Capitulo 1: Nueva vida.

90 7 5
                                    

Mi primer instinto fue correr y el segundo golpear, al tercero me encontraba en el piso desorientada viendo hacía todos lados; un par de risas me sacaron de mi desorientación.
Giré la cabeza en dirección a las risas y comprendí el porqué me hallaba en el piso y todos se destornillaban de risa; él chico que me había sonreído me sostenía en sus brazos y al intentar zafarme estando dormida terminé cayendo al suelo.
Gruñí molesta y me alcé dándoles la espalda al tiempo que los ignoraba, sentí mis mejillas arder; crucé mis brazos y emprendí a examinar el lugar donde me encontraba, al parecer ya habíamos llegado a Ohio. Las casas eran parecidas entre sí pero al mismo tiempo diferentes, todas adornadas por un lindo porche; se notaba el aura familia que desprendía el lugar, los niños correteando por las calles jugando, la música, el sonido de las charlas, todo complementaba la escena familiar.

Ladeé mi rostro hacia el costado cuando sentí que el sonrojo me había abandonado, ojeé la casa que se encontraba delante de mí y era bastante acogedora como todas las demás del barrio, tenía asimismo un lindo porche adornándola. La casa es de dos pisos y no se ve nada mal, parecía un lindo lugar para vivir. Seguí contemplándola un rato mas en silencio y noté como de a poco las risas se iban callando hasta que el silencio se instauro en nosotros, el ruido de los niños correteando y las charlas era lo único que se sentía. No sabía que debía hacer en ese momento, ¿debía girarme hacia ellos y pedirles para entrar? ¿O, simplemente hacerlo? Las dudas asaltaron mi mente mientras en silencio dirigía mi mirada hacia ellos. Comprendiendo el mensaje la chica que era idéntica a mí se acercó con una sonrisa e hizo un gesto con la mano para que la siguiera, sin mencionar palabra lo hice. Me fijé en como los demás menos los dos hombres que eran relativamente adultos se subían a los autos y los estacionaban en la cochera.

—Nosotros vivimos aquí desde que tengo memoria, quizás te cueste un poco al comienzo adaptarte pero es bastante confortable la ciudad— La chica siguió hablando y contando sobre el barrio, su vida, y la ciudad. Según lo que entendí ella iba a la secundaria Lima Senior High School la cual ya me habían anotado; también iba el otro chico rubio parecido a mí.

No le presté realmente atención a sus palabras mientras mi mirada se fijaba en cada detalle de la casa; el living adornado por una estufa tenía a sus pies una alfombra desenrollada, sobre ella se ubicaba una gran televisión plasma colgado. Dos sillones largos enfrentados con uno más pequeño delante de la estufa, una mesa se hallaba entre los tres sillones; las paredes estaban revestidas de muchos cuadros y fotos familiares, reconocí varias caras en las fotos.

Sin darme cuenta por poco caigo al subir los dos pequeños escalones hacia la cocina, fijándome bien en el piso caí en cuenta que la parte de los sillones se encontraba un poco por debajo del suelo; habían hecho un buen juego de decoraciones con el lugar; plantas por aquí, mesitas por allá, muchos detalles que no les vi relevancia para tomar en cuenta.

—Oh perdón, olvidé mencionarte el escalón, creí que lo verías, ten cuidado de no caerte.

La miré fijamente, sus mejillas se sonrojaron en cuestión de segundos y se dio cuenta del significado de mí mirada; esbocé una sonrisa burlona al tanto que seguíamos con el recorrido. Me mostró la cocina y los lugares donde guardaban los utensilios, la comida, y muchas cosas que en éste momento no recuerdo; al salir de ahí la mujer más adulta se quedó con lo que presumiblemente sería un "voy a preparar el desayuno"; en el instante de dejar la cocina vi como el chico del auto se nos unía y el otro hombre me mostraba una sonrisa tranquilizadora mientras entraba a la cocina a ayudar posiblemente a su esposa.

Mí mirada se enfrentó al otro chico y nuestros ojos se confrontaron, por primera vez desde que pasó todo esto me permití analizar a los presentes. La chica más joven era idéntica a mí, al igual que el chico rubio; sus estaturas eran medias. Mientras ella tiene el cabello castaño hasta la mitad de su espalda él lo tenía corto y rubio; sus ojos eran idénticos y opuestos a los míos, poseían unos ojos verdosos que contrastaban con sus tonos levemente bronceados, ella tenía pecas en la cara. Los dos son muy atractivos; sus rasgos suaves le daban un toque femenino al chico y al mismo tiempo lo hacía pasar por menor edad.
El chico más alto era opuesto a ellos, no tenían ninguna clase de parentesco y sus rasgos eran diferentes. Su cabello castaño y rapado a ambos costado le daba un aura más seria a su persona; sus ojos eran marrones y sus facciones no eran delicadas ni oscas tampoco, más bien eran bastante masculinas con una barba de días adornando su rostro. Aparentaba un metro ochenta aproximadamente y unos veintidós o veintitrés años.

Mariposas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora