No se sabe con exactitud que año es este,y mucho menos que siglo es. Pero esta historia comienza con un grupo de exploradores de islas del Pacífico sur, probablemente de las islas Marquesas. Estos exploradores se encontraban en una isla extraña, caminaban por las costas de aquel lugar. Que hasta el momento estaba desolado, pero unas risas infanfiles llamaron su atención.
Estos exploradores y soldados, hallaron a una pequeña niña de cabellos cafés y ojos azules y hermosos,de piel blanca y bellos labios rosados.
Tenía una apariencia angelical. Vestía con un traje colorido y su cabello adornado por múltiples flores hermosas y grandes.Esa fue la primera vez que, se conoció a la representante de las Islas Hawai.
Estas islas vivieron en paz por largos años, pero en ocasiones vivieron temporadas de guerras, a mediado que los marqueses iban ocupando y ampliando los terrenos en aquellas islas.
La pequeña, les guardaba cierto rencor a estos hombres. Pero en el fondo, los quería y admiraba. Le habían dado un nombre, la llamaban Dhalia. Pero su pueblo,su gente sufría con estos colonos.
Ella les agradecía por muchas cosas,pero su pueblo moría y sufría. Sin mencionar que sus costumbres se estaban perdiendo. Aunque ella haría lo imposible para mantener sus costumbres.
El tiempo pasó, y su cultura no fue tan alterada. Eso era lo que más agradecía.
~1778~
Para este tiempo, ya no era una niña tan pequeña. Aparentaba unos diez o doce años. Sus isleños la adoraban cómo si ella,fuera un tipo de Diosa. Su isla era próspera, llena de vida y abundancia. Jugaba en las costas de una de sus playas, le encantaba correr por las blancas arenas y mojar sus pies en sus aguas claras. Estaba tranquila, sola y en paz. El rey Kalanai'opu le había dado la autorización para poder salir un rato de la tribu.
Pero al mirar al horizonte, algo llamó su atención. Perpleja miraba aquellos barcos que se acercaban a su isla. Eran enormes embarcaciones de madera, sintió miedo, ¿habría guerra otra vez?. Corrió hacía su tribu, debía informar lo que se acercaba.
~.~
Dentro de una de las embarcaciones, el capitán Cook hablaba orgulloso ante un hombre rubio, de cejas pobladas y de ojos verdes. Vestía un atuendo parecido al de un pirata. Estaba sentado detrás del escritorio mientras leía los informes de la expedición.
-"Le prometí a usted y nuestros reyes. Que encontraríamos más territorios. "- decia el capitán de las embarcaciones. El hombre rubio se puso de pié, mientras se acercaba al hombre.
-"Y vaya que cumplió Señor Cook, estoy muy orgulloso"- dijo tocando el hombro de James Cook, mientras que este último sonreía agradecido y orgullecido con sus logros.
-"¡Capitán, Señor Inglaterra! "- uno de los marineros entro a la oficina del rubio, en sus ojos se veían el temor y el pavor. -"¡Los indígenas se acercan a los barcos, tienen balsas! "-
Ambos, seguidos por el marinero salieron a cubierta y efectivamente, venía una gran balsa hacía los barcos ingleses. La tripulación estaba entrando en pánico. El rubio miro fijo a los indígenas, no se dirigían con armas,e incluso había una pequeña a bordo con ellos.
-"¡Tranquilos!"- grito Inglaterra hacía los marinos. "-¡No quieren luchar contra nosotros! "- ante las palabras de su país, trataron de calmarse. No cuestionaron nada,en silencio bajaron las armas.
Este fue el primer encuentro entre Inglaterra y las Islas Hawai. En ese entonces, ella y su rey le dieron la bienvenida a estos extranjeros, ella estaba maravillada por los atuendos del rubio, sin mencionar también que por su idioma y forma de hablar.
Este le cedio su apellido, ahora era como un hermano mayor. Le enseñó todo lo que el sabía, Dhalia estaba aprendiendo a hablar inglés, al igual que el aprendía su idioma nativo. Su gente estaba cómoda con los visitantes y al parecer, los extranjeros también lo estaban con los lugareños.
-"¿Te vas a quedar verdad hermano mayor?"- preguntó la pequeña mientras le daba algunas flores al rubio. Al parecer en esta expedición había encontrado otra persona especial.
Sonrió y asintió, recibiendo un caluroso abrazo de la pequeña. Sin duda este viaje, cambio su vida.
~♥~
1810
Las relaciones con su hermano no eran tan buenas como lo eran en un pasado, Dhalia tenía ideales de libertad e independencia. Todo gracias al cambio de gobernante en su isla,este hombre abría paso a nuevos estilos de vida y a una nueva forma de gobierno. Para la suerte de la joven, este nuevo rey era justo y piadoso. Comprometido con su gente y con su isla, con ella. Este rey llamado Kamehameha, su gente comenzó a llamarlo "Kamehameha el grande" y ella entendía el porque, el unificó las ocho islas, era un lider justo. Y gracias a el, Dhalia estableció amistad con las grandes potencias del Pacífico. Y ellos,la ayudaron con su independencia. -"Hermano, yo-"- el inglés no la dejó continuar, estaba dolido. Pero una sonrisa adornaba sus labios. Estaba orgulloso de su pequeña colonia. En tan poco tiempo había prosperado.
-"Don't worry my girl."- dijo mientras le daba la mano a la jovencita.-"Estoy...muy orgulloso de ti. Sigue así"- un último abrazo y ese fue el adiós. Las Islas Hawai ahora, eran independientes. Estaba enormemente agradecida con Kamehameha, y siempre lo estaría.
--.--
Mientras todos celebraban la independencia de Hawai. Dhalia estaba sentada frente al mar, en silencio y completa soledad. Su mente en aquellos momentos eran toda una confusión. Hacía círculos en la arena húmeda, mientras cantaba la canción que ella, le dedicó a su hermano mayor.
"Es un hermosa canción"- volteó y vio a su gobernante, estaba con sus mejores ropas. Lo que significa que la fiesta seguía.
-"Gracias, se la cantaba a mi hermano mayor. "- bajo la mirada, la verdad le dolía tener que separarse de Inglaterra, pero estaba feliz y orgullosa por ella misma y por su pueblo.
"Entiendo, es importante para ti. Pero, debes saber que sin tu independencia nuestro pueblo no avanzaria." - el hombre se sentó al lado de ella, mientras colocaba una flor en su cabello. Le regalo una sonrisa a su isla, una sonrisa paternal y llena de amor.-Quiero verte feliz y próspera. Todo lo que hago es para ti"
Esas palabras marcaron a la joven, asintió y sonrió. Debía estar orgullosa de aquél hombre. Y agradecida por la suerte que tuvo en tenerlo como rey.
~♥~
1893
Ha pasado mucho desde que el gran Kamehameha la dejo. Tras de el la línea de los "Kamehameha" ha ido ocupando el trono de Hawai. Y cada uno de ellos a aportado (sea bueno o malo, favorable o no) a la Islas Hawai. Pero, ahora enfrentaba a un nuevo problema. Estados Unidos comenzaba a apoderarse de su tierra.
Dhalia tenía entendido que, el también fue una colonia del Sr. Inglaterra, que también lucho por su independencia y que, era una gran nación. Pero el odio que le tenía crecía considerablemente.
Caminaba a paso rápido hacía la reina Lili uokalani. Hermana del rey Kalākaua, era una mujer sabia y bondadosa. Ella, rechazaba a los estadounidenses. Pero al llegar al palacio de la reina,se encontró con tropas norteamericanas en el lugar. Y allí, el mismísimo Estados Unidos. Un hombre, alto, rubio de ojos azules y anteojos. Estaba vestido de militar. Y su reina, fue derrocada por un golpe de estado. Y todo apoyado por Estados Unidos.
Quizás la primera vez que se vieron no fue agradable, la primera conversación no fue de buen gusto. Y las reuniones eran un martirio para el estadounidense y para la hawaiana. Pero, ambos admitían que gracias cada uno, las cosas cambiaron y para bien.
Dhalia ahora era parte del mercado libre mundial, producía y exportaba más de doscientas mil toneladas de azúcar al año.
Y Alfred...en secreto, admiraba a la joven. Y encantado compraba azúcar proveniente de Hawai.
~♥~
1898
Ambos tenían una relación bastante buena, sus diferencias las habían dejado en el pasado. Tenían una amistad muy íntima y estrecha. Pero, en el fondo ambos no querían solo amistad, el estadounidense esta enamorado de la chica,desde hace muchos años atrás. Pero, el rubio sabía que ella en aquella época lo detestaba y repudiaba.
Quizás ahora, podría confesar su amor hacía Dhalia.
La hawaiana iba de viaje hacía Estados Unidos, con propósitos de negociación y para ver a su amigo.
-"¡Debo hacerlo Sr. Presidente!"- gritaba Alfred, mientras que su jefe, trabajaba en documentos importantes. -"¡Debo declararme a Hawai!-de pronto su voz eufórica se apagó a una más suave y tranquila-" y luego...anexarla a mí"- sentía su cara arder, bajo la mirada de pura vergüenza. El jefe del gran país de Norte América lo miraba extrañado. Sabía perfectamente que la anexión sería un tema complicado, sin mencionar que la chica era bastante orgullosa. Pero prefirió callar y esperar la llegada de Hawai y su, jefe.
-"Sr. Alfred debe calmarse. Y por favor salga de mi oficina"-
El presidente tenía sus límites y escuchar los gritos de emoción por parte de Alfred, no le eran tan agradables en aquellos momentos.
-"¡Claro! ¡Debo ponerme guapo para Dhalia! HAHAHAHAHA"- salió del despacho azotando la puerta tras de sí, el hombre detrás del escritorio suspiro y siguió trabajando.
--.--
La noche llegó, y con ella Dhalia y su jefe actual. Alfred y su presidente los recibieron en la Casa Blanca, Alfred estaba nervioso, ansioso y asustado. Tantas emociones encontradas al ver a la chica, durante la cena ninguno hablo. Solo los superiores de cada uno, intercambiaban palabras. Dhalia, conocía bien al rubio sentado frente a ella, estaba extraño y raramente, no comía como de costumbre. Es más, ni siquiera iba por el cuarto plato. ¿Estaría enfermo? Necesitaba averiguarlo.
La cena llego a su fín, y con eso. Ambos jefes se dirigieron a la oficina a hablar de negocios y documentos. Alfred no quiso estar presente en la reunión, algo extraño viniendo de él. Así que Dhalia tampoco quiso, con el pretexto de acompañar a su amigo.
Estaban en silencio, mientras caminaban por los jardines de aquél lugar. Solo los grillos acompañaban a que el ambiente no fuera tan silencioso.
-"Alfred, ¿sucede algo?"- preguntó la chica algo nerviosa. Sin mirar al americano trago saliva y continuó-"No comiste casi nada, no has hablado y eso es... algo extraño de ti"- finalizó la chica, mirando al rubio de reojo.
-"Oh, es que, yo...tú. .."- Alfred comenzó a tartamudear y balbucear cosas sin sentido. Algunas palabras se lograban entender, pero otras, nada. Dhalia tomó sus manos y le sonrió calidamente al rubio.
-"Alfred, tranquilo"- susurró la chica, ya entendía lo que quería decirle el chico, ¿como no lo vio antes?, Sus acciones lo delataban -" I love you too"-
Alfred quedo boquiabierto, ella sentía lo mismo que él. Acercó el cuerpo delgado de Dhalia hacía el. Ambos estaban sonrojados, la mujer bajo la mirada, avergonzada. Pero el americano levanto su barbilla para ver su rostro.
-"I love you. Desde hace mucho tiempo, te...te lo quería decir. Pero me daba mucha vergüenza, sin mencionar que me querías ver muerto"- la chica soltó una risa y Alfred sonrió-"Lamento si te cause problemas, swetty"-
Dhalia toco el rostro suave de Alfred, acarició las mejillas del muchacho. Mientras miraba con deseo los labios delgados y rosas del americano.
-"Alfred, bésame"- susurró antes de besar al rubio. Alfred gustoso correspondió el beso. Fue un beso suave y dulce. Llenó de sentimientos guardados. A la lejanía, ambos mandatarios miraban la escena.
-"Al parecer la anexión de Hawai se hará- habló el mandatario de Hawai con una leve sonrisa.
El presidente estadounidense solo suspiro y asintió en pleno silencio.
~♥~
El tema de la anexión de Hawai a territorio Norteamericano (más claro, estadounidense) era un tema de debate para cada mandatario de la Casa Blanca, Alfred seguía insistiendo que deberían hacer la anexión oficial. Claro, para los ojos del mundo Hawai ya era parte de Estados Unidos, pero, nunca lo han confirmado. Quizás por motivos que, para el rubio no eran importantes (y jamás los quiso oír). Dhalia aunque fuera paciente, por dentro tenía miedo de que Estados Unidos la olvidará, mentalmente se abofeteaba cada vez que esos pensamientos cruzaban por su cabeza, Alfred la amaba y demasiado, sabía que cumpliría con su palabra.
La anexión para ellos,es como si estuvieran casados. Pero la boda debía ser aprobada por ambos mandatarios.
El noviazgo de ambos, muy pocos países lo sabían. Claro que Inglaterra estaba informado al respecto, también Francia y Canadá. Y, para alivió de Dhalia celebraron y apoyan su relación.
1940
Noticias desde Europa llegaban todos los días al continente americano, como pan caliente. Cada vez el horror era mayor, Dhalia escuchaba la radio con asombro como Alemania crecía y ganaba cada vez más territorios.
-"En esta guerra, Francia e Inglaterra ya luchan por detener el avance alemán"
Al oír eso, un escalofrío recorrió su espalda, sus manos temblaron y el temor se apoderó de ella. Francis y Arthur estaban de vuelta en el campo de batalla.
"-Mientras los nazis avanzan por Europa. Asia se ve afectada por el terrible avance del Imperio japonés, el país más afectado hasta el momento ha sido China. Y se cree que los japoneses planean conquistar el océano Pacífico"-
Sus ojos azules estaban abiertos a más no poder, ¿como era posible que Alemania y Japón ganarán tan rápido? Quizás Alfred, si el ayudará no pasaría esto. Su respiración era agitada, imagino lo peor. Japón llegando a Hawai. Cerró los ojos aguantando las lágrimas, su gente, su pueblo...
-"Hey, love"- Alfred había llegado al hogar de Dhalia, aparentaba estar tranquilo y sin preocupaciones, ¿de verdad estaba tranquilo?-" Swetty,¿que pasa?"- cerró la puerta tras de él y se acerco a la chica, que luchaba por no llorar.
Alfred escuchó la radio y la apagó"dejando todo en silencio. Solo se oían los sollozos de Hawai. Suspiro y abrazo a su novia, acariciaba el cabello largo y suave de la hawaiana. Mientras ella se aferraba a él.
-"Al...Alfred, ayuda a Francis y a Arthur."- dijo entre sollozos la pelicafe. Quizás con Alfred en la guerra todo cambiaría. El estadounidense levanto la barbilla de la chica, mientras secaba las lágrimas de su cara.
-"Love, lo haría y lo sabes. Pero, mi gente no quiere entrar en un conflicto europeo nuevamente. "- su voz era suave, pero se le oía tenso. Claramente todo esto le afectaba también. Dhalia asintió y lo abrazo más fuerte, tenían miedo. Algo dentro de ellos le decían que las cosas iban a cambiar, pero, ¿que?.
1941
Era el mes de diciembre, Dhalia estaba prepcupada por el rápido avance japonés por el Pacífico, pero decida en no darle vueltas al asunto no volvió a pensar en ello. Estaba tranquila, relajada tomando un jugo natural. Alfred tenía cosas que hacer en su país y ella estaba sola en su isla.
Se sentía segura con la base militar estadounidense, Pearl Harbor. La mañana era cálida y la brisa marina refrescaba sus pulmones. Eran casi las ocho de la mañana y un dolor punzante cerca de su pecho no la dejaba respirar, se puso de pie como pudo, miro al horizonte y vio a Pearl Harbor en llamas, levanto su vista hacía el cielo y los aviones japoneses avanzaban por encima de ella.
-"No...No.."- se repetía para si misma mientras se desplomaba sobre la arena. Un fuerte dolor en su pecho se hizo presente, era agudo y sentía que su corazón podría explotar. No podía ponerse de pié, su vista era nublada y lo único que escuchaba eran las bocinas que pretendían advertir a la población. Aunque era demasiado tarde, Japón ya había atacado.
Una sirvienta salió rápido del hogar de Dhalia, la casona estaba en llamas, la muchacha corrió hacía la representación de su isla.
-"¡Señorita! "- gritaba mientras trataba de levantarla, aunque Dhalia no la podía ver, la oía bastante bien. La voz de desesperación por parte de la muchacha la estremecian. El dolor en todo su pecho crecía, sus piernas no las podía mover y apenas respiraba. Y sólo tenía en mente a Estados Unidos.
《Alfred, necesitó a un ...héroe. Te necesitó mi héroe.》
Solo dos horas bastaron para hundir a Hawai en una miseria, sólo dos horas para matar a miles de personas, tanto civiles cómo militares. Sus aguas estaban sucias de sangre, su tierra igual. Y la isla de Hawai, entró en un coma.
--.--
Alfred estaba en una junta con su mandatario, Roosevelt. Hablaban sobre múltiples temas, hasta que un hombre aterrado entro en el lugar. Dando la noticia sobre el ataque japonés a Hawai.
En ese instante, Alfred sintió que le habían quitado todo, solo en ese instante se sintió inútil. Su mandatario miraba atento a su nación, su nación que ahora lloraba y maldecia a Japón.
-"¡Esto no puede quedarse así! "- gritó mientras se ponía de pié, sujeto al hombre de los hombros. Sacudiendo al tipo-"¿!Como está Dhalia¡?"- gritaba desesperado, el pobre hombre estaba asustado. Nunca había visto a Alfred en ese estado.
-"E-Ella esta... en un coma. No ha despertado"- dijo entrecortado el pobre sujeto. Alfred lo dejo caer al suelo,mientras maldecia a Kiku y a la guerra. El presidente miraba atento a Alfred, estaba en sumó silencio. Entendía el dolor de su nación y sabía lo que debían hacer.
-"Alfred, daré la orden si tu lo apruebas."-
Alfred miró fijo al hombre sentado detrás del escritorio, tenía el ceño fruncido y sus ojos rojos por el llanto. Sacó sus anteojos para secar sus lágrimas. -"Quiero ver a Japón de rodillas. Pagará caro lo que hizo"- su voz sonaba ronca y llena de irá. El mandatario aceptó. En ese momento Estados Unidos le declaró la guerra al Imperio del Japón.
Y lo peor, es que no podía ver a Dhalia. No por el momento, pero vaya que deseaba verla,abrazarla,hablarle. Aunque. ..ella no le podría responder. De nuevo sus lágrimas caían, estaba desolado.
-"I sorry love. Todo es mi culpa"- pensaba cada vez que recordaba todo lo sucedido. El sonido del teléfono lo sacó de sus pensamientos. Con todo el pesar del mundo contestó"-¿Sí. ..?"- su voz estaba apagada y llena de pena. Al hombre al otro lado de la línea le dolía oírlo así, tragó saliba y decidió hablar.
-Alfred, soy yo. Arthur"- el acento y voz lo delataban. No hacía falta que dijese su nombre.
-"¿Ya lo sabes?"- preguntó el estadounidense, cabizbajo.
-"Yes, lo lamento. Todo esto... eh"- se le podía oír tratando de aguantarse las lágrimas, tanto a él cómo al británico le afectaba la noticia. Dhalia era importante para ambos.
-"Don't worry dude"-dijo el norteamericano, soltando un suspiro-"acabaremos con esos tres. "-
~.~
La guerra avanzaba, y Dhalia no despertaba. Toda norteamerica estaba pendiente de los avances de la joven. Alfred, por su parte recibía las noticias atrasadas. Por el simple echo de que se encontraba en el campo de batalla. Se había propuesto acabar con las potencias del Eje, por su querida Dhalia.
1945
La guerra estaba llegando a su fin, Italia había firmado la rendición. Y Alemania estaba cayendo de a poco, sólo debían acabar con unos fanáticos de Hitler y la guerra estaría acabada en Europa.
Pero, Japón era el único que seguía luchando por decreto del emperador y del mismo Kiku Honda, la guerra en el Pacífico seguiría hasta que Japón firmará la rendición total.
Pero, fuera del tema de la guerra. En una sala de hospital, Hawai recobraba su conciencia. Despertaba, claro, el dolor de cabeza era enorme y fastidioso. Y la información sobre Alfred llegó pronto.
Quizás, Dhalia no apoyó la decisión de Alfred. Quizás sólo se mantuvo en silencio y no quiso dar su opinión al respecto de lo que planeaba su novio.
Pero, no se opuso al saber sobre las bombas atómicas que se lanzarian sobre Japón. Al terminar la guerra, al fin pudieron estar juntos nuevamente. Dhalia lo esperaba frente al mar, por la misma playa dónde habían tenido su segunda cita. Vestía un vestido crema y su cabello estaba rizado en las puntas, tenía unas cuantas cicatrices en sus blancas piernas. Pero eran las mínimas. Estaba calmada, el sonido de las olas la relajaban bastante. El aire fresco y limpio le daban una sensación de paz que,no había sentido hace mucho tiempo.
-"Dhalia..."- esa voz que hace tanto no escuchaba, esa voz dulce y tierna que en esos momentos de sueño, oía. Al fin la sentía nuevamente cerca. Volteo mientras le regalaba una dulce sonrisa al rubio vestido de uniforme militar tras de ella. Llevaba un ramo de rosas, grandes y coloridas.
-"My hero"- y antes de decir otra palabra, estaba en loa brazos de su novio. No hay palabras para explicar lo mucho que extraño el calor de Alfred, su compañía, sus besos y abrazos.
No lo dejaría ir nunca.
1956
-"¡Te ves hermosa!"- decía una de sus sirvientas al verla con el vestido de novia puesto. Había esperado tanto tiempo por éste día que las emociones que en su interior habían en aquel momento eran tales que no se podían explicar.
Se miraba al espejo, mientras sonreía y sus ojos brillaban. Éste sería el mejor día de su vida.
《Al fin, estaremos juntos para siempre my hero. ..》
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Hallo~♥ aish al fin terminé está petición. Bien, aquí esta el libro de los Oc's. Ahora, con ustedes... *se escuchan redobles de tambores* ¡Dhalia!
Dhalia:*entra al lugar mientras sonríe tímidamente* He-Hello
No seas tímida, bien. Dejaré que tu cuentes algunos datos de interés sobre ti.
Dhalia: Uh... leí sobre el rey Kamehameha. Y quizás a muchas les parezca conocido el nombre.Por Gokú :'D usa una técnica con ese nombre.
Dhalia: Japón se baso en aquel rey, para hacer sobre ese personaje. ¿A que es genial? .Muy genial *^* este rey fue tan importante que, las dinastías próximas llevarían su nombre. Y gracias a sus influencias... Hawai consiguió su independencia.
Dhalia: Me dolió dejar a mi hermano mayor...¡pero era necesario!Ella pasó por un golpe de estado para derrocar a su reina (la cuál olvide su nombre :D). Ese golpe de estado fue por
Dhalia: estadounidenses... pero por motivos bastantes aceptables. Como que querían prohibir su ingreso a la isla y expulsar a los habitantes norteamericanos de mi isla. Aunque al principio no quise oír ni saber nada de Alfred. *baja la mirada*Bien~ ella fue creada por Azumi-chan. Créditos a ella también por el dibujo de Dhalia~♥
Dhalia: Espero voten y comenten. Nos vemos pronto.~
Aclaró que, en la portada va la imagen del Oc más una canción que, según yo, le viene al personaje o a la pareja escrita en el fic.
En este caso...me encantó esa canción para el gordo y Dhalia ♡♥
Siguiente oc: Islas Onett
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Hetalia Oc's
FanfictionTus historias son bienvenidas. ~.~ Hallo! Pueden dejar a sus Oc's en los comentarios <3 eso, bais (?