La misión era fácil, demasiado fácil, y yo encontré más de una manera de fastidiarlo todo. Pero bueno, vayamos por partes.
Hola, soy un Eevee. Vivo con mi madre en un roble hueco. Pequeño, pero agradable. Siempre he vivido por las cercanías del bosque, pero en más de una ocasión he estado en lo que llamamos la ciudad pokemon, aunque es demasiado pequeña como para ser considerado una ciudad. Desde allí puedes ir hacia cualquier lado, ha cualquier montaña, bosque, océano, e incluso, equipo de rescatadores. Mi sueño siempre ha sido poder llegar a formar parte de uno de estos gremios que tanto me llaman la atención, aunque nunca he sabido a cual unirme, ya que mi madre no me deja acercarme a ellos, dice que no estoy preparado. De cierto modo yo pienso igual.
Todavía sigo siendo un Eevee. Soy el pokemon con mayor numero de evoluciones posibles, y todavía sigo sin evolucionar. Es algo que me deprime, pero no puedo rendirme, Debo luchar por lo que quiero.
Respecto a la situación en la que me encuentro, bueno. Es algo complicado. Para entenderlo tengo que explicaros algo que ocurrió hace cuatro días.
Yo me encontraba haciendo compras en la ciudad pokemon. Llevaba puesto un pañuelo azul cielo en el cuello. Llevaba vordada la letra "e" en azul oscuro. Lo había hecho mi madre, y la verdad que me encantaba. Llevaba como podía una cesta de mimbre con la boca. Entonces, mientras me dirigía al bazar Kecleon cuando escuché unos gritos de auxilio desde la guardería pokemon. Me acerqué corriendo, y vi como un Arbok y un Seviper trataban de robar unos huevos pokemon. El Kangaskhan que se encargaba de cuidarlos yacía debilitado en el suelo, gritando como podía para pedir ayuda.
No podía dejar que aquello ocurriese, así que lancé la cesta de la compra Arceus sabe donde, y me dirigí hacia aquellos malhechores. Realicé un excavar haciendo un agujero bajo la tierra, y le di de lleno al Arbok, pero no le dí lo suficientemente fuerte como para debilitarlo. Entonces Seviper me dió de lleno con un placaje que después Arbok encadenó con un mordico. Me lanzaron contra unas tablas de madera que habían por ahí cerca. y todas me cayeron encima, dejándome muy herido. Vi como ambos pokemon se acercaban hacia mi para rematarme, pero milagrosamente un lanzallamas calcinó a ambos pokemon, dejándolos fuera de combate.
Miré en la dirección en la que se había lanzado aquel poderoso ataque, y ví a un poderoso Blaziken que se encontraba sereno, sosteniéndose únicamente sobre una pata. No pude aguantar más y caí en un profundo sueño.
Cuando desperté, me encontraba en un lugar que me era desconocido. Era una acogedora sala, no era de gran calidad, pero era muy acogedor. Las paredes estaban hechas de tierra, y estaban decoradas con unas líneas rojas que hacían zigzag. Había una ventana redonda hecha de madera que te permitía ver una gran explanada. Era un bonito paisaje. Me encontraba sobre lo que parecía un nido de paja bastante cómodo.
Me levanté con facilidad, y observé mi alrededor de nuevo.No había nadie, así que decidí salir de la habitación. Había un pasillo que conducía a muchas otras habitaciones. También conducía a lo que parecía ser la sala principal. Me llevé una sorpresa al encontrarme con una sala llenas de pokemon de todos los tipos, no entendía como no había escuchado antes todo el ruido que hacían. Había un grupo de pokemon puestos en circulo teniendo lo que parecía un debate. En unos sillones del fondo habían dos Machops hablando, y a su lado un Machoke haciendo pesas con lo que parecían ser dos Geodudes. En otro lado de la sala había lo que parecía un bar que estaba atendido por un Chansey. Habían dos tablones enormes de madera con muchos carteles colgando. No entendía bien la situación, hasta que caí. Era demasiaddo obvio como para no darme cuenta, me encontraba en uno de aquellos lugares que tanto amaba.
- E-estoy en un equipo de rescatadores... - dije en un susurro.
- Para ser exactos estas en "Fire storm" - dijo una impotente voz detrás mío.
Me giré, y contemplé que allí se encontraba aquel Blaziken que me había rescatado, junto a un Beartic, un Raichu, un Swellow y un Medicham.
- ¿"Fire Storm"? - pregunté extrañado, nunca había escuchado de ese gremio.
- ¡Si, porque nosotros luchamos por la justicia como una tormenta de fuego que abrasa toda la injusticia! - Dijo un Blissey que salió de la nada sobresaltándome - ¡Lúchamos contra la injusticia del mundo!
- Mamá tranquilizate - dijo el Chansey que atendía la barra sin quitar la vista de su trabajo - vas a asustar al invitado.
- Cierto, lo siento hija ya sabe que me emociona la lucha contra el crímen, - y se puso a girar sobre sus patitas a medida que se alejaba de nosotros - ¡nos vemos luego!
- Parece poca cosa, pero ella es la que manda aquí. - dijo Swellow mientras se acercaba para observarme.
- Así que por decirlo de alguna manera es nuestra jefa ¡jajajaja! - dijo Beartic con una potente risa.
- Nosotros somos Ultimate Team, y personalmente fui yo quien te ayudó a derrotar a los bandidos que atacaron la guardería. Justamente pasaba por allí revisando el lugar y presencié la batalla. No estuvo mal para ser un Eevee - dijo con la serenidad que le caracterizaba - de veras.
- Gra-gracias - dije entrecortadamente.
Arceus, me encontraba muy nervioso. Me encontraba en uno de mis sitios favoritos, y me hallaba ante lo que parecía uno de los equipos de rescatadores más fuertes del mundo. Esto no podía estar pasándome a mi.