Capítulo 1: El recuerdo

202 20 12
                                    

En ese tiempo todo era perfecto, todo era alegría, compresión y amor, en esos días yo tenía seis. Como dicen cuando estamos felices y disfrutamos de la vida, "lo pintamos todo color de rosa". Cuando me mudé, supe que algo iba a ser diferente pero nunca me imagine que cambiaría tanto.

Yo, me llamo Scarlett... Scarlett Evans, pero todos me llaman Scar, ahora tengo 19, estoy en la universidad, temiendo de todo a mi alrededor, escondiéndome de todos y de todo tratando de huir de la cruel realidad.

Cuando tenía 12 nos mudamos, todo era diferente, la ciudad en la que vivíamos ya no era segura. 

«...Observé a mi alrededor, viendo cada uno de los colores de las pesarosas auras que rondaban en cada infeliz cuerpo. La ciudad era como ver una película de suspenso a blanco y negro, el cielo era tan oscuro que parecía de noche, las nubes eran grises y polvorientas, y desprendían un algo de ansiedad y tristeza. Las casas no tenían color, y en la cara de todos, se reflejaba la falta de paciencia y las marcas de un pasado doloroso.

El viento marcaba una melodía que se reflejaba en el ambiente, era una mezcla entre desesperación y frío, yo sabía que ese cambio no iba a ser bueno, pero acepté mi destino con "valentía" si es que se puede llamar así.

La música en mis oídos programaba mi cerebro para relajarse inmediatamente, es aquella que  hipnotiza con una suave caricia al alma, música clásica, algo desconocido para muchas personas o probablemente inútil para otras, sin darse cuenta de su grandioso poder. Saint-saëns-chello concertó No 1 en A menor, una de mis piezas favoritas...» 

Mi vida no ha sido normal, desde

Recuerdo haber llegado a mi primer día de escuela con una sonrisa tratando de ser positiva diciendo: "Todo estará bien, solo cuenta hasta diez...". 

«Uno, mis pasos se hacen pesados con cada mirada incriminatoria. Dos, mi respiración disminuye su velocidad haciendo del oxígeno una necesidad. Cuatro, mis oídos ensordecen dando paso a un ligero pero molesto pitido agudo. Cinco, mi vista se nubla, necesito detenerme. Seis, mis músculos se tensan y siento la energía recorrer mi cuerpo. Siete, mis manos comienzan a temblar sudorosas por lo que pueda pasar. Ocho, mi cabeza empieza a palpitar del dolor haciendo que lagrimee. Nueve, caigo de rodillas. Diez, grito...»

Sólo era una niña, una niña que buscaba ser normal, ese día se acabaron las sonrisas, ese día descubrí al monstruo. Los que estaban en el pasillo por el cual caminaba ya no recuerdan nada de lo que pasó, no saben quién soy, ni saben que en un primer día de escuela estuvieron a punto de morir.


Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 17, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Como no ver la luz al final del túnelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora