Mis ojos pesan, arden y lloran. Logro abrirlos lentamente y con mucha dificultad. Todo a mi alrededor se distorsiona, todo se ve borroso, por lo que llevo mi mano hacia mis párpados y los froto un poco, logrando entonces aclarar mi vista.
-Rubén.- llama una voz a mi lado. De manera débil giro mi cabeza, sin comprender por qué me siento tan pesado y cansado. Mis ojos se encuentran entonces con el rostro de Miguel.
Él me observa serio, sentado a mi lado en la cama y apoyando una de sus manos en mi cuello. No me había percatado antes de eso. Sólo hace una leve presión inofensiva allí, pero sentir su tacto áspero basta para alterarme. Me incorporo bruscamente a pesar de sentirme decaído y me aparto de él, asustado y temblando. No he olvidado lo que quiere hacerme, no he olvidado lo que ha hecho.
¿Lo hará ahora? ¿Me matará?
-Por favor...- balbuceo negando con la cabeza. Escondo mi rostro entre mis manos y sin salir de la cama llevo mis rodillas hasta mi pecho, intentando con eso inútilmente sentirme más seguro. No me atrevo a correr ni a gritar, no teniéndole tan cerca.
-No te mataré.- habla en voz baja. Aquello no me tranquiliza. No es fácil creerle.
Luego de eso el ángel se queda callado, y yo comienzo a ponerme nervioso. Separo mínimamente mis dedos para dejarle vista a mis ojos, intentando descubrir por qué Miguel ya no habla.
Observando entre mis dedos logro notar que él está sentado a unos pocos centímetros de mí en la cama. Sus ojos están perdidos en las sábanas. Parece estar pensando, pero siento que no podré descubrir sus pensamientos ni en un millón de años aunque lo intente.
Bajo un poco la mirada, y entonces descubro que en su mano descansa una pluma negra... una pluma deshecha con algo de sangre. Es la misma mano que él antes tenía apoyada en mi cuello.
Pestañeo, pensativo.
¿Me ha curado con la pluma?
El silencio continúa y esta vez yo también decido utilizarlo para divagar en mis pensamientos. ¿Por qué Miguel no habla? ¿Qué fue lo que sucedió? Intento con todas mis fuerzas recordar algo concreto que pueda haber anulado las claras intenciones que antes tenía el ángel negro de acabar conmigo... pero se me hace demasiado difícil.
-El...- empieza a hablar Miguel de repente, sorprendiéndome- ...el chico ese...
No comprendo al principio, pero luego de un pequeño lapsus de tiempos abro los ojos como platos y me quito las manos de la cara definitivamente.
-¡WILLIAM!- exclamo sobresaltado, saliendo de mi escondite corporal. Entonces logro recordar todo. William, Raspberry, la Gungnir en mi cuello, todo sucedió demasiado rápido.
El ángel negro parece sorprendido ante mi reacción aturdida. Sin embargo luego sonríe por lo bajo.
-Lo mataremos Rubén.- decreta.
Sus palabras me dejan helado, paralizado. Hasta siento que mi corazón se detiene por un momento y luego vuelve a latir con demasiada fuerza.
-No podemos dejarlo vivo. Debes entenderlo.
Mis ojos se nublan por las lágrimas y siento cómo en mi pecho algo horrible y desgarrador se propaga por todo mi cuerpo, creando un malestar que me cristaliza aún más los ojos.
-Cachorro...- me llama Miguel al ver que no contesto ni lo observo. No me muevo. Solo respiro intranquilo, intentando desesperadamente encontrar otra salida.
-No...- susurro elevando mis ojos hacia él. Casi puedo sentir la súplica que debe de estar reflejando mi mirada.- Él no hizo nada...- mi voz sale más lastimada de lo que yo quería. Pero Miguel me mira serio, sin emociones, solo me observa fijamente.
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El Brillo de la Oscuridad (Rubelangel)
Fanfiction¿Le tienes miedo a la oscuridad? ¿Amas a la oscuridad? ¿Le tienes miedo al brillo oscuro? ¿Amas el brillo oscuro? Deja que sus alas te envuelvan... Déjate llevar... No tiene sentido ocultarse... de la inminente oscuridad... ....... (La pareja prin...