4ª parte de la historia de Ignacio

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Gerardo intentó entrar en la casa, pero todo estaba cerrado y no sabía cómo salvar a su amigo Ignacio, cuando de repente, oyó una explosión. La había provocado Ignacio, que le prendió fuego a una bombona para romper una pared y escapar, después de haberse cargado la puerta del armario a picotazos. Se reunió afuera con Gerardo y salieron corriendo de aquella zona.

Llegaron a un zoológico de la zona, en el cual robaron dos avestruces para montar en ellas y viajar con más velocidad y, como estaba amaneciendo, usaron el sol para orientarse hacia el sur. Pasados treinta minutos, llegaron a un callejón donde había una pelea de gatos, lo que provocó que las avestruces se asustaran y tiraran a los dos animales al suelo, para después salir corriendo. Los dos amigos se quedaron en el suelo sentados, viendo como su medio de transporte se alejaba. Anduvieron diez minutos más hasta llegar a una compañía de alquileres de vehículos de lujo, por lo que entraron sin ser vistos. Pasearon un rato a escondidas por el concesionario para decidir que coche iban a robar, cuando vieron un Dodge Charger SRT8 que atrajo a los dos amigos, y se montaron.

Cuando estuvieron dentro, se les olvidó que no habían cogido las llaves así que, Ignacio, con el teléfono móvil que robó de la casa, buscó cómo puentear un coche, y cuando lo supo, lo hicieron y se fueron del concesionario, Ignacio al volante y Gerardo en los pedales.

Como no tenían ni idea de conducir, salieron a una velocidad bastante elevada perdiendo el control, haciéndoles chocar contra la pared de la heladería que había a unos quinientos metros del concesionario, provocando que el coche saliese ardiendo y explotase.

La aventura de IgnacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora