c u a t r o

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Me acerqué hacia el lo suficiente, frente a frente.

-Me vale mierda si aquí esta tú padre, me vale mierda la situación en la que nos encontramos, me vale mierda que sea un año menor que tú y que seas hombre; pero te advierto que no sigas con esa actitud porque no querrás conocerme enojada. -dije entre dientes y frunciendo el ceño demasiado enojada.

-Obviamente si comienzas una pelea te ganare, niñata estúpida.

Y aquí comienza. No me importaría qué todos estuvieran viendo.

No espere que hablara más, le patee en la boca del estómago dejándolo sin aire. Mientras se recuperaba le patee sus piernas provocando que se cayera arriba de las hojas y ramas. Ya abajo este, me subí a su espalda y puse sus manos atrás de esta haciéndole una llave.

-¿Perdón, qué dijiste? -Me agaché para susurrarle al oído. No dijo nada, solo volteo a su al rededor.

-¡Oh vamos! ¿No harán nada? -espetó.

-¿Necesitas ayuda para ganarle a una niñata estúpida Carl? -dije burlonamente mientras lo torturaba con su brazo apretandoselo más.

-¿Me podrías dejar por favor? -hablo con un tono de voz adolorido.

-Hasta que el niño es educado. -hable de mala gana antes de soltarlo. -Perdón Rick, pero sí no lo hacia posiblemente explotaría provocando que todos muriesen.

-Si, n-no hay problema. -dijo mientras veía a su hijo. -Necesita unas clases de boxeo o karate.

-Claro que sí, Emily sabe todo eso. -comento John victorioso mientras palmeaba mi hombro.

-Cállate. -dije fríamente.

-No le harían mal unas clases de boxeo a Carl .-dijo ahora Michonne.

-Cierto, no... -interrumpí a Rick.

-No le enseñaré nada a nadie ¿entendieron? -espeté enojada. -Sigamos avanzando.

Continuamos nuestro camino, pero sin llegar a nuestro destino. Supongo que tendremos que acampar en el bosque.

-Tenemos que quedarnos aquí a descansar esta noche, yo haré guardia. -dijo Rosita.

-No Rosita, no te preocupes. Yo me encargo de eso.

-Bien, si tú lo dices. -alzó los hombros y fue con Abraham.

-¿Segura? -pregunto Rick acercándose.

-Segura, he hecho esto miles de veces.

-Te puedo acompañar, si quieres.

-No, yo vigilaré sola. -asintió.

-Buenas noches. -dijo Tara a lo que todos hacemos lo mismo que ella.

Me aleje un poco de ahí, mirando a nuestros al rededor con mi fiel navaja en mano. Dure un rato revisando el perímetro, no había nada. Pero no por eso bajaría la guardia.

Oí unos crujidos de hojas secas, más no gruñidos. Era una persona. Guarde mi navaja en la bota y saque la pistola, poniéndome alerta.

-Tengo un arma y no dudaré en disparar. -advertí. Los sonidos desaparecieron. Y volvieron a aparecer, pero ahora detrás de mi.
Rápidamente gire en mi lugar y levante mi arma quitandole el seguro.

-Hey tranquila, solo soy yo. -dijo levantando sus brazos en forme de rendición.

-Por poco y te mato Carl, después tú padre me estrangularia. -dije masajenado mi cabeza. -¿Qué haces aquí? -lo mire.

dear apocalypse;; c.g.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora