Sexo, Muñecas y ¿padres?

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-oh coraline, querida que sucede?-dijo donna aun con su sonrisa perturbadora-.

-no puede emitir ningún sonido, y de un momento a otro salí corriendo de la cocina, mis pulmones iban a reventar mientras corría y subía las escaleras.

Entre a mi supuesto cuarto, mi respiración era agitada y débil, sante de la puerta hacia la cama gigante, mientras que me cubría con los grandes cobertores que tenía encima. Trataba de no llorar pero las lagrimas picaban en toda mi garganta. No podía respirar, esto realmente era muy tenebroso. Al cabo de unos 20 minutos se escucho una puerta abrirse, mis huesos se helaron y mis ojos se abrieron como platos, miles de preguntas volvieron a mi mente, hasta que unas manos grandes y pesadas se posaron en intención de quitar los grandes cobertores que tenía encima, cuando por fin el ente con quien luchaba arduamente logró su cometido, empece a gritar y moveré frenéticamente, no dejaría que me hicieran daño, menos unos psicopatas fantasmas raros. Unas grandes manos se posaron en mis brazos agarrándolos con mucha fuerza, la cual no lastimaba increíblemente, de pronto lo vi, vi sus facciones y sus hermosos ojos color cielo, y no esos estupidos botones

¿Niall, e-eres tu?-dije muy bajo y la preocupación se metía en cada palabra que decía.

Si coraline, cálmate, no pasa nada, solo cálmate-dijo realmente muy sereno ante la situación-
No me dejo terminar cuando ya tenía sus manos posadas en uno de mis pechos, trate de decir algo o lanzar un golpe, pero no. No podía hacer nada. Sus ojos no dejaban de mirar los míos mientras metía su mano fría por la parte baja de mi blusa, para tener un mejor tacto hacia mis pechos. De un momento a otro ya no tenía blusa, y considerando que no traía ropa interior estaba totalmente a su vista mis casi invisibles pechos, una extraña sensación invadió mi cuerpo, el estaba mordiendo uno de mis pechos con bastante brutalidad mientras que con su mano libre masajeaba el otro

¡¡N-niall... Basta... Por favor!!-dije casi en un susurro, tropezando con mis palabras.

Shh... Cállate. No querrás que te escuchen.-dijo mientras sus ojos de oscurecían en un aire de maldad total. No sabia que estaba pasando, no quería reaccionar pero a la vez si.
Sus manos se posaron en mi short de pijama tirándolo a alguna parte de la habitación y considerando que mis bragas se fueron con el, mi cordura igual.
Y ahí estaba yo, gimiendo y jalando el cabello del extraño chico que movía extraordinariamente bien su lengua en mi vagina. Había tenido relaciones con varios tipos, pero jamás algo tan bueno como esto, parecía no ser real.

Niall saco su pantalón y con ello sus bóxers, y entro en mi sin previo aviso, sin ningún pudor. Las envestidas eran rápidas y algo dolorosas, sus gemidos llegaban a mis oídos como el cantar de los Ángeles, en la habitación se escuchaba solo nuestros gruñidos y jadeos. Hasta que llego lo mas esperado, un estruendoso orgasmo, nuestros cuerpos se hundían en espasmos realmente placenteros. Niall respiro profundo y me miro -que lastima que no te quieras quedar nena, podría cogerte asi todas las noches-dijo frío y serio, con un tono de arrogancia-

Y de repente, sus ojos no eran azules, ya no estaba su expresión sensual. Los botones aparecieron lentamente mientras sus ojos se volteaban y estaban totalmente blancos. Mi expresión de horror era totalmente notable, tenía ganas de llorar gritar o vomitar, estaba tan asustada que no podía respirar, y ahí fue donde todo se puso negro y la risa macabra de niall iba desapareciendo poco a poco...

7:30 am

Desperte tal cual como siempre, pelo azul emarallado etc etc etc, osea desperte del asco. Aun estaba intentando lograr entender lo que sucedio anoche, sencillamente no tenia nada de sentido ¿mis padres? ¿Niall con y sin botones? ¿en serio? Nada de esto tiene sentido, me volvere loca en cualquier momento

CoralineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora