Shintaro siempre había estado solo. El trabajo de sus padres hacía prácticamente imposible que pasaran tiempo con él, y la única persona que lo acompañaba era su niñera.
De todas formas, ella tampoco le prestaba más atención de la necesaria, es decir, su tiempo juntos nunca iba más allá de ver televisión, ir a comprar los objetos de la suerte, ir a comprar comida o los almuerzos y cenas.
Por esa razón, él muchas veces se sentía solo. Tenía varios libros en su habitación, y sabía muchas cosas sobre el mundo, también tenía muchos juguetes y peluches (algunos fueron objetos de la suerte en un pasado); pero no sabía cómo hacer amigos o cómo comunicarse con otros niños de su misma edad. Nunca salía de su casa más que para las acciones ya mencionadas con su niñera, y ella no le permitía quedarse afuera en la plaza mientras ella hacía las compras por órdenes de sus padres.
Shintaro no era un niño débil físicamente, incluso jugaba juegos de pelota en el jardín de su casa. Tampoco se lastimaba muchas veces, pero cada vez que se hería, lloraba.
Cuando entró en la primaria, no hizo muchos amigos. No porque no quisiera, si no porque no podía. Era muy bueno en todas las materias, ya que se pasaba el día leyendo y estudiando. Sus maestros y maestras se preocupaban por él cuando notaban que siempre estaba solo durante los recreos, o cuando sus compañeros lo molestaban por no tener amigos, o por su extraño color de cabello, o porque no podía ver sin sus gafas.
Durante los primeros días, había presenciado la única de hacer amigos, incluso aunque las que se habían acercado eran chicas. De todas formas, no pudo soportar cuando una de ellas intentó abrazarlo. La empujó, aunque sin demasiada fuerza, pero con la suficiente para hacer que casi se cayera. Su expresión daba a entender lo incómodo que estaba en ese momento. Luego de ese incidente, ellas no volvieron a acercarse.
Sus mayores intentaban hacer que los otros niños se acercaran a él, pero Shintaro se había vuelto una persona muy cerrada y poco afectiva en todo el tiempo en el que había estado solo, así que siempre terminaban alejándose y, si ellos no eran los primeros en irse, entonces era él.
Según Shintaro, él no necesitaba esos sentimientos de "amistad" o "amor", ni pensamientos relacionados a eso. Tampoco necesitaba compañía. A esas alturas, le parecía algo absurdo tenerla. Los maestros se dieron por vencidos al notar esto, y decidieron dejarlo en paz.
En su penúltimo año de primaria, entró a su instituto un chico llamado Akashi Seijuro. Shintaro pudo reconocer el nombre del chico de una revista que había leído: La familia Akashi poseía una gran empresa.
Pensó que probablemente sería insoportable y molesto, además de egocéntrico, al igual que todos los demás chicos de su clase. Sin embargo, estaba equivocado.
A pesar de que todos lo invitaron a Akashi jugar con ellos, él se negó y se quedó en el salón, sentado en un asiento delante de Shintaro. Tenía un tablero de Shogi frente a él, y estaba colocando las piezas. Al notar la mirada interesada del niño de detrás de él le sonrió levemente y le preguntó si quería jugar contra él.
Shintaro asintió sin devolverle la sonrisa, mientras se sentaba en un asiento de forma que quedaran uno frente al otro.
Akashi no hacía preguntas, tampoco le hablaba, ni le pedía contacto físico de ningún tipo. Akashi era el mejor tipo de persona para estar cerca de Shintaro, ya que solo movía las fichas y esperaba al siguiente movimiento de su compañero.
Luego de un tiempo, se volvió un hábito jugar Shogi juntos durante los recreos, y a veces charlaban durante un rato sobre temas que ambos conocían, o terminaban juntos ejercicios de clase.
Akashi logró convencer a Shintaro de que lo que sus maestras le decían sobre que "Todos somos diferentes y nos complementamos" solo era una excusa para que todos se trataran bien, pero, cuando hicieras algo mal, probablemente dirían algo diferente para que no recibas un castigo tan grande, como "Todos somos humanos".
Shintaro decidió mostrarle un libro de cuentos a su nuevo amigo, el cual dijo que el final del relato le parecía ridículo. Shintaro también lo pensaba. ¿Qué sentido tenía que todos terminaran tan felices? ¿O que dos completos extraños se casaran diciendo que fue "amor a primera vista"? Pero, de alguna forma, Shintaro quería creer que todo eso era posible y que él también sería capaz de tener un final feliz.
En una ocasión, el peliverde decidió hablarle al menor sobre lo solo que se sentía antes de conocerlo, y lo difícil que le parecía comunicarse con los demás. Akashi le dió la razón, diciendo que también se había sentido bastante solo antes de conocerlo. Sin embargo, él no tenía ningún tipo de problema al hablar con sus demás compañeros de clase, es más; incluso lograban llevarse bien. Shintaro no lo comprendía, pero se sentía satisfecho al saber que alguien lo entendía.
Una vez Shintaro jugó junto con Akashi y sus compañeros al basketball. Ambos eran realmente buenos. Shintaro solía jugarlo solo para pasar el tiempo, y Akashi lo jugaba para recordar a su madre. Tarde o temprano, se unieron a las prácticas de basketball del instituto.
Cuando llegaron a la secundaria, ambos habían decidido ir al Teiko. También se unieron al club de basketball.
No tardaron mucho en llegar a primera categoría, al igual que otros dos de sus compañeros. Sin embargo, eso no los detuvo de continuar jugando Shogi juntos en su tiempo libre.
Shintaro siempre perdía, pero eso no lo detenía.
Shintaro no se llevaba bien con sus otros compañeros de equipo, porque seguía teniendo el problema de ser demasiado cerrado a la hora de comunicarse con los demás, y sus compañeros lo encontraban como una molestia.
Además de eso, ellos eran demasiado desorganizados para el gusto del peliverde. Él era un perfeccionista, y ellos estaban llenos de errores. Shintaro también estaba lleno de errores.
Varios meses después, se les unió otro chico más, con la presencia de una sombra. Tampoco logró llevarse bien con él.
En segundo año, apareció en su club otro chico realmente bueno, que insistía en intentar ser amigo de Shintaro. No podía alejarlo de él, aunque no era realmente una molestia ya que se pasaba más tiempo pegado a otros compañeros de equipo que a él.
Akashi y él eran capitán y vice-capitán del equipo. Pasaban bastante tiempo juntos, pero Shintaro ya no lo encontraba tan agradable como al principio. Según él, Akashi había cambiado, ya no era él mismo. Akashi negó ese hecho la primera vez que Shintaro intentó hablar de eso y el peliverde eliminó ese pensamiento.
Más tarde se arrepintió de eso.
Akashi se alejó de él, el equipo también se distanció entre ellos, y ya no eran un equipo. Un miembro lo dejó antes de llegar a tercer año y nunca volvieron a escuchar de él. El basket ya no era divertido.
Cuando por fin llegó a la preparatoria, todo era igual. Se unió al club de basketball, más que nada por la costumbre.
En ese año, conoció a un chico llamado Takao Kazunari. Él nunca se alejaba de él, y tenía la costumbre de llamarlo por un nombre particularmente extraño y amistoso. Siempre estaban juntos, al punto que, si se separaban, todos preguntaban dónde estaba el otro.
La primera vez que se sintió realmente frustrado por haber perdido, Takao se acercó a él.
"Está bien, Shin-chan. Puedes llorar. No te esfuerces demasiado."
Nunca nadie lo trataría así de nuevo. Lloró.
Cuando era su turno de consolar a Takao, no pudo hacer nada. Él también necesitaba que alguien lo consolara. Pero no importaba. Llorar junto a alguien y saber que realmente te comprendía era realmente el mejor sentimiento hasta ahora.
¿Sentimientos? Shintaro los había olvidado durante todo su trayecto. Logró recordarlos cuando volvió a ver a su ex-capitán Akashi Seijuro. Cuando fue derrotado nuevamente por él. No pudo soportarlo.
La única forma de librarse, era sintiendo ese dolor y dejándolo fluir.
No lo sé. Quizás, un poco, sólo un poco... vaya a estar bien.
ESTÁS LEYENDO
Clean Freak - Midorima
Fanfiction(Un one-shot basado en la canción Clean Freak de Vocaloid~) Midorima era un niño solitario que solía darle menor importancia a sus sentimientos y a los de los demás. Sin embargo, parece olvidar esto cuando llega a Teiko y conoce a nuevas personas, q...