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Narra George:
A Eugenia la encontraba decaída y no era el único que se daba cuenta de su tan baja autoestima, también su padre y mi hermano Peter.
En las constantes visitas de su padre, Eugenia se mantenía silenciosa y apagada, incluso a mí ya no me habla desde que me ve ocupado con la guitarra. Ni una sola palabra y mirada.
Ha de ser por ése misterioso chico que vino una de tantas noches a visitarla sin autorización de entrar al hospital, o tal vez es muy probable que también sea porque yo he sido un poco amable con ella en las veces en que ella me llama.
Hasta que un día Eugenia me había dado los buenos días con ese entusiasmo con ganas de escuchar nuevamente, pero como siempre en mi patético papel de no responderle me salí al pasillo a caminar un poco.
Volvía a mi cama durante mi hora de desayuno sólo para desaparecer las asquerosas espinacas que dejaba la señorita Denise, mientras que Eugenia tomaba una ducha con ayuda de sus enfermeras.
Me puse a suponer que Eugenia ha de creer que es ella la inaguantable, aunque está equivocada. Realmente quien juega el papel del bebé sin su mamila soy yo y no ella.
Anteriormente me divertía molestándola como toda una latosa mosca, rondando en su zona de confort, ahora, hay veces en que me siento sin fuerzas de hacerlo, es por eso que últimamente la he ignorado y todavía así consigo mi objetivo en hacerla enojar.
Desde que llegué aquí me sentí incomodo a lado de ella, desde que me habló y cruzamos mirada por primera vez no dejé de sentirme tan extraño. Un poco nervioso de verle su cara y escuchar su agradable voz. No me sentía bien al pensar que ninguna niña me había causado estas inquietudes ¿raras? por decirlo así, ni si quiera por la chica Janeth que me había llegado a gustar tanto, tanto por su rostro y cuerpo tan delicado y femenino, ni ella me llegó a provocar desesperadas sensaciones como las que siento con Eugenia.
Janeth es una chica muy guapa y valiente sólo que a ella yo no le intereso, el que le interesa es mi amigo del bus, Paul.
Por la tarde practiqué el mismo ejercicio de ayer. Las cuerdas nunca más iba confundirlas porque había aprendido bien sus nombres de cada una.Apunto de acabar la hora de visitas, Peter guardaba su guitarra en el estuche y Eugenia se acercaba.
_ ¡Hola Peter! _ saludó
_ ¡Hola Eugenia! _ miré a Peter que saludaba con una vistosa sonrisa de admiración. ¡Aash! por qué tendría que sonreírle así cuando la saludó.
_ ¡Hola George! He pensado hacer las paces contigo, no es válido siempre enojarme contigo cuando tratas de molestarme o ignorarme ¿o no? yo también de una forma te molestaba llevándote la contra. _ La escuchaba decir_ Así que, ¿por qué aparte de ser compañeros no nos hacemos amigos? Te apuesto que serán más agradables los días aquí en el hospital si me dejas ser tu amiga.
_ Como quieras _ dije sin mirarla.
_ Está bien, por qué no empiezas en compartirme de lo que has aprendido de la guitarra. A mí también me gusta mucho y me encantaría aprender a tocarla. _ Su forma de hablarme tan amigable me hizo sentir nervioso e incómodo. Es lo que odio cuando esto sucede y otra vez esas raras inquietudes no las toleré.
_ ¡¿Y POR QUÉ TÚ NO COMIENZAS EN DESAPARECERTE DE AQUÍ Y ME DEJAS SOLO?! _ reaccioné repulsivo _ ¿No te basta con tu librito que tienes? ¡VETE! qué esperas, yo para qué quiero una amiga. Eres de lo peor, una aburrida con un mal genio. Vete a leer, vete a tu cama. ¡Vete!Ella me miró con una cara de desilusión y luego se marchó inmediatamente en su silla de ruedas. Peter le había dicho que no se fuera, pero ella no le hizo caso.
_ ¡George qué te sucede! ¡Deja de comportarte así!, ¿por qué lo haces? Ella no te había hecho nada. _ Peter se enfadó conmigo y antes de dejarme solo me quiso decir _ sólo recuerda sobre lo que dijeron nuestros padres, por más que nos caiga mal una persona, no hay que tratarla de esa forma _ me dio la espalda y luego se fue con su guitarra.
Nunca me había sentido tan ingrato con una chica y todo por estas malditas sensaciones que no controlo cuando estoy con ella y me habla, por qué rayos me pasa eso, por qué con ella, con Eugenia.
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In spite of all the DANGER.
ФанфикHaber llegado a la ciudad de Liverpool con su padre a vivir en una casa de bajos recursos, al principio los días para Eugenia Le Brun no era tan agradables. La escasez de alimentos y la falta de calefacción en el interior de su casa, hacen que Eugen...