La Visita

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Tres de agosto, ya pasaron 2 años desde mi primer dia, y todavia sigo aqui, debe ser por algo, pero, ¿porque?, yo no tengo todas las respuestas, en realidad no tengo respuesta a nada aqui dentro, ninguno de nosotros la tiene, no tenemos voz, somos simples adornos que decoran las celdas viejas, y solo unos pares de barrotes ensarrados nos separan de esas respuestas, que tanto anhelamos, maldicion, en todo caso, ellos deberian estar encerrados.

-Que pasa Glitch?, desde que te dieron el privilegio de escritura no sueltas ese cuaderno eh?- dijo el guardia de El Club de Los Desquisiados,( un sobrenombre a nuestro pabellón).

-Muy simpatico Rourke, pero ambos sabemos que aqui, quien no se aferra a algo, "pierde la cabeza"-.

-Acaso no la perdieron ya Michael?- dice mientras suelta una carcajada amistosa. - deja eso ya, tienes visita.

-Visita?, gracias, ahora voy.

Si, me llamo Michael, Michael Lewis, "Glitch" para los amigos,(semejanza a mis movimientos involuntarios y las anomalias de videojuegos.) Hasta aqui todo normal, pero, yo no esperaba visitas.

-Rourke, quien me espera?- digo con una voz confundida-.

-No se quien sea para ti, pero tenia muchas ansias de verte. Asi que apresurate, y deja ese cuaderno aqui, no vaya a ser que intentes algo-.

-que podria hacer con un cuaderno?-

-Lo mismo que puedes hacer con un lapiz-.

-Golpe bajo, no me lo recuerdes, no tendria que verte todos los dias si no lo hubiera hecho- concluyo con una sonrisa-.
Me dirigí con un paso titubeante a la sala de visitas, es rara la vez que me toca recorrer estos pasillos de nuevo, con celdas a ambos lados, Tic Toc en un extremo, y El Conde en el otro, y muchos mas, que nunca me moleste en conocer. Pero no hay tiempo, alguien me espera ansioso o ansiosa detras de esa puerta, y yo estoy ansioso de saber quien es, giro la perilla mal colocada y pobremente aceitada y hago resonar la antigua puerta de madera pintada de blanco que contrastaba mucho con esos pasillos verdes, aqui vamos.

Nunca me puse a pensar el parecido entre la sala de visitas, y una sala de interrogación policial, tristemente ya estuve en ambas, bastante simple, ni una ventana, una mesa, una luz blanca, y la silla donde estaba sentado un señor, de unos 40 años, con canas a los lados de la cabeza, parecería que la edad solo le pasa por el cabello, detras de mi, Rourke cierra la puerta, y comienza un dialogo que sabia, seria interesante.

-Michael Lewis!, porfavor, toma asiento- (asi lo hago pero timidamente) no te importa si fumo?- hago un ademán de negación.

-Tu, no hablas mucho verdad?- dice con el cigarro entre sus labios.

-Quien es usted?-

-Yo?, vaya descortecía mia, mi nombre es Carter Mason, y usted Sr. Lewis puede decirme Mason a secas, suponiendo que somos amigos, eh Glitch?- asiento y continuo con un tono de voz mas relajado.

-Me toca a mi ser descortes Sr. Mason, pero, porque queria verme?-

-Oh si!- dice al mismo tiempo que exhala humo- dime, te gusta estar aqui?-

-Tanto como a todos-

-Entonces es un no?- respondo con la cabeza- Muy bien!, pues al parecer soy tu unica opción- dice mientras desliza un sobre en la mesa-.

-Y esto?-

-Leelo en tu celda, sabras porque y para que vine, ahora largate, oh! y saludame al Club.

Sali desconcertado de la sala, y mientras camino de vuelta a mi celda, tratando de entender todo lo que pasa, una voz, familiar, aunque no la escucho a menudo me dice algo.

-Entonces ya empezo, no Glitch?-

El Conde, sentado siempre donde no llega la luz de su ventana, es una persona de pocas palabras, se rehabilito hace años, pero nunca quiso irse, y camina por las instalaciones, pretendiendo ser dueño de todo, de ahi su sobrenombre, solo me detuve a escuchar esa frase, que tendria sentido mas adelante, y reanude mi camino a mi celda.

El Club De Los DesquisiadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora