"Lust", es desde hace varios meses el club sexual de moda en la ciudad de Nueva york y, del cual yo soy miembro. Desde el mismo instante en que firmé la solicitud de inscripción, mi vida monótona y gris, se llenó de color, de pasión y de sexo.
Tengo treinta y dos años, y de lunes a viernes, soy la mano derecha de un impresionante magnate de la industria textil. Digo impresionante porque el tío está para chuparse los dedos pero, es egocéntrico, egoísta y bastante tirano. Las ocho horas que paso metida en la oficina, estoy continuamente en tensión y sobresaltándome cada vez que él abre la boca. Normal que todos mis compañeros piensen que soy un bicho raro. ¡¡Qué equivocados están!! ¿O no?
Supe de la existencia del "Lust" cotilleando en internet. Al principio me quedé un poco alucinada por lo que leía en aquella página. Durante más de una semana, estuve entrando en la web cada noche, leía una y otra vez las normas requeridas para ser miembro, y un día que me sentía asqueada de todo, decidí solicitar una suscripción. A los dos días de que mi solicitud fuera aceptada, recibí por correo un dossier donde se me explicaba detalladamente lo que tenía que hacer cada vez que recibiera el sobre dorado. Hubo un par de normas del club que me llamaron la atención y me agradaron en cuanto las leí. Primera: "Bajo ningún concepto los miembros irán a cara descubierta, todos deberán cubrirse el rostro con una máscara o antifaz". Segunda: "Bajo ningún concepto los miembros usarán su verdadero nombre, todos usarán un nombre ficticio, a poder ser de cualquier película Disney, y siempre el mismo". Desde entonces soy... "La Reina de Corazones" y en cada reunión, llevo un llamativo antifaz de color rojo, de plumas suaves y pedrería que solo deja al descubierto mi boca.
Las reuniones son siempre en fin de semana, por norma general desde la media noche del sábado, hasta la mañana del domingo, y siempre una ciudad diferente. Esto último, también es de mi agrado. Cuantas menos reuniones haya en la ciudad donde vivo (Manhattan), mejor que mejor.
El primer miércoles que recibo el sobre dorado, estoy demasiado nerviosa y no puedo pegar ojo. Mi primera reunión en el "Lust" tendrá lugar en cuarenta y ocho horas en la ciudad de Albany. Estoy tentada de mandarlo todo al carajo y no ir, pero como soy muy curiosa y morbosa, el sábado me presento puntual en el local que menciona el sobre ataviada con mi antifaz de plumas rojo, un vestido de satén en color negro, y por primera vez en mi vida, unos zapatos de tacón de aguja.
Doy mi datos al chico que está en la entrada, mi nombre ficticio y mi numero de inscripción y automáticamente, me dejan entrar. En cuanto lo hago me quedo con la boca abierta, aquel lugar, es impresionante. No hay mucha luz, pero puedo apreciar bastante bien el decorado. Todas las paredes están cubiertas de terciopelo burdeos y negro, y del techo cuelgan cintas doradas muy brillantes. Me acerco a la barra y pido un bombay sapphire con naranja. Mientras el camarero me pone la copa, observo la gente que hay a mi alrededor que no es mucha y que parecen un poco perdidos, al igual que yo. Enseguida deduzco que debemos de ser los nuevos, y como más tarde puedo comprobar, estaba en lo cierto.
Medio escondida detrás de un pilar, observo como se va llenando el salón de gente muy elegante. Pasa más de una hora sin que cruce palabra alguna con alguien, hasta que un hombre vestido de negro de pies a cabeza se acerca a mi.
Al igual que yo, lleva la cara tapada con un antifaz, en su caso también de color negro como el resto de su atuendo. Se nota a la legua que no es un novato, su forma de caminar lo delata y al verlo venir hacia mi, no puedo evitar ponerme nerviosa.
- ¿Eres nueva verdad? -Me pregunta el desconocido.
- ¿Tan evidente es? -A pesar de mis nervios, mi contestación es firme.
- Es evidente porque estás ahí medio escondida...
- No estoy escondida -miento- observo, eso es todo.
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LUST
Romance«REINA DE CORAZONES» Está disponible en Amazon en Ebook y Papel!! http://leer.la/B01DWPRQU6 #1BestSellerInternacional Olivia es una joven de treinta dos años que desde hace cinco años, trabaja para un magnate de la industria textil al que odia pro...