Ya había salido el sol en la ciudad, unos cuantos rayos se asomaban por la ventana, llegándoles a los chicos en sus rostros convocándoles incomodidad, la que decidieron ignorar y blockear de una manera algo singular. Cheeto dio la vuelta dándole la espalda a la ventana y Alex se acercó más a él para poder protegerse mejor y para mayor comodidad el más alto pasó su mano por la cintura de Alex, quedando muy cerca y en un abrazo muy comprometedor.
-¡Alex! –se escuchó la puerta abrirse por toda la habitación- ¡Despierta! El desayuno está listo –entró una señora de piel blanca, cabello castaños hasta los hombros y algo bajita. La que quedó sorprendida al ver a su hijo compartiendo cama con otro chico.
Ambos comenzaron a levantarse con pesadez, mientras soltaban algunos quejidos por la temprana interrupción.
-Hola mamá –dijo en un tono adormilado, el más pequeño.
-Hablamos en la mesa –dijo rápidamente antes de irse, dejando la puerta entre abierta a lo que Max encontró oportunidad para entrar y acostarse sobre su amo y el acompañante.
-Max, abajo –intentó bajar al perro pero este no se movió, hasta que la segunda persona comenzó a moverse.
-¿Qué hora es? –dijo la figura más grande al sentarse en la cama y sacar su teléfono, de uno de sus bolsillos. Ya que ambos habían dormido con ropa.
-Deben ser las 9 o las 10 –se pasó las manos por su cara intentando despertar, fallando, apoyándose en el hombro de Cheeto, quedando dormido en este.
-Despierta –comenzó a mover su hombro para que Alex despertara.
-5 minutos más mamá.
-Si no te levantas, te despertaré como a la bella durmiente –se paró, para acomodar su ropa y ponerse sus zapatos.
-No lo harías –dijo cayendo en la cama.
Entonces sintió como alguien estaba sobre él, no podía creer que lo iba a hacer. Comenzó a abrir los ojos lentamente para encontrarse con Max sobre él, comenzando a pasar su lengua por toda su cara.
-¡Max, no! –comenzó a gritar un poco por la desesperación- ¡me levanto, pero sácalo! –pudo decir entre las lamidas que dejaba si perro en su rostro.
Cheeto reía sin poder aguántalo, los abdominales le comenzaron a doler por tanta risa, por sus ojos caían lagrimas, llegaba a parecer que estaba sufriendo.
-Bueno –consiguió decir, ya calmándose un poco- baja Max –tomó al perro quitándolo de sobre su dueño. El que se levantó de la cama, limpiándose la baba que llenaba su cara.
-Estas me las pagaras Max –le dijo al perro que lo miraba como si todo lo que había hecho estaba bien, y para Max lo estaba.
-Me tengo que ir –dijo Cheeto parado al lado de Alex, mirándolo.
-¿Tienes que hacer algo? –preguntó algo curioso.
-No, pero creo que seré molesto para tu madre –el pequeño negó.
-A ella no le importa –salieron del cuarto y fueron a la casa, donde estaba la madre de Alex sentada, con una expresión algo sorprendida.
La señora volteó a verlos, ellos quedaron petrificados en su lugar, en esos ojos se notaba preocupación, algo de miedo, pero enojo era lo que más se veía en esos ojos castaños.
-Siéntense –dijo con voz firme, haciendo un ademán a las sillas frente a ella.
-¿Qué pasó mamá? –dijo con miedo.
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Cuentos Cheelexby [AU]
FanficSi, solo de momentos se compusiera la vida, los momentos que pensábamos importantes o alegres no tendrían el sentido de antes. Son cuentos, son momentos de esta pareja, de como pasaron a desconocidos a algo más.