En la otra punta de la ciudad...
- Esto no puede seguir así. Creamos unos cuantos neófitos y los desperdigamos por ahí. ¿Desde cuándo nos hemos convertido en una fábrica de asesinos? Como nos divirtamos más de la cuenta vamos a buscarnos un gran problema, y sin comerlo ni beberlo acabaremos hechos cenizas.
- Derek, tenemos localizados a todos y cada uno de los recién convertidos. - señala la mujer en el mapa, deteniéndose en cada uno de los puntos rojos.
Y Derek se levantó de su silla, era alto, muy alto y fuerte, y aparentaría unos treinta y pico largos, si no fuera porque su cara estaba impoluta, ni una arruga, ni una mancha, ni siquiera una cicatriz, tampoco barba, su piel era blanca como la leche y suave como el algodón.
-Sally, quiero que traigas a todos esos neonatos conmigo, los entrenaremos y prepararemos para la lucha. Pronto todo cobrará sentido, cobrará nuestro sentido. - susurró Derek con voz serena.
La mujer morena, delgada, también de tez blanca, asintió y acto seguido desapareció por la puerta.
Él volvió a sentarse en su silla, como si esperara que de un momento a otro Sally entrara con aquellas personas que tenían que entrenar y preparar para una supuesta lucha.
Mientras tanto en la casa del bosque...
Daba vueltas en mi habitación a gran velocidad, pensando por qué yo. Por qué tuvieron que morderme a mí aquella noche y no a otra persona. Y cuántos como yo había en la ciudad, en el país, en el mundo.
Eran muchas preguntas que sabía que no iban a tener respuesta, o no de momento.Hice una lista de cosas que mi nuevo yo repelía o detestaba.
-Sol.
-Agua.
-¿Cubertería bonita?
-Arroyos.
Me sentía estúpida escribiendo esto, pero aún estaba dudosa acerca de lo de la cubertería, había sido extraño lo que pasó en aquella casa.Y entonces decidí indagar sobre ello, encendí el portátil, dispuesta a encontrar como mínimo un par de respuestas, pero justo me acordé de que no había internet, y toda pizca de esperanza que había cultivado en aquel instante, se marchitó.
Tal vez estaba destinada a estar sola...
Tal vez sería un vampiro solitario al que le asusta la cubertería bonita.
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Diario ensangrentado.
TienerfictieQuerido diario, hoy, no he podido soportarlo. Le he mordido. Me siento viva. Más viva que nunca. Hoy, querido diario, me he convertido en una asesina, en lo que soy, en un vampiro.