Capítulo 15: Castigo para dos.

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Capítulo 15: Castigo para dos.

Tarde.

Tarde era lo que se le hacía a Annabeth para llegar a la preparatoria. Ese día se había levantado tarde por causa de su madrastra, quien la había agredido el día anterior; eso debido a que su padre no estaba en casa, ya que tuvo que volver a viajar a causa del trabajo.

Aquella noche, Annabeth había llorado durante toda la noche hasta caer dormida, todo por culpa de esa mujer; quien a veces Piper llamaba Dementor o sino mortífaga.

Annabeth siempre se preguntaría cómo se atrevía aquella vil mujer a cometer semejantes actos.

Lo bueno era que sus hermanos no sufrían por ello, y mejor ella antes que ellos, porque ellos eran menores.

Con el tiempo que tuvo durante la mañana, apenas y pudo alcanzar a maquillarse la parte del pómulo en donde se le había hecho un moretón; el cual aún le dolía.

Lunes por la mañana y ella ya se había adelantado a la clase de Educación Física, porque se encontraba corriendo por la calles como si no hubiera fin. El llegar tarde no era parte de ella, eso todos lo sabían.

Pero Annabeth no era la única que iba tarde, alguien más también se encontraba en las mismas.

Cuando la rubia llegó a la entrada, de inmediato chocó con alguien, ese alguien era… ¿en serio? Si, el mismísimo Percy Jackson.

El sólo verlo a veces le hacía recordar lo de aquella noche del baile, pero debía olvidarlo; y lo haría hasta lograrlo.

—¡Fíjate por donde vas! —farfulló Annabeth, levantándose, no estaba del mejor humor se podría decir, recogió su mochila —que cayó al momento del impacto— y siguió sin darle importancia el hecho de lo que el pelinegro hacía.

Llegó hasta la entrada del gimnasio (esta clase era llevada a cabo por dos grupos, el A y E).

Justo cuando puso un pie sobre el suelo del gimnasio, tocó la campana que marcaba el inicio de la primera hora.

La clase era impartida por el entrenador Gleeson Hedge, más conocido por Hedge. Él era alguien muy estricto y de carácter fuerte, el llegar tarde no era lo mejor que se le podía dar; o si no te ponía a dar cincuenta vueltas por toda la cancha, y cinco minutos antes del final de la clase.

—Muy bien pastelitos, ya que todos están presentes, vamos a comenzar con la clase, pero antes vayan a cambiarse por el uniforme de gimnasia, ¡tienen siete minutos! —ordenó, pitando el silbato que portaba.

Annabeth se adentró en los vestidores, en donde se encontró a Piper y Hazel.

—¡Anni! —Hazel corrió a abrazarla, ella le correspondió, era lo que más necesitaba: un abrazo y cariño.

Y qué mejor que el de sus amigas, que siempre estaban a su lado. Sintió una punzada de dolor, quería llorar pero no el momento, debía de ser fuerte.

Sé fuerte, se repitió en ese instante.

—¡Hola! —saludó Piper—. ¿Cómo te encuentras? ¡Oh! Por cierto, mi mamá ya está haciendo tu traje, está quedando increíble —comentó mientras esbozaba una sonrisa.

Mal. Quería responder Annabeth a su pregunta.

—Bien, supongo —mintió, ¿así de fácil era?

Sí, porque la verdad dolía tanto que la hacía ver débil, pero lo peor era mentir y muy bien ella lo sabía; pero ignoraba ese hecho.

—Ya espero con ansias el traje, no dudo que no vaya a quedar bien, tu mamá es una gran diseñadora —añadió.

—Gracias —respondió Piper.
—Bueno, anda y vamos a cambiarnos que ya debemos estar listas —dijo Hazel, apurándolas.

T & O es porque te odio || PercabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora