Capítulo 2

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Desperté, mi cabeza irónicamente dolía como los mil demonios. Al abrir los ojos me encontré a un Len mirándome fijamente, aún sin dejar de sonreír.

-¿De qué tanto te ríes? Sé que eres un demonio, pero no te rías de mi dolor- Dije, molesta.

Él tan sólo se rió a carcajadas, me levanté y me toqué la cabeza. Al encontrarme con dos bultos allí, sonreí maliciosamente. Creo que me estoy convirtiendo en Len, es no es lo que quiero, quité mi sonrisa rápidamente de mi rostro. Caminé hacia el baño, hice mis necesidades, me duché, me vestí y volví a mi lugar. Ya allí decidí quitar mis dudas.

-¿Ahora qué debo hacer? ¿Seré como tú? ¿Conoceré al diablo? ¿Tendré poderes? ¿Los demonios van al...?-

-Basta- Me interrumpió - Ahora te callarás y me escucharás. El resto de los humanos no pueden ver tus cuernos, igual que tú, aunque te mires al espejo no los verás. Si quieres saber cómo son, son plateados, ya que eras una niña buena. Ahora, hay que oscurecer esos cuernos.

-Todo o nada Len, estoy lista.

-Bien, entonces, hoy robaremos un banco.

Abrí los ojos como platos, es algo abruptado, ¿Ya tanto? Podríamos empezar robándole dulces a niños, o robando la tienda de papas fritas...

Bien, creo que tengo hambre. Buscaré algo para comer en mi mochila.

-No has respondido a mis preguntas- Dije decidida- Aún tengo dudas.

-Bien, - Pensó un poco- Ya la respondí, sí, no, tal vez y sí, vamos al baño.

- Bien, gracias

Ya convencida, me puse a pensar en cómo robaré el banco. A menos que me pueda volver invisible, no será posible.

-Si lo será, usas el skate, lo cual será una ventaja...

-¿Yo también leeré la mente?- Le interrumpí- Porque estaría genial.

-Ya cállate y escucha, irás en skate, llegarás a la puerta y allí te haré invisible, pero deberás apurarte ya que sólo puedo dejarte así por veinte minutos. Llegarás a la bóveda, tomarás el dinero y te irás.

-Debería pensarlo, pero como quiero hacerme invisible, lo haré

El se golpeó la frente con la palma de su mano en señal de decepción. Ya, que le den.

Fuí a mi cuarto y me vestí de negro, pensarán, ¡Idiota! ¡Te harás invisible, y para colmo, el robo es de día! Pero puedo llegar a tardar más de veinte minutos, y ¿De qué me visto si voy a robar un banco de día? ¿De azul? Bueno, el caso es que me vestí y fui con Len hacia el banco.

Esto será divertido.

[...]

Al llegar, bajé de mi skate y cerré los ojos. Al abrirlos debía de ser invisible. Para comprobarlo, fuí donde una señora mayor y me puse frente a ella con la seña del dedo del medio. Al ver que la señora me golpeó con su bolso y se fue indignada supe que no era así. Mierda, olvidé llamar a Len.

Cerré los ojos y dije:

-Len, ven ya, mierda-

Al abirlos otra vez, me puse a bailar en un poste. Al ver que la gente me ignoraba, sonreí. Funcionó.

Entré al banco y fui directamente hacia la caja fuerte, ya allí, repetí el proceso.

-Ven Len, ¡Oye, rima!-

Al sentirme orgullosa de eso, pateé la puerta y cayó al suelo, entré y tomé todo el dinero que había, guardando todo en una mochila. Corrí hacia la salida, monté mi skate y salí de allí. Pero creo que me falta un detalle...

Mierda, ¡La mochila y el skate se ven! ¡Ahora hay una mochila voladora y un skate automático! Esto es malo.

Llegué al apartamento y Len me miró, satisfecho.

-Con que... ¿Skate automático y bolsa voladora?-

-Cállate y toma el dinero- Dije molesta, esto no me ayudaba.

-Oye, ahora tus cuernos son grises...- El maldito cambiando de tema- Esto funciona, deberías robar bancos más seguido.

-¿Más seguido? ¡Casi muero de un infarto! ¿¡No ves que es un proceso traumáti...?

-Sé que es un proceso difícil, pero te acostumbrarás cuando tengas los cuernos grises oscuro.

-¿Qué tanto tienen que ver los cuernos?- Dije curiosa- ¿Son un medidor de maldad o algo así?

-Oye, maldita bipolar, deja de hacer preguntas y usa ese dinero para algo.

"Lo usaría para contratar a alguien para que te secuestre..." Pensé, pero es un puto demonio, no sería tan fácil.

-Cuidado con lo que piensas. Come algo y vete a dormir.

-Sí, mamá- Sonreí burlona- Tranquila que yo sé cuando tengo hambre.

Caminé hacia mi cuarto, me acosté en la cama y pensé en ducharme, ya debo oler como Len.

Entré al baño, me quité la ropa. Entré en la ducha y mientras el agua mojaba mi cabello pensé

"¿Esto vale la pena?"

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