hasta su habitación. Sonreí satisfecha y aproveché que Kate estaba en su habitación para correr al teléfono y marcar el número de John. Últimamente se me hacía muy incómodo estar o hablar con él cuando Kate se encontraba presente.
— ¿Pasó algo? —Preguntó él al contestar y su frialdad, me dolió.
— ¿Tiene que pasar algo para que yo te llame? —Cuestioné.
— No pero... no esperaba tu llamada.
— Últimamente ya no las esperas ¿verdad?
— Akemi, ¿Qué pasa, estás molesta? —Preguntó él, y yo también me lo pregunte.
— No... no, yo solo... —Suspiré —Solo te llamaba para decirte que... te amo, eres lo más importante para mí ¿sabías? Te amo tanto que siento que ya no podría vivir sin ti —Le dije con lágrimas en los ojos, acaso... ¿estaba llorando? Pero... ¿por qué? ¿Qué era esa presión que sentía en el pecho? ¿Tristeza?
— Gracias —Pronunció él luego de un largo silencio. ¿Gracias? ¿Eso es todo? Yo realmente tenía la esperanza de que él me dijera: Yo también te amo. Pero no, simplemente un "gracias". Colgué el teléfono tratando de tragarme ese enorme nudo que se había atracado en mi garganta. Lo estaba perdiendo y era muy consciente de eso, como también era muy consciente de que no lo podía permitir, y a partir de ahora pondría todo de mí para que vuelva a ser el mismo de antes. Lo primero que haría es lucir mejor que nunca esta noche, tenía que verme perfecta solo para mi John. Así que, me seque las lágrimas y subí corriendo hasta mi habitación.
Dos horas después ya me encontraba casi lista, saqué mi vestido y lo contemplé por algunos segundos imaginándome la expresión que tendría John al verme con él. Los tenues golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos haciendo que pegue un pequeño brinco por la impresión.
— ¿Me ayudas con la cremallera? —Me pregunto Kate cuando abrí la puerta.
— Claro, pasa —Le indiqué y ella lo hizo.
— Akemi ¿¡Todavía no estás lista!? Que parsimoniosa eres —Bromeó moviendo la cabeza de un lado a otro.
— Hay, no es para tanto, solo me pongo mi vestido y listo. Ya, quédate quieta si no quieres que te pellizque con el cierre.
— Gracias —Dijo volteando a verme cuando hube terminado.
— Stuart tiene un muy buen gusto en vestidos eh, estas preciosa hermanita —Le dije sonriente y por lo que pude notar ella se incomodó un poco.
— Gracias —Dijo apenas apartando su mirada de mí.
La hora restante se pasó rapidísimo, eran las siete en punto de la noche cuando tocaron la puerta. Salí corriendo de mi habitación y bajé a abrirla, era John, no lo pensé dos veces y me lancé sobre él envolviéndolo en un abrazo.
— Me alegra verte —Le dije realmente emocionada.
— A mí también —Me dijo él apartándome delicadamente.
— Pasa —Lo tomé de la mano y lo llevé hasta adentro —Y... ¿Cómo me veo? —Le pregunté esperando que me diga algo bonito sobre mi apariencia.
— Te ves... te ves muy bien —Fueron las únicas palabras que salieron de su boca. Yo que me había esmerado tanto en lucir bien para él para que solo me diga: "Te ves muy bien". Iba a reclamarle, estuve a punto de hacerlo pero los golpes en la puerta me interrumpieron. Le dediqué una mirada despectiva a John y caminé hasta la puerta.
— ¡Stuart! Qué bueno que llegas, pasa —Me hice a un lado para que entre.
— Hola Akemi, John —Saludo al entrar.
— Siéntate —Le indiqué —Kate bajará en un momento, no sabes, el vestido que le regalaste le queda precioso.
— Sí, me lo imagino – Me dijo sonriente. Le sonreí también.
— Kate apresúrate, Stuart ya está aquí —Grité desde las escaleras y a los dos segundos de haber terminado de decir eso mi hermana apareció y comenzó a bajar ante la mirada atónita de Stuart.
— Hola —Saludó Kate ya estando abajo. Stuart sin decir nada se acercó a ella y la tomo de ambas manos.
— Estás... —La contempló de pies a cabeza —, realmente hermosa —Terminó de decirle mirándola con ternura. Yo estaba que me derretía por dentro, sonreí emocionada y me acerqué a John haciendo que entrelace su mano con la mía —. Soy muy afortunado al tenerte como pareja, aunque sea solo por esta noche —Volvió a hablar Stuart e hizo que mi hermana se ruborice. En ese momento sentí una fuerte presión en mis dedos, miré por acto reflejo la unión de nuestras manos, John la presionaba con fuerza, lo mire y pude notar que también miraba fijamente la escena entre Kate y Stuart, era una mirada muy rara, como si expresara... ¿rencor? No sabría explicarlo. Me desconecté por un momento de la conversación que sostenían Stuart y Kate y mi mente comenzó a divagar sobre el motivo del enojo de John.
— ¿Nos vamos? —Preguntó mi hermana de repente obligándome a reaccionar, los miré media consternada.
— Eh... si, vamos —Quité mi mano ya que empezaba a dolerme y salí detrás de ellos sin siquiera voltear a ver a John.

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Seguro se estarán preguntando, ¿Por qué capítulo especial?

Simple, porque esta narrado desde el punto de vista de Akemi, con esto he tratado de darles otra perspectiva y que se adentren un poco más en la historia, espero haber logrado mi cometido.

Paz y amor <3

Aquel día de otoño      (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora