Capítulo 1: "El corazón manda"

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Abrí los ojos y vi una gran luz intensa sobre mi.

Supe que estaba encima de una camilla al instante. Ya estuve en una cuando aquel patán me hizo el corte en el brazo, pero esta vez era diferente.

Jake estaba a mi lado y mostraba una sonrisa tranquilizadora. No sabía que había pasado para llegar a un hospital, sólo recuerdo a Jake dando un puñetazo a la pared y después de decir algo que intentaba recordar a toda costa, de repente todo se hizo oscuro a mi alrededor...

Una enfermera que rondaba los 40 años de edad entró en la sala, llevaba consigo un informe que sostenía como si se lo fueran a quitar de las manos. Como no, se quedó embobada mirando a Jake durante unos instantes con un gran rubor en las mejillas, pero siguió adelante como si nada.

Se puso en frente mía y sonrió al verme despierta.

-Nos has dado un buen susto Clarisa, menos mal que has despertado.

Dios, ¿Cuanto tiempo llevaba inconsciente?. Me estaba empezando a preocupar y seguro que se me notaba, por que la enfermera lo dijo al instante.

-Tranquila, has dormido un día entero, pero necesitas descansar. Seguramente te habrás desmayado a causa de la ansiedad; le suele ocurrir mucha gente. Lo que necesitas ahora es no moverte de casa hasta que hayan pasado, al menos, dos días.

Me incliné un poco para mirar a la enfermera. Tenía una verruga en la mejilla derecha que parecía una peca, además de un cabello pelirrojo tintado recogido en un moño sutil, su porte era basto y brusco pero parecía tener un gesto amable y peculiar. Me recordaba a un personaje de libro.

-Pero yo trabajo en la comisaría, no podría hacerles esto...

Sonrió y vi como sus dientes eran de un blanco impoluto.

-No te preocupes, de eso ya nos hemos encargado. Podrá irse esta tarde mismo.- Y tal como vino, se fue.

Jake me acarició la mejilla con el pulgar y noté como los recuerdos volvían a mi mente.

"¿Por que estoy enamorado de ti mientras tu te entregas a otra persona que encima es mi peor enemigo Clary?".

Le aparté la mano al instante y acerqué mi rostro al suyo para que no pudiera apartar su vista de la mía.

-Estas enamorado de mi.

Su rostro parecía relajado y tranquilo, como si no hubiera dicho algo que no fuera obvio.

-Pensé que ya lo sabías, pero veo que no...- Suspiró lentamente.- Si Clary, estoy terriblemente enamorado de ti, aunque sea imposible. Eso no puedo cambiarlo, pero sólo te pido que me respondas a una pregunta.

Mi cabeza empezó a dar vueltas pensando en que pregunta podría ser para que no me pillé desprevenida, pero no tenía ni idea. Así que dejé de pensar con la cabeza y hablé con el corazón.

-Por supuesto, dime.

Su rubor se hizo de notar. Una gran tonalidad roja le llego de las mejillas hasta el cuello de la camisa mientras le temblaban ligeramente los labios... Era tan mono...

-¿Has sentido algo por mi alguna vez?. Sólo di si o no.- Se mordía el labio inferior y le sudaban las manos.

Mi corazón hablo por si mismo antes que me dejará dar una respuesta razonada.

-Si, Jake, siempre ha habido algo que nunca he sabido antes de esto, pero es cierto, tu y yo siempre hemos... si-si-do más que... amigos.- Las últimas palabras palabras parecían no querer salir. Jake inclinó su rostro sobre el mio y rozó sus labios contra mi boca. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, hasta que me di cuenta que ya nos estábamos besando.

Los besos del Joker era pura adrenalina que te hacían caer en una adicción, pero los besos de Jake eran dulces y suaves... Como el algodón de azúcar.

Pero lo paré inmediatamente.

-Jake... No, es demasiado... Peligroso. Yo le amo.- Jadeaba y suspiraba pero me comprendió a la perfección.

-Lo entiendo... Pero haré lo que sea para tenerte... Lo que sea.- Jake me plantó un leve beso en la mejilla y salió de la sala en busca de aire fresco.

Al fin sola, menos mal.

Cerré un rato los párpados y estuve así durante media hora. Hasta que escuché unos pasos ligeros.

Sabía quien era...

Él.

Lo miré de arriba a bajo deleitándome con la mirada y planté mi mirada en la caja que sostenía en sus manos. Pequeña, con un payaso pintado en la tapa con aire infantil y con un rasguño.

-Hola preciosa, ¿Este hospital te ha tratado bien? Por que como me entere de que no has recibido lo que querías... Lo vuelo por los aires.- Un sonrisa pícara lucía en sus labios de ángel pintados con carmín. Su blanco maquillaje parecía hacerlo más... atractivo bajo la luz del hospital. Le resaltaban los ojos negros y le realzaban los rasgos de la cara.

Me reí al oírlo, menos mal, alguien que me hace reír.

-Si, pero la comida es muy mala, ya que tu lo explotaría.- Le guiñé un ojo y él se acercó a mi hasta que nuestros rostros estaban apunto de tocarse.

-Tu deseos son ordenes.- Y me plantó un beso que me dejó sorprendida. Me cogió del cuello con ternura mientras yo acercaba su rostro al mío. Sus besos captaron los míos y me mordió de forma tentadora, haciéndome estremecer aún más. Noté que sus gemidos se acompasaban a los míos al igual que sus latidos eran tan alocados como los que mi corazón bombeaba. Incluso con aquella bata fea que te dan en los hospitales, me hizo sentirme sexy.

-Madre mía, para, si seguimos así te juro que te rapto.- El carmín se había borrado un poco del rostro, noté que mis mejillas adquirían un rubor bastante notable.

-Hazlo.

Sus ojos me miraron desorbitados, como si no se lo terminara de creer.

-Pero si tu decías que lo nuestro era imposible...- Una gran esperanza se dejó ver en sus ojos.

-Aún así sé que no puedo estar sin ti.- Le cogí la mano.- Por que esto.- Se la acerqué a la parte dónde estaba mi corazón, que latía más que nunca a través de la bata.- Es tuyo.

De repente, me cogió de la cintura y me alzó en volandas por toda la sala. Ahora mismo sólo pude notar su felicidad, que era infinita.- Entonces, ¿Me amas?.

Solté una risita al verle tan feliz.

-Te amo.

Suspiró de felicidad y me volvió a dejar con los pies en el suelo. Me empezó a acariciar el pelo de forma dulce y tierna.

-Y yo te amo más de lo que cualquier otro hombre te amaría jamás.

Nos quedamos abrazados durante mucho tiempo, suspirando como si nada pudiera estropear el momento. Hasta que Jake apareció por la puerta y se fue directo a por Joker.

Delirando. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora