La cosa es que después de esa pelea, pasó un par de días sin que Rayados y Granate se dirigieran la palabra. Un día los Granates vencieron su timidez y se acercaron a proponer un partido, todos mezclados. Pero los Rayados, ofendidos, dijeron que no. Y al día siguiente fueron estos los que, venciendo su vergüenza, ofrecieron jugar. Y los Granates, los que se hicieron los indignados.
El resultado fue que todos se pasaron una racha de días enormemente aburridos. No es lo mismo jugar seis contra cinco, o patearle al arquero desde afuera del área, o disputar un torneíto de fútbol-tenis (que esas fueron las cosas que hicieron), que jugar un partido-partido. Pero nadie quería dar el brazo a torcer.
De puro aburridos, varios se dedicaron a mirar la tele, alguno a leer, y algunos a usar la computadora que les pasó Matías cuando se compró una más moderna. La compu la usaban sobre todo para jugar jueguitos: pero los mellizos Malparitti le encontraron el gustito a navegar en las redes sociales. En Internet se divierten porque mienten como locos y se hacen pasar por lo que no son. Luigi Malparitti, en Facebook, puso en su perfil una foto de Brad Pitt como si fuera propia. Nada menos que él, que es más feo que agarrarse los dedos con la puerta. Y Mario Malparitti, en su currículum de Twitter, se hace pasar por un delantero uruguayo que juega en la Lyon de Francia.
Fue justamente Luigi el que organizó el desafío a través de Facebook. Se puso en contacto con un equipo del otro lado del pueblo y combinó un partido en cancha de ellos. Primer error: ¿como vas a arreglar, asi nomás, un partido como visitante? Segundo error: ¿como lo organizás sin avisarle al Capi, que precisamente es el capitán del equipo, y se supone que estas cosas tienen sí o sí que pasar por él?
Cuando el Mellizo terminó de arreglar todo con esos desconocidos, a través de Internet, decidió contarle al Capi. Pero, como Luigi Malparitti es más confuso para hablar que para pasarte la pelota (lo cual es mucho decir), al principio nadie entendió nada.
Justo en ese momento se acercó el Liso:
-Che, Capi, ¿y si nos dejamos de jorobar y nos amigamos?
El Capi, que todavía andaba con pocas pulgas, encontró la oportunidad de molestar a su rival:
-Lo lamento, Liso. Pero estamos ocupadisimos armando un <<desafio internacional>> ¿Como viene ese asunto Melli?
En esas cosas, el Capi es un maestro, porque al Liso casi se le sale la mandíbula de su lugar, de puro asombro. Al Mellizo lo agarró tan de sorpresa el giro de su líder que se trabó con la respuesta.
-¿Qué?
-Te dice del desafío contra los de la calle Antuñez, tonto -el otro Mellizo vino en su ayuda, o algo parecido, porque esos dos jamás se hacen favores si pueden evitarlo.
-Vamos a jugar un desafío, papá -le dijo el Capi al Liso, como si fuera un plan supermeditado-. Pero un desafío contra desconocidos.
-Pe-pe-pe... ¿Como, un desafío? Con-con-con...
El Capi se acercó al Liso, haciéndose el bueno:
-¿Te puedo ayudar? ¿Se te empastó la lengua?
-¡No, tarado! -el Liso por fin se pudo sobreponer a su asombro- ¿Pero de dónde sacaron al otro equipo?
El Capi hizo el gesto de empezar a explicar, hasta que se dio cuenta de que no podía decir nada porque no tenía la más pálida idea del asunto. Por eso se dio vuelta hacia los Mellizos:
-Explicale a este iletrado, si sos tan amable, Luigi...
-Los contactamos en el ciberespacio -explicó Luigi, dándose aires de físico atómico.
-¿Qué? ¿Quiénes? ¿Cómo? -el Liso estaba tan confundido que no podía decidir lo que le convenía preguntar.
.Con mi hermano manejamos distintas redes sociales... Fecebook, Twitter, MySpace... -continuó Luigi, que siguió alzando dedos aunque no sabía cuál otra nombrar, porque la única que conocía era Facebook, y nomás por arribita.
-Entre otras... -lo ayudó Mario, que alzó tabién unos cuantos dedos.
-Sí, entre otras...
-Momento -los frenó el Liso-. ¿Van a traer a la casa de Amadeo a un montón de desconocidos?
-No, nene -Luigi se cruzó de brazos, desafiante-. Vamos a ir nosotros.
Liso hizo unos segundos de silencio, mientras rebobinaba. Después, puso cara de astuto:
-¿Y quién les dijo que Amadeo les va a dar permiso para ir? Los Mellizos se miraron y se quedaron callados, como hacen cada vez que pierden las marcas en el área.
-Si le pedimos permiso no nos va a dejar -aclaró el Capi-. Vamos a tener que ir en secreto. De noche, y volver antes de la mañana.
El Capi hablaba con seguridad total. Y agregó:
-Eso, siempre y cuando no haya ningún buchón, ningún alcahuete que le vaya con la novedad y Amadeo nos prohíba ir.
Liso puso cara de acorralado. Es difícil de explicar acá, pero si uno la ve, la entiende. Entrecerró los ojos, como desconfiando, pero no dijo nada más. Se dio vuelta y volvió hacia su grupo, masticando bronca.
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METEGOL: EQUIPO EN PELIGRO
ContoLos Rayados organizan, a través de internet, un desafío con un misterioso equipo local. Los jugadores se escapan de la casa de Amadeo, pero desconocen que, en realidad, se están dirigiendo a un campo de batalla con soldados que luchan sin cesar. El...