Narra Angela:
Termina la primera hora y hay descanso, así que aprovecho para ir a mi casillero y sacar un par de cosas. Me fijo en el horario que está debajo de mi pequeño espejo, dándome con la terrible noticia de que tengo clase con Gray. Cada que tenemos clase juntos me molesta. Y... quizá tiene razón: nunca podré acusarlo y dejarlo en ridículo.
¡Nunca me salgo con la mía!
Ya que este "hombre" –si se le puede llamar así a un australopithecus- de alguna u otra manera se las arregla. Tal vez es porque es guapo, atractivo y estúpidamente sexy. Sí, lo admito, lo es. Pero eso no quita cómo sea su personalidad, y al menos para mí, la forma de ser es más importante.
Igual, sé que la gente bonita siempre va a tener lo que quiere. Siempre. Como él o todas las Barbies y Kens que hay aquí.
La vida es así de cruel: Si eres guapo, todos te amarán, tendrás dinero, fama, éxito, etc. Sin embargo, si eres poco agraciado: terminas soltero, no consigues mucho dinero, no hay fama y no conseguirás el éxito. Al menos eso me ha enseñado la vida.
Cierro mi casillero con desdén, teniendo unos libros de Filosofía en la mano. Me doy media vuelta, para toparme con... con ellas. Las Barbies de cuerpos perfectos, pero con el coeficiente intelectual de un niño de un año. Se acercan moviendo sus tan conocidos cuerpos. Y digo conocidos, porque el mundo entero las ha visto desnudas alguna vez.
Todos las contemplan, absolutamente todos. Desde alumnos hasta profesores. Todos ven a esas cinco chicas agitando sus caderas en faldas diminutas y tops que dejan ver el ombligo.
Patético.
Si la vida dependiera de otra cosa que no sea la belleza, estaríamos viviendo en un mundo mejor. Luego de haber agachado la cabeza, la levanto una vez más y caigo en cuenta de que falta alguien. Hablo de la abeja reina, la que siempre está a la cabeza: Taylor Matthews. Novia del más guapo y popular chico de toda la escuela y de Londres. Así es, me refiero a Ethan Gray, a quien tampoco lo veo ahora.
—Oye, ñoña anticuada, te estoy hablando desde hace una hora y tú sigues en la luna.
—¿Qué? —musito temblorosa.
Es Kendall, una de las barbies... ¿pero por qué se ha acercado...?
«¡Oh, recórcholis!»
Me doy cuenta de que estaba interrumpiendo su camino de pasarela y ahora todos me están viendo.
«Esto no puede ser cierto...»
De un manotazo, bota los libros que estaban en mis manos, y éstos caen rápidamente al piso.
—Ups. Tienes que estar más atenta, feita.
La observo con furia, al tiempo que me agacho para recogerlos, mientras ellas siguen su modelaje y sus risitas burlonas por mi lado.
—Angela, ¿qué pasó?
—Una ya no puede ni ir al baño sin que pasen cosas así.
Levanto la vista, algo vidriosa a decir verdad, y veo a mis únicos y mejores amigos.
—Hola chicos —mascullo con la voz entrecortada—. ¿Cómo han estado?
—Cariño... —se lamenta mi amiga, ayudándome a recoger el otro libro. Lucas me levanta a mí caballerosamente.
—No les hagas caso, nena —me dice él—. Ellas son sólo unas putas.
—Es verdad, no tienes por qué sentirte mal —comenta Camila.
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Di que me amas, por favor (Editando) » COMPLETA
Teen Fiction❝Di que me amas, por favor.❞ / ❝Say you love me, please.❞ Inspirada en "Un amor para recordar". Dime a la cara que me quieres, necesito eso, incluso más que tu abrazo. Sólo di que me deseas, es todo lo que me hace f...