Carta trece.

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Querida guerrera,

Decías que el tiempo todo lo curaba, y tenías razón. Tus lloriqueos concluyeron, se fueron junto con el invierno e iniciaste a sonreír más a menudo. El violeta de tus moretones logró difuminarse y las heridas abiertas crearon pequeñas y poco notorias cicatrices. Sí, pudiste renacer de entre las cenizas luego de un gran esfuerzo. Me permitiste entrar a tu corazón, decías querer formar una familia. Yo respondía que aún éramos demasiado jóvenes y que antes debíamos superar los problemas financieros que nos apresaban, pero en mi interior aquella solía ser la imagen futurista que se adueñaba de mis pensamientos. Quería darte todo lo que nunca tuviste, convertirme en una especie de príncipe para ti. Anhelaba poder hacer realidad el cuento de hadas en el cual siempre deseaste vivir, no entendía lo alegre que ya eras. La llegada de los resultados médicos me abrió los ojos con gran brusquedad, y entonces comprendí que desde siempre habías sido una princesa con resplandeciente y sólida armadura. Solamente espero que, cuando esta desdicha mía termine, logres seguir siéndolo.

Con amor, simplemente yo.

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Inspirada en Warrior de Demi Lovato, mi hermosa guerrera^^.

Solamente queda una carta, y posiblemente un epílogo narrado desde el punto de vista de ella.

Que tengan una buena mañana/ tarde/ noche.

¡Nos leemos luego!

Con amor, KennethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora