En cuanto abrí los ojos el brillo de la bombilla me embistió, me obligó a cerrarlos de nuevo, separé los parpados lentamente, traté de recordar en donde estaba mientras me acostumbraba a la intensa luz.
Me senté de golpe, y un fuerte dolor de cabeza seguido de una fuerte sensación vértigo por el repentino movimiento me inundó.
- ¿Qué haces? Acuéstate.- me ordenó una voz.
- Daniel, ¿Qué haces aquí?, ¿Qué ocurrió?
- Te desmayaste frente de la cafetería, ¿No lo recuerdas?
Iba a contestar en negativo, pero no tuve oportunidad, Michelle entró en la enfermería.
- Emma, ¿Qué paso?, ¿Cómo te sientes?
- Ya mejor - gran mentira
En ese momento entró la enfermera del instituto, otra cascarrabias de cincuenta y tantos que se desquitaba con todos los alumnos, la señorita Méndez.
- Veo que ya está mejor, puede retirarse.
Luego sólo se fue.
- ¡Oiga! - empezó Michelle - no se da cuenta de que...
- No te molestes - la interrumpí - no lo vale, ya me siento mejor, ''puedo retirarme'' - esto último lo dije tratando de imitar (de manera errónea, claro está) a la enfermera.
- Déjalo, ni las bromas te salen, ¿te ayudo?- dijo Daniel viendo que intentaba sentarme en la incómoda camilla.
- Gracias.
Aun sintiendo un terrible malestar salimos de la enfermería, mientras caminábamos por el pasillo hacia mi casillero sonó el timbre para cambio de clase.
- ¿En qué hora estamos? - pregunté.
- Ya se acabó la jornada Em, estuviste dormida las dos últimas horas.- dijo Michelle mientras buscaba algo en su bolso.
Pensé en esto un rato, más de lo necesario de hecho, intenté recordar lo que había pasado.
Me desmayé frente a la cafetería, eso había dicho Daniel... y eso me hacía preguntarme, ¿Por qué estaba conmigo cuando me desperté?
Y, según dijo Michelle, estuve desmayada las 2 últimas horas de clase. ¿Eso significaba que él se había quedado con migo todo ese tiempo?
Me ayudaron a sacar todas mis cosas del casillero y una vez todo estuvo listo Michelle se ofreció para acompañarme a mi casa, le quedaba de paso para la suya.
- Las puedo acompañar, si quieren.
Iba a responder cuando...
- Ya has hecho mucho Daniel, gracias por todo, pero pienso que estaremos bien, total es bastante cerca.
- Claro... Que te mejores Emma nos vemos mañana, nos vemos Michelle. - se despidió de nosotras y se fue.
Mantuve la mirada puesta es su espalda hasta que se perdió en el mar de estudiantes. Y aun viendo el punto por el cual había desaparecido pregunte:
- ¿Por qué hiciste eso?- voltee a mirarla, no respondía, por lo que le sostuve la mirada.
Él no le gustaba.
- No lo sé, no me da buena espina ¿sabes?, así se oculte tras su máscara, de chico caballero y decente, hay algo que no me gusta en él.
- ¿Por qué lo dices?
Se quedó viéndome.
-No, no lo debería saber.- respondí a su mirada.
- ajá, si claro, señorita te leo la mente.
- no me molestes, es en serio no sé por qué lo dices, yo no le veo nada malo.
- bueno tú ves más allá, yo siento más allá, porque no es que vea nada malo en él, es sólo que no me siento del todo cómoda con su presencia. No es ver, es sentir.
Estuvimos en silencio mientras caminábamos, recordé lo que dijo hacía un rato.
- ¿Por qué dices que se esconde en una máscara de caballerosidad?
Dudó antes de responder, estaba resolviendo si me diría o no, lo hizo.
- Cuando te desmayaste él fue quien te llevó a la enfermería, estuvo junto a ti las 2 horas, yo fui a clase ya que la enfermera dijo que nos teníamos que ir. ¿Fue muy extraño sabes?
<< La conoces dice no, y no es no. Aun así le intente rogar que si podía quedarme y me dijo 'NO' ¡casi gritándome!,- "oh!, oh! Michi se exaltó" pensé- y para colmo, Daniel lo único que hizo fue decirle: "déjeme quedarme con ella señorita es mejor que esté acompañada".
Estaba furiosa, y no entendía por qué, bueno, tal vez fuera resentimiento hacia la señorita Méndez al no dejarla estar conmigo, sabía que a ella le molestaba no conseguir lo que quería, pero había algo más y no supe que era. Me evitaba la mirada.
Adelantó un poco el paso dejándome atrás, mientras yo caminaba en silencio. Luego de pensar en todo lo que me había contado Michelle, algo que no era muy sencillo, teniendo en cuenta el horrible dolor de cabeza que intentaba ocultarle. Le respondí, ya estando junto a la puerta de la casa:
- Tal vez sólo le calló bien.
Sé limito a observarme.
- Sí, lo sé, es imposible pero hay una primera vez para todo…
Seguía viéndome.
- ¿Sabes qué? ahora te llamo.- dije algo irritada.
Nos despedimos, yo entré a mi casa y lo primero que hice, luego de tomarme una píldora para el malestar fue dormir, para después encontrarme en otro martirio, una extraña pesadilla...
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EL SECRETO EN TUS OJOS
RomanceEmma tiene 17 años, es una chica normal, excepto porque posee un don, aunque ella prefiere llamarlo "fruto de la observación y experiencia", ella ve la verdad en los ojos, y los sentimientos que ocultan, unas personas lo encubren mejor que otras, pe...