Tenía que disparar y esta vez no podía fallar, miraba lentamente el objetivo mientras mordía mi labio inferior estaba apunto de hacer algo que no debía bueno si debía pero debía de haberlo hecho hace dos días con todo mi equipo pero no lo hice abandoné el grupo y como no él se enfadó me retiró del comando y deje de ser su tigre para ser un perro piojoso que solo sabia drogarse pero por mucho que juré que lo hice sin querer, que aquel día no estaba bien nadie me creyó puede que me pusiera celoso porque había vuelto después de dos años y solo tenía ojos para otros y no para mí, puede que hubiera vuelto para recordarme que los fantasmas también pueden matar y sin duda el conseguía eso con cada palabra, matarme, puede que la noche anterior al gran plan me metiera todo lo que me metí porque no podía aguantar y porque prefería morir a ver eso todos los días, bueno fuera lo que fuese ya no había vuelta atrás. El único hombre en el que James Moriarty había confiado alguna vez le había fallado y eso no me lo podía quitar de la cabeza, quería arreglarlo y sabía que esta era la única forma así que miré por el objetivo apoyé el rifle en mi pecho apunté y con el sudor frío de una mano que sabía perfectamente lo que hacía presione el gatillo y la bala rauda y veloz atravesó el pecho de aquel individuo dejándole inmóvil en el suelo, en ese momento recibí un mensaje que ponía
- Bien hecho rubio, vuelves al equipo tigre - JM