Fred y yo

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Aquel día... Fue mágico, realmente increíble, desde que le vi sabía que Fred era la persona indicada. Su pelo verde flotando en el aire y su esbelta constitución me enamoraron nada mas verlo. Yo estaba en la planta de arriba cuando Fred se adentró al gremio, nuestras miradas se cruzaron y no pude evitar sacar una sonrisa. Él me respondió con una mirada desafiante.

Me quise olvidar de momento de él, a si que fui a una misión bastante fácil en Magnolia. Para ser exactos en un hotel cercano al gremio. El encargado me dijo que el problema estaba en el tejado, pero había venido alguien a visitarme en la habitación 12-B ¿Quién podría ser?

Subí con cuidado las escaleras y me apresuré para ir a la habitación. Abrí la puerta y era... ¡¡FRED!! ¿Qué hacía allí? Además ¿Por qué estaba en la cama tirado en calzoncillos?

-Hola Laxus, parece que has venido, ya que estás dentro: ¿Por qué no descansamos un ratito?
-Esto...esto... Ho-hola Fred ¿Qué haces aquí?
-Eso no importa ahora, ven, aquí hay un hueco para ti.

No podía creérmelo, ¿Realmente Fred me estaba invitando a dormir con él? No puede ser, es imposible, de todas maneras me acosté con él. No podía resistirme.

Al entrar en la cama noté su pierna rodeándome y su brazo abrazándome apoyando su pecho contra mi espalda, aquel momento quería que fuera eterno, por lo que no me moví dejando que él actuara.

-Tienes buen cuerpo
-Gra-gracias supongo...

En ese instante note como una mano me tocaba el pecho acercándose cada vez mas a los calzoncillos, a medida que iba pasando su mano por mi cuerpo notaba su calidez que transmitía haciéndome estremecer poco a poco.
De repente me cogió de la goma del calzoncillo, y me lo fue bajando poco a poco, realmente me estaba gustando, me toco el miembro y se metió dentro de la cama. De repente note algo cálido y mojado, era su lengua que estaba recorriendo todo mi pene.
Después de varios minutos me estampo su rabo en la cara y no pude evitar metérmelo a la boca. Mientras estaba haciendo la felación podía oír sus pequeños gemidos, haciendo que me gustara más.

-Basta de juegos Laxus, demuéstrame lo que sabes hacer.

En ese instante Fred se abrió de piernas y pude comprobar su lindo culo, me chupé los dedos y se los introduje, Fred soltó un gemido de placer y yo solté una pequeña risilla pícara.

-Te voy a demostrar mi poder mágico de verdad.

Le introduje el miembro dentro de él, comencé bastante despacio para evitar lastimarle pero a medida que avanzaba el tiempo cada vez iba más rápido.
Él se levantó y se colocó contra la pared, aquel momento fue increíble me salió hasta un pequeño rayo de mi cuerpo del placer de aquel momento.

-Vaya, parece ser que el nieto de Makarov promete.
-Nada mal para un mago que escribe runas como tu - Contesté de manera vil.

Estaba a punto de eyacular cuando Fred se agachó, abrió su boca y me dijo:

-Tengo sed Laxus, dame de beber.

Un enorme chorro de semen salió de mi pene dejando la cara de Fred casi blanca.

Fred se levantó y fue al baño a limpiarse, cuando salió le agarré de la mano y volvimos al gremio.

-Espera Laxus, ¿Tú no tenías una misión por hacer?
-¡Al cuerno con la misión! Te tengo a ti Fred, y es todo lo que necesito.

Fred y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora