<<Capítulo 17: Transición.>>

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Narra Scarlett:

Desperté desorientada, lo último que recuerdo es haberme encontrado con el ojiazul y luego todo se volvió negro. Me senté en lo que parecía ser una muy cómoda cama, me lleve una mano al cuello y este dolía como los mil demonios. Mire alrededor, cosa que no sirvió de mucho ya que la habitación estaba a oscuras.

- Veo que ya has despertado- La luz se encendió, cegando me por completo, me lleve un brazo al rostro, protegiéndome de la iluminación. La habitación era linda, con tonos oscuros y moderna. Frente a mí estaba el ojiazul, recargado en el marco de la puerta, de brazos cruzados y sonriendo arrogante.

- ¿Quién eres?- Pregunté desconfiada.

- Oh...¿Quién eres? ¿Qué me has hecho? ¿Qué eres? Siempre es lo mismo, creí que tú serías diferente, Scar.

- No me llames así y todavía no has respondido mi pregunta- Él soltó un suspiro, rodó los ojos y se acercó a la ventana. Mire su mano, tenía un anillo antiguo, con una piedra azul.

- Mi nombre es Jeremy, Jeremy Parker (pero que apellidos se me ocurren *-*)- Abrió la ventana, haciendo que la luz del sol me de en el rostro. Solté un grito de dolor y me hice hacia atrás era insoportable.

- ¿Qué me has hecho?- Lo mire furiosa, mientras el sonreía divertido. Recordé cómo se mordió su muñeca, hizo que me tragara su sangre y luego...El dolor del cuello me ataco de nuevo. Lo mire asustada- ¡¿Qué me has echo?!- Mi voz se quebró- ¡¿Qué eres?!

- Soy un vampiro- Lo mire asustada y sorprendida. No es posible, bueno hay muchas que me han sucedido y no son posible- Y te he convertido en uno, bueno en realidad todavía estás en transición debes tomar sangre en menos de veinticuatro horas, o morirás- ¿Qué? Lágrimas caían por mis mejillas ¿Qué ha dicho?- Oh, por favor, no llores- Se acercó a mí y me quito las lágrimas del rostro y me sonrió- Te ves horrible cuando lo haces- Mas lagrimas comenzaron a salir y de mi boca se escapaban sollozos. Cerré los ojos y me cubrí el rostro con las manos.

- Eres un monstruo.

- Si lo sé, me haces tanto daño- Soltó con sarcasmo. Me tomó del brazo, me arrastró hasta una puerta y al abrirla, me empujo dentro. Era un baño, grande, muy grande, con bañera, ducha, inodoro y lavabo- Sobre el lavabo tienes ropa, date una ducha y cámbiate, y hazlo rápido, no tienes todo el tiempo del mundo- Dio un portazo, haciendo que me sobresalte.

Luego de unos segundos me levanté y me encamine hacia la ducha, lentamente me desnude y al estar dentro de esta abrí el grifo del agua fría. Mientras me limpiaba recordé a los demás, el odio creció en mi interior y la ganas de vengarme aumentaron. Quizás estando así sería más fácil el vengarme. Despeje esa idea de mi mente y salí de la ducha.

Termine de ponerme la ropa, que consistía en una camiseta morada, unos pantalones ajustados negros, una chaqueta de cuero negra y unos tacones también negros. No me toque el cabello, por lo que luego se me harían hondas, y salí del baño.

Jeremy estaba acostado sobre la cama, leyendo un libro. Al verme salir, sonrió y me observó de pies a cabeza, lo que me molesto. Que baboso.

- Hasta que sales- Dejo su libro a un lado y se levantó de la cama- Ven, vamos a cenar- Tomó una chaqueta igual a la mía y me sonrió cínico. Lo seguí salimos de la habitación bajamos una escalera, el lugar donde vivía no me parecía importante, por lo que no le preste atención.

Al salir de su casa, el viento golpeó mi rostro y seguimos caminando por unos minutos, hasta que el castaño me detuvo- Ya tenemos la cena- Se acercó a una chica que caminaba sola, le sonrió y la miro a los ojos como lo hizo conmigo- Mírame, no te moverás y no gritaras ¿Entendido?- Ella asintió, el lugar estaba oscuro, por lo que nadie vería que sucede a menos que se acerque.

- ¿Qué le has echo?- El me miro sonriente.

- La he obligado, se llama compulsión, podemos obligar a los humanos mirándolos a los ojos, a no ser que estos posean verbena- Asentí, comprendí lo que me dijo, pero aun así había muchas cosas que no entendía. Volví a la realidad cuando él la mordió, mirándome, invitándome con la mirada. Sus ojos se volvieron rojos y venas sobresalen debajo de estos. Di un paso hacia él y este se separó de su víctima. Me acerque hasta ellos, lleve mi mano a su cuello y luego a mi boca, su sabor era dulce, adictivo, y no tenía ese sabor metálico.

Era deliciosa. 

Sentí como mi rostro se transformaba al igual que el de él y acerque mi rostro a su cuello. Mire a el ojiazul y lamí la sangre, cerré los ojos y clave mi colmillos, haciendo otra herida en su cuello. Me aferre a ella, su sangre era deliciosa, adictiva, me hacia sentir poderosa el sentir su sangre en mi boca. Cuando no salia mas sangre la hice a un lado.

- Bien hecho Scar, aunque no era necesario que la mataras. En fin, ven aquí. Hay muchas cosas que debes aprender.




Sobreviviente · CreepypastasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora