Sueño del 30 de Julio de 2015.
—Es por eso que nunca voy a estudiar ingeniería ni química —digo mirando al museo con los brazos extendidos.
—No tienes porque exagerar Bree.
Me quedo callada porque, aunque ella no lo entienda, esto da asco.
No tengo idea del por qué dejé que me arrastrara hasta aquí, supongo que necesitaba salir del infierno un rato. Estoy bromeando, no es el infierno. Es muy parecido a él. En vez de las rocas que forman paredes, está el cemento que nos encierra en cuatro paredes, y en vez de Hades... ¿Qué? A mí me gusta familiarizarlo todo con la mitología griega. Estoy obsesionada con ella, y ¿Cómo es que lo sé todo? Por mi TDAH; trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, lo que quiere decir que no soy capaz de concentrarme ni quedarme quieta... Como decía, en vez de Hades se encuentra el Sr. Riley, nuestro maestro, la única diferencia es que Sr. Riley no es inmortal, gracias a los dioses.
Me acerco a una especie de cosa con cables y una caja de vidrio, arriba tiene un cartel con una figura que tiene letras y líneas.
—Caído del tu... —empiezo a leer.
—Ácido butil – hexandioico —me corrige Ana.
No la miro, siempre pasa lo mismo. Maldita dislexia. Así ha sido siempre. Sería imposible para mí estar sin ella.
Me alejo del pulpo cableado y miro el museo; blanco y con el piso gris. En las paredes están pegados carteles como el de hace rato y a sus pies tienen a las aberraciones de 'proyectos', que si los ves desde lejos parecen pequeños monstruos que fueron creados por personas que se creen inteligentes por descubrir algo que ni siquiera les importa a adolescentes de 17 años.
***
Es de noche.
Debimos habernos perdido o algo. Solo queda el grupo y el Sr. Riley.
Decido explorar el museo con Ana, Jason y Octavian nos siguen. ¡Vaya! Es tan grande que puede ser fácil perderse. Doblamos a la izquierda en el pasillo y una abertura me llama la atención, lo suficientemente grande para que pase una persona. Nos metemos. Al fondo del pasillo hay una puerta que se abre por la mitad, son de color bronce y a su alrededor es dorado, como si fuera oro. Me acerco y veo lo que está grabado en ellas. Figuras de personas, letras que no conozco, un minotauro, un laberinto, un... Espera ¿Qué? ¿Dije minotauro?
Quito la mano de las figuras y Ana me mira. Nos alejamos lo suficiente para poder leer lo que está escrito arriba de las puertas. Letras bañadas en oro.
—Lavado de Cresta —Se que no puedo leer pero lo intento. Miro a Octavian—. Te vendría bien uno —Jason y yo reímos.
—Bree —dice Ana—. Dice Laberinto de Creta —ambas nos miramos. Ella sabe lo que significa.
—Creo que hay que volver.
De regreso, ella me jala lejos de los demás.
—¿Viste eso? ¿Qué está haciendo eso aquí?
—Tiene que ser una broma —río.
—No lo creo.
—Vamos, tal vez sea la entrada al baño o algo, ¿qué se yo?
Al parecer lo olvida. Desde aquí puedo ver a todos; solo distingo a Nico, Hazel, Sr. Riley, Jason y Octavian.
***
Todo me marea; la música ensordecedora y las estúpidas luces de colores. No entiendo cómo es que aún seguimos en el museo. Debí haberme ido.
Jalo del brazo de Ana y salimos de los estúpidos adolescentes pegando sus traseros a las entrepiernas de otros. Qué asco.
Damos una vuelta por el museo. Nos encontramos a Jason en las puertas.
ESTÁS LEYENDO
Entre Sueños
FantasyNo es una novela, son historias cortas. No son fanfics, aparecen personajes ficticios. No son obras copiadas... Son mis sueños.