Les presento a mi demonio, aunque no lo sepas, le da gusto conocerte. Yo soy Free, la niña más consentida del mundo, la típica de coletas, vestido rosa y una paleta de colores. Bueno, hasta ese día en el que todo cambió.
Yo estaba en mi skate, yendo hacia mi hogar luego de un pesado día de escuela. Mi cabello castaño volaba, mientras yo me iba en mis pensamientos, lo cual fue mala idea al estar andando en skate, ya que un perro se cruzó y tropecé, cayendo de cabeza al suelo. Antes de que todo se vuelva oscuro, alguien gritó:
- ¡Oh mierda...! ¡Una ambulancia...!- Se me hacían lejanos los gritos, hasta que no escuché nada.
En la oscuridad, me palmeé el brazo para comprobar si sería una fantasía, me sobresalté cuando sentí en mi piel el golpe. Un humo verde se esparció por el suelo, dando a saber que algo, o alguien, se acercaba.
-Todo cambiará... Seguirás mis instrucciones y no te haré daño...- Dijo una voz gruesa y suave, era un hombre.
- ¿Quien eres? ¿A qué te refieres con hacerme daño?- Dije al punto de hacer una escena llorando. Tal vez así me despierte.
-Serás mi aprendiz, no quedan muchos como yo, y necesitamos personas dispuestas a seguirnos... Te escaparás de tu hogar e irás a donde yo te dirija.
Por un momento lo pensé, ¿Que elegirían si pudieran tener una vida aburrida teniendo todo lo que quieras, o una vida emocionante pero teniendo que pagar para vivir? Hasta pensé en rezar para decidir... Pero me convencí a mi misma.
-Dime lo que deba saber.- Dije segura, ahora, sin los ojos llorosos.
La cosa se acercó y mostró un rostro de un hombre; fácilmente podía tener diez años mayor que yo, vestía de rojo, negro y azul, y su cabeza estaba adornada con dos cuernos negros. Si fuera realmente religiosa, estaría segura de que era el diablo. El hombre mostró una sonrisa de dientes blancos, algo que no me esperaba en absoluto.
-Hoy en la noche, en una mochila cargarás toda tu ropa decente, y con eso me refiero a que no sea colorida; mucho dinero y comida como para un mes, de preferencia enlatada. Cuando sea una hora alta de la noche, ve al callejón que está a un lado del bar más cercano a tu casa. Allí haremos el resto.- Explicó esa cosa.
-Estaré ahí, pero si puedes.. Con tus poderes de demonio aleja a los violadores, ¿Sí?- Pedí, no iba a terminar violada en mi primer día.
-Tenlo seguro. - Dijo soltando un par de carcajadas, esto será genial.
Él chasqueó los dedos y al instante desperté. Estaba en el hospital, sentía presión en mi frente, por lo cual tenía una venda. Como si nada, tomé mi ropa, que estaba a un lado de mi cama, y cuando la miré, pensé que no lo era. Mi ropa era una camisa blanca, una falda roja y unas zapatillas blancas. Esto era un jean oscuro, una camiseta holgada roja y, al menos, mis zapatillas.
¡Hasta que entendí! El demonio, debe haber cambiado mi vestimenta.
Tan sólo me cambié y me fui, al llegar, mis padres me abrazaron y besuquearon, me quejé por el dolor.
–¿Estas bien? ¿Que te pasó? ¿Te duele? ¿Quieres una aspirina? – Mi madre, quien ahora me parecía pesada, hablaba irracionalmente protectora.
-No, mami. - Que es como le decía- Estoy bien, no me duele– Mentí.– y no, no gracias.
–¿Y esa ropa? ¿De donde la has sacado?– Estricto y alerta, preguntó mi padre.
-Es nueva, la compré- Mentí otra vez, ¿Y ahora cómo salgo de ésta?
Justo vino una enfermera para avisar que nos podíamos ir a casa. Exhalé en alivio. Volvimos en auto y llegamos. Con mi madre hablando como un loro, sólo quería arreglar todo.
-¡Auch! Me duele...- Fingí para ir a mi cuarto- ¿Puedo ir a acostarme? Espera, ¿Qué hora es?
Mamá: ¡Claro! Son casi la una de la mañana, te quedaste allí casi ocho horas.
Le dí un beso en la mejilla y me fui a mi cuarto. Era hora de preparar mis cosas. Tomé todos los pantalones, shorts, camisas, abrigos y zapatos oscuros de mi clóset, lo que me dejó con cuatro pantalones, dos shorts, cinco camisas, dos abrigos y dos pares de zapatos.
Fuí sigilosamente a la cocina y tomé toda la comida enlatada que encontré. Estaba por volver a mi cuarto cuando recordé, volví y tomé el abrelatas de la mesada, para luego irme otra vez a mi habitación. Tomé mi teléfono y puse el mapa, había un callejón a dos cuadras de mi casa. Guardé todo, cogí la mochila, tomé mi skate y empecé mi aventura.
[...]
Al llegar, inventé un método para avisarle al demonio que llegué. Tomé sal, hice un círculo, y dentro escribí:
"YA ESTOY AQUÍ HOMBRE, NO TARDES"
Luego esparcí papeles que encontré tirados por todo el texto y con el mechero, lo encendí.
A los dos minutos llegó el hombre de cuernos negros
-Que bueno que cumplas mi mandado.- Dijo- Ahora, ¿Ves esa tienda de allá?- Señaló un lugar que decía "Cambios de look"- Allí te pintarás el cabello de uno o más colores llamativos, te harás un tatuaje con el dibujo que te diga allá- Dijo señalando una tienda de tatuajes- Y comprarás ropa allá- Dijo señalando una tienda de ropa, me dio risa el nombre, era una tienda de ropa oscura, "Emo- ción".
-Cuando termines, vuelve aquí. Toma el dibujo- Me dio un papel con el dibujo de un dragón con cuernos.
Caminé hacia la tienda de "Cambio de look", decidí basarme en el demonio. Caminé hacia la empleada y le dije:
-Quiero un degradado de azul eléctrico al blanco, y cambiar mi color de ojos al rojo-
Empleada: ¿Permanentes o lentes de contacto?
Dudé, pero era todo o nada
-Permanentes, todo lo quiero permanente
Empleada: ¿Segura? Porque eres joven para...
- ¡TODO!- Grité, ups.
La empleada se sobresaltó y llamó a alguien. Cuando cortó, un hombre vino y me llevó a una sala, me inyectó algo y dormí.
[...]
Desperté, me senté y el hombre me extendió un espejo, mis ojos eran rojos. Salí de la camilla y fui donde la empleada, ella me sentó y empezó con el cabello.
Al terminar, pedí el espejo (Otra vez) y me miré, tenía el cabello azul y blanco, y ojos rojos, no me quedaba nada mal.
Salí del local y fui al de los tatuajes, esto no tardó, les dí el dibujo y a la hora tenía un dragón en el hombro derecho.
En vez de ir al local de ropa, fui donde el hombre. Esto será raro.
-¿Ya terminaste? Que rápi...
-No, no terminé. -Interrumpí- No sé elegir ropa oscura y necesito que me acompañes- Sí, directo, Free, directo.
-Bien, sabía que esto pasaría, vamos.
-A propósito, ¿Tu nombre?
-Len, dime Len.-
-Bien.
Llegamos y Len empezó a tomar de todo, pero lo que me preocupó, fue que agarraba shorts de licra, jeans negros ajustados, camisetas blancas, rojas, negras, azules, chaquetas de cuero, botas de caña alta, todo era provocativo y oscuro, esto es malo, lo cual, lo hace bueno.
-Póntelo y vámonos- Tomé la ropa y fui al probador, la mitad de mis piernas estaba al aire, ya que me puse short y botas.
Salí y el me miró sonriendo, vino hacia mí y me tocó el hombro. Pestañeé y estábamos en un apartamento.
-Todo tuyo. - Dijo él- Aquí descansarás, ahora haremos algo que te dolerá, y mucho
-Estoy lista- Dije segura, aunque no tanto.
-Bien- Se acercó a mí y me puso sus dos manos en mi cabeza, sentí un dolor inmenso en aquella parte que tuvo contacto con su piel y caí desmayada.
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Mi Demonio Favorito
Fantasy¡Hey! Esta es mi primera historia, espero que te guste. Si eres religioso, por favor, si te vas a quejar como... ¡Esta novela está escrita por una posesa de Satanás! ¡Quémenla! Pues debo decirte que vencí a Satanás... Si te gusta, pues vota y comen...