El mundo.

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Metí las manos en los bolsillos de mi abrigo, saqué un par de monedas para pagar la bebida, salí de la tienda y me apoyé en la moto para tomar la cerveza. El día estaba nublado, ni si quiera se podía apreciar el brillo de la luna, volví a tomar un sorbo. Frío era lo único que podía sentir en estos momentos, quizás debería haber comprado un café pero no tenía más dinero en los bolsillos. Terminada la cerveza, me monté en la moto y conduje por las calles solitarias de Londres, hace un año que me había mudado, fue en noviembre que para ese entonces ya hacía el mismo frío que ahora, mi mejor amigo y yo decidimos dejar el calor de España para comenzar una nueva aventura.
Aparqué delante de una plaza, mire a todos lados buscando mi mejor amigo pero no estaba por ningún lado, la plaza se encontraba en un terrible silencio hasta que recibí una llamada.
Daniel.
-¿Dónde estas Suzanne?- escuché la voz desesperada de mi mejor amigo en la otra línea.
-¿En dónde voy a estar idiota? Estoy esperándote en la plaza.
Su respiración estaba agitada, eso me estaba empezando a poner nerviosa.
-¿Qué ocurre Dan?-susurre.
-Vete de allí ya-me ordenó.
-Pero...
No me dejó acabar, colgó.
Frunci el ceño, esto debía ser una broma, sí seguramente era una broma. ¿Pero él vendría? Espere durante unos minutos pero nada rompía el silencio de la plaza, con las palmas de las manos sudando y harta de esperar, me monté en la moto y fui directamente a casa. Daniel era mi vecino, quizás esté en casa y podría hecharle la bronca por asustarme de esta manera.

Toqué el timbre de su apartamento, pero nadie abría, apoyé el oído en la puerta y espere a escuchar algo, silencio, di un pequeño empujón a la puerta y esta se abrió suavemente emitiendo un chirrido, arrugue la nariz cuando percibi el olor que desprendía el apartamento. Esto empezaba a parecer uno de esos videojuegos en los que Daniel se engancha y pasa años jugando a Mod's, aunque podría igualarse con la putrefacción de The Resident Evil.
Observe el apartamento ahora destrozado, la basura estaba esparcida por el suelo de la cocina, los cojines del sillón estaban desgarrados. ¿Esto es una broma? Miles de preguntas se formaban en mi cabeza. ¿En donde estaba Daniel? Mi corazón se aceleró al ver una mancha de sangre en el piso, las manos empezaron a temblarme. Sali de allí y corrí hasta mi apartamento, éste no había sido forzado y todo seguía igual, antes de entrar inspeccione los otros apartamentos que estaban igual que el de Daniel, volví al mío y cerré con llave. Asustada intenté contactar con Daniel pero saltaba el buzón de voz, para tranquilizarme me senté en el sillón y empecé a imaginar que podría haber pasado, quizás debería escapar del apartamento, el que estuvo aquí buscaba a las personas de este edificio y si es así no tardaran en encontrarme a mí. Decidida me levanté y organicé una pequeña lista de lo que necesito, agarre una maleta y metí dos botellas de agua, unas camisetas y pantalones, me cambié de ropa por una más cómoda y guarde todo el dinero que tenía debajo de todo lo que había agarrado de comida. Corrí hasta el apartamento de Daniel y busque las llaves de su Jeep, las encontré debajo del sillón, antes de irme volví a mirar el apartamento, Daniel era más inteligente que esto, si le pasó algo tendría que haber dejado una pista, algo que me señalara como ayudarlo, volví a revisar el salón, entré a su cuarto, busqué dentro de los cojines, colcha, sabanas, dentro de los armarios pero no había nada. Nerviosa caminé de un lado a otro, algo dentro de mí se encendió.
-¿Donde esta?
Busqué el libro viejo que le había regalado su abuelo, lo encontré escondido en la estantería de su habitación, lo abrí.
"Están buscándonos, no sé quienes son y tampoco sé lo que buscan, llegaron por la mañana, disparos y gritos, un caos, me escondí aquí, solo espero que me hayas hecho caso y escapes, yo lo intentaré. Te dejo las llaves del Jeep debajo del sillón, estaré a salvo, te lo prometo."
Escuché ruidos provenientes del pasillo fuera de los apartamentos, unas personas estaban conversando, unas voces graves. Fui hasta el salón y me escondí tras la pared al lado de la puerta, estaban cerca.
-Esta despejado, señor.-dijo firmemente un hombre.
-¿No hay nadie en éste departamento?-una voz femenina preguntó.
-No- respondió el mismo hombre.
-Tenemos los suficientes señor y debemos reencontrarnos con los demás- escuché como la chica caminaba hasta mi apartamento, pude verla desde donde estaba. Tiene el pelo de color rojo teñido, no pude verle la cara ya que la tenía tapada con una mascara, de pequeña estatura y en sus manos llevaba un arma que no podía reconocer.
-Esta bien, volvamos con los demás- esta vez la voz provenía de otro hombre. Supuse que fue el "señor"-no podemos dejar que ninguno se escape, el mundo debe estar preparado, vamos a ganar esta batalla, Los Clandestinos van a temer.
Esperé unos minutos hasta que no escuché nada, me acerqué a la ventana que daba a la puerta principal del edificio. Unas furgonetas estaban estacionadas en las carreteras, me sorprendió verlos sin ruedas, simplemente flotaban. La chica pelirroja salió tras tres hombres con las mismas armas que ella llevaba, no pude verles bien las cara desde donde estaba pero vestían con uniformes azules, se montaron los cuatro en la misma furgoneta y desaparecieron a la vuelta de la esquina.
Confundida me senté en el suelo. ¿Preparados para que? ¿Quienes son Los Clandestinos?

Hola, solo quiero dejar claro que estas mi primera historia de "ficción", acepto cualquier critica sea buena o mala. Espero que les guste el comienzo, tengo muchas ideas en mente y espero desarrollarlas bien porque realmente me gustan. Por último me ayudarían mucho si votan, el primer capítulo es corto pero más adelante los iré alargando más.
Gracias por leer.
De chica Clandestina.

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2015 ⏰

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