1- Cuando llegó la carta

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John Watson despertó una mañana con el sonido del uluar de una lechuza. Esperen... ¿Una lechuza? Se levantó de un salto de la cama y corrió hacia la sala, de donde provenía tan extraño sonido.
Sus padres y hermana todavía no habían despertado. Como el sonido no continuó decidió ir a hacerse el desayuno y esperar a la familia que poco tiempo después despertaría.
Unos diez minutos más tarde toda la casa estaba despierta. Su padre leía el diario y su madre se levantó a buscar el correo.
- Amor, hay que pagar estas facturas, venderán dentro de poco...- Decía la mujer mientras dejaba las cartas sobre la mesada de la cocina. Se detuvo en una en particular, una con letra verde y escrita a mano. - John... Hay una carta para ti.
El chico la tomó en manos. En el sobre decía su nombre, dirección e incluso donde se encontraba su cuarto. La abrió con ansias.
" Estimado Señor Watson,
Estamos complacidos de informarle que usted ha sido aceptado en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería. Encontrará adjunta la lista de libros y equipamiento requeridos.
El semestre comienza el 1ro de Septiembre. Esperamos su lechuza de confirmación no más tarde del 31 de Julio.
Al pertenecer a una familia Muggle, será acompañado y orientado por un tutor que será responsable de su adquisición de los útiles escolares. Dicho tutor le realizara una visita el día 20 de Julio.
Saludos, Minerva McGonagall."

¿Que demonios era eso? Cuando el chico se lo mostró a su familia ellos tampoco habían escuchado jamás de el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Tampoco comprendieron cual era la necesidad de un tutor para hacer compras hasta que vieron la lista de equipamiento. Una balanza de cobre, un caldero... Nada hacia sentido; al menos hasta que comenzaron a pensarlo.
- Esto tiene algo de lógica- Dijo su padre mirando al confundido hijo.- Explicaría aquella vez que te encontramos hablando con un león en el zoo, o cuando tu oso de peluche cobro vida y tuvimos que mentirle a los vecinos diciéndoles que era un títere.
Todos se quedaron callados. A nadie se le habían pasado por la cabeza esos recuerdos borrosos. Esos momentos de anormalidad. Ahora quizás podrían contestarse.

Tal y como fue prometido, el 20 de Julio un hombre se presentó a la puerta de su casa. Supusieron que sería un extraño, pero no. Era Mike Stanford, el vecino de enfrente. Tenía unos diez años más que el chico pero más de una vez lo había llevado a un partido de fútbol, o ayudado con la tarea.
- ¿Mike?- Preguntó John al verlo- ¿Sos mi tutor?
El hombre sonrió. Saludó a la familia del chico y se lo llevó por las calles de Londres hasta un pequeño bar. Era verdaderamente grande y estaba lleno de gente extraña vestida con túnicas. Ropas coloridas y con diseños que variaban desde las rayas hasta con aplicados detallados o encaje.
Tras saludar a algunas personas, Mike llevó a John hasta la parte trasera del bar, donde una gran pared de ladrillos se alzaba.
-¿Que hacemos aquí?- Preguntó John, cada vez más confundido.
- Mira y aprende muchacho.
Mike tomó un palo de su bolsillo y lo golpeo con algunos de los ladrillos. Cuando el otro miró más de cerca el palo notó que estaba pulido y cuidado. Era una varita mágica.
Las paredes de comenzaron a mover, haciendo un temblor en el suelo que casi los hace caer. Del otro lado, una angosta calle se extendía.
- Vamos.- Dijo su tutor y el chico cruzó con miedo hacia el otro lado.

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Aquí dejó la parte 1 de este nuevo fanfic... Por favor diganme si les gustó y si debería publicar la segunda parte :)

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