capítulo 2

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Tras varias horas por el bosque y con 7 notas en mano, estaba dispuesto a encontrar la última.

Slenderina no es que se esforzase mucho en esto...
Tsk.
Muy típico de él.
Se va a enterar cuando gane y le dé su merecido.

Entré a una especie de edificio blanco, inspeccioné habitación por habitación sin resultado alguno.

Cuanfo estaba a punto de salir de allí, un sonido de estática horrible hizo que cayera de rodillas al suelo, encontrándome al "bicho" delante.

- ¿Buscas esto? - dijo zarandeando una hoja de papel delante de mi cara, intenté agarrarla de muy mala leche pero él no me dejó cogerla.

Al momento me encontré tirado en un sendero y Slenderina me observaba a varios metros delante, apreté mi puño y me levanté para echar a correr hacia él.

-¡¿Qué!? - ahora estaba en un puto tunel sin luz. - ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Una sala de torturas?

Pues en efecto.

Ahora estaba en una maldita sala de torturas.

Espera...

¿Dónde está mi ropa?

Me tapé como pude con la linterna, aunque obviamente no dió para mucho.

- Correas, fustas, látigos...joder, tiene un buen chiringuito aquí montado, el hij.....
- No pude seguir hablando.

Jamás había sentido semejante dolor, deseaba morir en ese instante, juraría que me había desgarrado el ano hasta la espalda, joder.

Dió varias envestidas con un par de tentaculos, mientras que con los que tenía libres me ató de pies y manos.

El dolor era tan, tan intenso, que no podía gritar, no podía moverme...

¡Que alguien acabe con esto, por favor!

Dejé de sentir sus tentáculos dentro de mí.

¿Se había cansado? ¿Iba a mutilarme acaso ahora que había terminado?

Todo se quedó en silencio unos segundos.
Escuché pasos. Pasos acercándose.

¿Alguien venía a ayudarme?

Ese alguien tocó la puerta un par de veces, para a continuación reventar la puerta de un golpe.

Gritos, hostias y sangre por todas partes.
Ese alguien estaba de mi parte. La paliza que le estaba pegando a Slenderina era una de las mejores que jamás había... ¿Escuchado? En mucho tiempo.

He de aclarar que el estar con los ojos cerrados y acurrucado en una esquina no ayudaba mucho a ver la escena, pero dejemos ese detalle para otro momento.

Silencio. Todo quedó en silencio.

Abrí los ojos para ver lo que pasaba; Slenderina estaba en el suelo, inmóvil.

Miré a quien me había ayudado, a pesar de estar oscuro pude ver una figura alta y robusta delante de mi.

- WElCOME TO PIRATE'S COVE! Are you ready for fun and die-e-e-e?

- ¿Qué?...no, NO, NO, ¡ESPERA!....AAAAGHHHHHHHHH.....

Detrás de las camarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora