Padres Primerizos « Ziam »

Capítulo 16

Zayn

Una semana exactamente en el que el tío de los gemelos convivía con nosotros, los gemelitos lo adoraban, era ese ser pícaro que les alegraba las tardes y ya que había terminado el semestre me acompañaba a diario en mi anticuada soledad, en el gimnasio mientras no estaba coqueteando con los entrenadores personales y aunque a ambos no nos gustaban ver películas como a Liam compartíamos ciertos gustos indiscutibles, como comprar roa, cuidar de niños y aunque este último no era tan igual, el observaba chicos muy seguido y yo admiraba a Liam siempre. Chicos son chicos. Dos días después de que Lowell se estuviese adaptando a vivir con la familia Payne – Malik y la familia Payne – Malik a convivir con él, lo cual no era difícil ya que era muy agradable, Lowell le recordó a Liam como hacia siempre ese perturbarte sonido al golpear su puño con la axila y en realidad lo admitía era gracioso a principio, pero Liam lo hacia las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, ya me aburría. Aunque lo bueno de eso era la linda risa que evocaban Kristoff y Daniel. Respecto a sus ataques dos en una semana y media es lo mejor que hemos obtenido de su tratamiento, el primero fue en la mañana en cuanto bajaba corriendo recién despierto y el otro en cuanto escucho a su Papá Liam llegar con su tío favorito Lows, cayó sobre el último escalón de los dos que habían en la puerta principal, alertándonos a todos de que tenía otro ataque de insuficiencia respiratoria. Me dolía vero así, tan indefenso buscando con las manos el oxígeno que no llegaba a sus pulmones. Y el llamado me trajo de nuevo al presente...

- ¡Papi Zayn! ¡Papá Liam está sonando su axila!- Escuche en la cocina desde la sala, Liam molestaba a los gemelos para jugar un rato, por una rato quiero decir toda la tarde estuvieron en ese plan, mientras Lowell y yo le escribíamos un largo muy largo mensaje en Whatsapp para mi hermana menor, necesitaba volver a verla o hablar con ella.- ¡Papi Zayn!-

- ¿Te escucho bebé?- Grite un poco para que me escuchara con todo el bullicio que tenían en la sala, los gritos del que parecía ser Daniel y Kristoff me hablaba en estos momentos.

- ¡Papito Liam me está haciendo muchas cosquillas!-

- ¡Liam deja quieto a mis bebitos!- Dije gritando y fingiendo estar muy molesto.

- ¡No! ¡Son míos! ¡Además soy el oso maloso!- Él oso maloso era la nueva identidad de Liam, se hacía pasar por malo cuando estaba jugando con los niños.- ¡Muajaja!- La risa de malvado de Liam en realidad era patética.

Hace quince minutos mi hermana había estado en Línea, hace cinco enviamos el mensaje y no aparecían todavía las flechas azules. Mantenía mi cuerpo sereno pero mi mente estaba a reventar.

- ¿Y si no responde?- Pregunto Lowell, me congele ante su pregunta.- Tu sabes... cabe la posibilidad de que ella no responda...-

- Ella lo hará.- Fue lo único que llegue a lograr musitar.

Estaba completamente abrumado, como removido en mi pequeño mundo. Tan parecido como cuando sacudo una de esas esferas de cristal navideñas con escarcha dentro y esta se mueve de tal manera que todo dentro de esta se va de su lugar, de esa manera, los bonitos ojos de Lowell me miraban con esa aura de lastima y tristeza que detestaba que me dieran, que intentaban exponer con la sola mirada un "Lo lamento por ti".

- Quizás está ocupada.- Me dijo Lowell aun con esa jodida mirada, si quizás lo estaba, estaba ocupada llorando.

Volví a mí en cuanto el horno sonó dándonos a saber que la tartaleta de naranja que preparo Lowell estaba lista, y mis terrores, por terrores hablo de Liam, Danielito y Kristoff, vinieron corriendo a la cocina. Lowell se puso guantes de cocina y saco la bonita tartaleta, corto en porciones bonitas y las sirvió en los hermosos platillos de porcelana que había comprado Liam no sé cuándo pero eran lindos. Me encargue de servir néctar de pera en vasos de cristal, Liam me tomo de la cintura en un descuido y me hizo sin caer un pedazo de tartaleta al suelo.