NARRA LAUREN:
Encendí el manos libres de mi teléfono para así poder llamar a Ally (mi mejor amiga desde la universidad)
Ally: ¿Sí? - Contestó la pequeña al otro lado de la línea.
Lauren: Hey, Ally soy Lauren. - Dije aún conduciendo
Ally: Lo sé, idiota. Te tengo guardada en el teléfono ¿No lo recuerdas? - Dijo y supe que había puesto los ojos en blanco.
Lauren: Ally tengo que hablar contigo. - Dije después de haberme reído de la broma.
Ally: Dime, Lolo.
Lauren: No, por aquí no ¿Podemos quedar esta tarde?
Ally: Claro, Lauren. Troy no está en casa, puedes venir a cenar, luego vemos una película y te quedas a dormir.
Lauren: Perfecto ¿Nos vemos a las ocho y media? - Pregunté.
Ally: Claro. Trae algo para picar.
Lauren: Vale, nos vemos. - Me despedí de Ally.
Decidí ir a comprar algo para picar y luego ir a casa a vestirme.
EN EL SUPERMERCADO:
Fui directamente a la zona de los snacks para coger algo de comer.
Estaba tan inmersa en mis pensamientos que no vi a la persona que estaba reponiendo las patatas fritas, chocamos y caímos al suelo.
- Oh, dios. Lo siento mucho. - Dije ayudándola a levantarse. - ¿Estás bien?
- Sí, no te preocupes. - Me miró de arriba a abajo y se sonrojó. - Yo... Emmm... Soy Samantha, pero puedes llamarme Sam.
- Yo soy Lauren, encantada.
- Y bueno... ¿Qué hace una chica tan guapa como tú en un lugar como este? - Dijo elevando una ceja torpemente.
- Emm... ¿Comprar? - Respondí con un tono divertido.
- Ay, lo siento. - Dijo y se ruborizó. - Samantha no sabe ligar y Sam tampoco.
Comencé a reírme. Es muy mona.
- No te preocupes. - Dije aún riendo.
- Debería intentar aprender a ligar... - Dijo Sam mientras recogía una de las bolsas de patatas del suelo.
- Yo podría enseñarte. - Bromee.
- Sería genial, la verdad. - Rió conmigo.
- Sí ¿verdad?
- Después de mi torpe intento de ligar contigo ¿Te apetece que quedemos algún día para charlar o algo?
- Claro ¿Por qué no? - Dije. - Apunta mi número y me llamas.
Le di mi número de teléfono y prometió llamarme pronto.
- Bueno yo tengo que seguir trabajando ahora. - Sonrió. - Te llamo.
Nos despedimos y ella siguió con su trabajo mientras que yo cogí las cosas que iba a llevar a la casa de Ally.
Me metí en el coche y conduje hasta casa.
A las siete y media comencé a prepararme. Me duché, me vestí, agarré las cosas y salí para la casa de Ally.
Toqué a la puerta de la pequeña, la cual me abrió en milésimas de segundos.
Jamás comprenderé como puede correr tanto con lo pequeña que es.
- ¡Lolo! - Gritó mientras saltaba a mis brazos.
Entramos a la casa y nos sentamos a la mesa. Ally había pedido pizza porque es vaga y no quiere cocinar, aunque en su defensa diré que había hecho galletas de chocolate caseras para el postre.
Mientras esperábamos a que llegara la pizza nos pusimos a hablar un poco.
- ¿Sobre qué querías hablar, Lau? - Preguntó la pequeña.
- Verás, Ally... - En el momento en el que iba a comenzar a hablar llamaron a la puerta.
- Vaya, la pizza llega en el momento más inoportuno. - Dijo Ally riendo.
Pagamos al repartidor y nos sentamos en la mesa con todo preparado para comer.
- ¡Yo el primer trozo porque soy la mayor! - Gritó Ally.
- ¡No! ¡Para mí el primero porque soy la pequeña! - Grité siguiéndole el juego.
- No te atrevas, señorita Jauregui. - Dijo la pequeña de manera desafiante.
- ¿Que no me atreva? - Dije mirándola de manera intimidante a los ojos. - Ya verás.
Y ambas nos tiramos a por la pizza, cogiendo un trozo y mordiéndolo pero quemándonos la lengua por lo caliente que estaba.
Bebimos un poco de nuestra bebida mientras nos quejábamos por el dolor.
Al terminar de beber comenzamos a reírnos por lo inmaduras que habíamos sido.
Echaba de menos estos momentos con mi mejor amiga.
Nos quedamos en silencio un momento recuperándonos del ataque de risa.
- Deberíamos tener más momentos como este. - Dijo Ally sonriendo.
- Pensaba lo mismo. - Respondí.
Hubo otro pequeño silencio. Pero no de esos incómodos sino de los que te alegras de tener porque sabes que estás con la persona indicada, con la persona que hace de tus malos momentos algo genial aunque ni siquiera lo sepa.
Ahora sí, comenzamos a comer tranquilamente entre bromas y tonterías.
- Y bueno. - Dijo Ally retirando su plato después de haber acabado el último trozo de pizza (que me había robado) - ¿De qué querías hablar, Lau?
- Verás, Ally. -Empecé. - A principio de curso conocí a una alumna llamada Camila, la cual me pareció adorable. Un día perdí mi teléfono y le pedí que me llamara desde el suyo y supongo que después guardó el número porque anoche me llamó borracha. Yo estaba muy preocupada así que fui a recogerla y la llevé a mi casa. La dejé dormir en mi cama y le di una de mis camisetas anchas para dormir. Pero olía mucho a alcohol así que le dije que se metiera en la ducha y como no quería me metí con ella para que al menos se mojara un poco. Después de salir de la ducha ella intentó besarme, dijo algo como que mis labios parecían muy apetecibles, que mis ojos tenían un brillo especial, que yo le atraía, que le gustaba mucho y luego... Luego quiso besarme.
- ¿Y qué pasó, Lau? - Preguntó la pequeña abriendo mucho los ojos.
- Pues que me aparté, no podía dejar que me besara.
- ¿Entonces cual es el problema?
- El problema... Es que yo no quería apartarme.
- Lauren...
- Ally, creo que me gusta Camila.
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Hey. Al fin actualizamos ¿no?
Lo sentimos. Hemos estado ocupadas.
Saray está malita :S
Y yo estoy con un capítulo muy muy especial de 'Mi tutora' jejeje 7u7
Gracias por leer. Comentar dad like si queréis que sigamos.
Besos
-Blaray
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Química ilegal (Camren)
أدب الهواة''El amor no se puede definir, definir es limitar y nuestro amor no tiene límites.'' Lauren Jauregui es una profesora de inglés de tan solo 26 años. Camila Cabello es una alumna de último curso de 17 años. Cuando Camila cae casualmente en la clase d...